A veces creo que mi vida es un sueño, un mal sueño, una
horrible pesadilla repleta de monstruos con rostros humanos, escenarios orwellianos,
de grises matices, de egoísmos latentes, ambiciones irracionales; y pienso que
en cualquier momento despertaré, echado en mi suave cama de esponja, en mi
viejo y pequeño cuartito de paredes celestes con ventana al jardín, siendo un
niño de 8 años, que seré despertado por el beso de mamá, y correré al patio
directo a mi árbol de cerezos, llamaré a mi perrita "chiqui" y siguiendo
mi voz vendrá a mi encuentro saltando de alegría, saludaré a mi anciano abuelo
que reacio a mostrar emociones me quería a su modo, correré por nuestro amplio
patio, contemplaré nuestro jardín de flores, me deleitaré contemplando sus
vivos colores, veré las abejas recolectando néctar, a las aves volar sobre mi
cabeza, correré por nuestra huerta, bajo la sombra de sus frondosas copas arbóreas,
correré y saltaré, escucharé el llamado a desayunar y me alistaré a ir a la
escuela. Y que lloverá, y en la lluvia jugaré, en la escorrentía de la calle,
que armaré barquitos de papel y jugaré hasta sentir frío, cuando mamá me
esperará en casa con chocolate caliente, cuando podía sentirme lleno y
satisfecho con las cosas más sencillas, en la época de mi vida en que era muy
feliz sin saberlo.
Entonces al darme cuenta que todo lo vivido hasta ahora lo
viví mientras estaba dormido, miraré al cielo, soltaré un suspiro, y con una
gran sonrisa en mis labios de niño diré: 《gracias a dios que solo fue un
sueño》
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