martes, 23 de diciembre de 2014

NOSTÁLGICAS TARDES DE DROGADICCIÓN


 
Hay momentos en que mi cabeza está a punto de reventar literalmente, momentos así harían odiar al mundo, pero no puedo odiar al mundo solo por pequeñas sandeces. Momentos como estos solo hacen que quiera a algo… Oh dulce placer, cómo extraño esas bellas tardes de drogadicción con mis amigos de siempre, esos locos hijos de puta que tan chévere y alucinante compañía me hacían, ohh malditos perros, putamare los extraño como mierda malditos cabrones estén donde estén mis estimados Panzón, Pelacho, Nro1 y Nro 2.

Extraño esos tiempos, extraño esos días, extraño esas tardes.

Cuando el día se tornaba aburrido, yo sabía tomaría otro rumbo cuando los escuchaba desde fuera de mi casa gritar mi nombre clave “GUEO!!!” cuando estaban misios, o llamarme al fijo cuando no lo estaban, pero nunca, nunca se atrevían a llamar a la puerta de mi casa, porque temían a mi madre. Ella los consideraba mala influencia para mí, cuando en realidad fui yo la mala influencia para ellos.

Entonces yo salía a la calle y ellos solo con la mirada me indicaban que los siguiera.

Esas tardes las recuerdo como mágicas, y nostálgicas, con el sol, el calor, el viento que movía las hojas de los árboles, el polvo que se respiraba por esa calle sin pavimentar, las radios a todo volumen sonando de los vecinos, unos escuchando noticias, otros escuchando reggaetón, y uno que otro de buen gusto, escuchando buen rock, aunque ahora que lo pienso ninguno escuchaba a Led Zeppelin…. En fin.

La ciudad era grande, y aunque había cientos de sitios a donde ir, preferíamos ir a nuestro rincón que ahora ya no existe porque fue demolido y sobre el que fue levantado una construcción, pero entonces era una vereda oculta bajo la espesa vegetación de Ficus, un lugar casi no transitado ni en las tarde ni en las noches, decía la gente que era peligroso ir por ahí, que era rincón de “Fumones”, y precisamente ese era nuestro rincón, éramos unos fumones, pero no “LOS FUMONES” a los que se referían la gente, esos eran la verdadera lacra de la sociedad, drogadictos, maleantes, delincuentes y violadores, mientras nosotros precisamente aún no habíamos caído tan bajo porque estudiábamos y trabajábamos y no necesitábamos violar a nadie para conseguir sexo.

Íbamos ahí, y nosotros pobres ingenuos, prendíamos un cigarro previo a lo verdaderamente bueno, para según nosotros disimular el olor de la “maría”, aunque hasta ahora nunca supimos si era efectivo.

Y entonces abríamos con la delicadeza de cirujano el paquetito que contenía la mercancía; una leve brisa bastaba para elevar el peculiar olor a nuestro desarrollado sentido olfativo, y vaya que con simple el olor podíamos predecir que tan buen viaje íbamos a tener; armábamos el material bélico en nuestro inseparable PIPO, y con el fuego de vida se encendía la diversión, comenzaba nuestro ritual de pichanguear: primero tú, luego el, después yo, luego tú, luego el, y nuevamente yo, hasta acabarlo… una vez terminado, nos levantábamos y comenzábamos a caminar por la calle, estoneados, idiotizados, alucinados, endurecidos, marihuanados, durasos, dopadasos, anonadados, voladasos, astronautizados, locasos, drogadasos, pero inofensivos… y entonces así comenzaba nuestra típica tarde de drogadicción; y recorríamos la calle, como el escuadrón vaquero que nos alucinábamos con nuestra cara de zombies perdidos, y al caminar veíamos al mundo de una perspectiva graciosa, nuestros sentidos agudizados veían a cada persona idealizada, a unos, payasos, a otros vejestorios arrugados por la experiencia, a las niñas un futuro manjar a ser comidos, a los estudiantes unos futuros profesionales o futuros delincuentes violadores drogadictos asesinos, padres infieles golpeadores de sus mujeres, estafadores, o posiblemente al futuro presidente, alcalde congresista que para el caso era lo mismo, y a otros tal vez un gran científico o hasta a ese, el futuro ganador del premio nobel.

Y el mundo alrededor nuestro sintonizaba en una frecuencia de armonía, música cada ruido, pasión cada sentimiento, poesía cada comentario.

No podíamos comprender por qué las personas se hacían tanto problema por la vida, porqué nadie simplemente no vivía feliz con lo que tenía, y caminábamos por unas calles coloridas, unas calles graciosas y de formas divertidas, de vez en cuando algo nos llamaba la atención.

 

      Mira que gracioso pajarito ese, ¿se cansó de volar?, nos está mirando, eh creo que nos va a delatar hay que derribarlo…. se dio cuenta y se fué….

–– Eh, miren cómo esta mosca se frota las manos mientras nos mira, algo trama, me parece sospechoso, hay que interrogarlo, pero cuidado que se nos está escapando, maldición se nos ha ido…

–– Oigan ese perro nos está mirando, ¿será que sabe nuestro secreto?, ¿el pajarito le habrá contado?, o la mosca traidora seguro nos ha delatado… maldición el perro nos está mostrando los colmillos, será mejor tomar otro camino antes que hable con un humano….”.

 

Pero lo más común era echarse en algún pasto simplemente a ver el cielo y a descifrar qué mensaje oculto hay en el cielo.

Creíamos que en las abstractas formas de las nubes, Dios había encriptado un mensaje, ¿el conocimiento supremo tal vez, el sentido de la vida, el elixir de la juventud? O tal vez esas formas extrañas de las nubes en el cielo, eran el alfabeto de Dios con el que escribía en el cielo las verdades absolutas, y que aún nadie descifraba, y esperaba que alguien como nosotros, inspirados por una planta de marihuana (que por cierto Él creó), las descifrara. Pero mientras estábamos fumados, de algo estábamos seguros, de que debíamos mirar las nubes y descifrar el misterio que encerraba el cielo. Era la palabra de Dios, así que ¡¡¡Vamos, hay que descifrarlo!!!

 
Qué tardes aquellas... Pero miro mi escritorio y me doy cuenta que tengo trabajo que hacer… Ni hablar, de vuelta a la vieja andanza, de regreso a la normalidad, pero antes de eso, me dio por escribir esto, y aquí estoy y aquí termino…. Luego iré a fumarme un cigarrillo para evocar mis nostálgicas tardes de drogadicción de antaño mirando al esmaltado cielo con innumerables chispas, todas de fuego y resplandecientes, con cuya contemplación me bañaré de sueños.

domingo, 14 de diciembre de 2014

JAZMIN



En un día de total aburrimiento, en que no tenía nada que hacer (qué novedad), fui como suelo hacer en días aquellos en que no tengo weed, al cabaret de la ciudad.
Estaban las chicas como en un escaparate de pie a la puerta de su habitación. Y ahí la vi, resaltando entre las demás, de oscura mirada, fino rostro, lisa cabellera larga, rojos labios gruesos, enigmática sonrisa coqueta, fino rostro de mármol, si la hubiese visto en cualquier otro lugar, habría pensado que era una princesa de algún reino, pero era evidente lo evidente, pero así, ella tenía algún tipo de magnetismo que hacía que no pudiera evitar dejar de mirarla, de manera que aunque recorría la mirada por las demás chicas, mi mirada, como atraída por un potente imán,  nuevamente regresaba a ella. Y la esbeltez de su cuerpo, la sensualidad de su mirada, su figura de hada, mis copas pasadas, y el deseo que provocaba, hizo que entrara a su alcoba.
Como pocas veces ocurre, al ver que era una mujer muy hermosa, decidí tratarla diferente, ya no como lo que era, sino como a una mujer, a una dama, y decidí ser amable con ella, la traté como a un ser humano, ya no como un objeto que me brindaba satisfacción sexual a cambio de una remuneración.

¿Qué decirle?
Me di cuenta que muchas veces las palabras no son necesarias para transmitir nuestras intenciones, basta con una mirada y una sonrisa constante para cautivar, deje de lado mi común mirada altanera, y puse mi tono de voz más tierno, ella por su parte, por los requerimientos propios de su oficio, tenía un trato amigable y un carisma único que poco mostraban la mayoría de las chicas que como ellas vendían placer.

Ya lo nuestro no consistió en una mera relación contractual, me hice amigo de aquella prostituta, desafiando los prejuicios de cualquiera. Me dijo que ella no quería sentirse sola en esta ciudad, que siempre dada la condición misma de su oficio, debe viajar de ciudad en ciudad, ya que luego de un tiempo, según me contaba, la frecuencia de sus servicios eran cada vez menos requeridos entre los clientes habituales, y me explicó que en ese trabajo, la popularidad entre los parroquianos era inversamente proporcional al tiempo en que permanecía en una misma ciudad, es decir que al llegar a una ciudad, era la más demandada, traduciéndose eso en altas ganancias, pero que luego, transcurrido el tiempo, como que se aburrían, y su tasa de ingresos era menor, motivo por el cual cada cierto tiempo, que podría ser uno o dos meses, debería ir a ejercer su oficio en otra ciudad, hasta que luego un día, según me contó, pueda volver a su hogar, y aparentar vivir una vida como los demás.
Me decía que en el lugar donde me conoció, el cabaret de la ciudad, era un lugar frio y sombrío, donde sus compañeras la celaban por ser ella la más hermosa, y donde sus clientes la trataban como objeto de placer, y que debía tolerar aquello porque eran los riesgos del mundo en que le toco vivir. Me dijo que quería volver a sentir esa sensación de nuevamente ser tratada como una persona, de tener un amigo que la hiciera sentir bien, con quien conversar y ser escuchada, me dijo que yo era de los pocos que la hacían sentir en confianza, como una amiga y así, me dijo, que no quería que fuera la última vez que me viera, que durante su estancia, fingiera ser su compañero, cada día al salir del cabaret. Me hice amante de esa prostituta.

Cada día a partir de las diez de la noche, la iba a visitar a su cuarto en aquel hotel, y ella como cada día me recibía, diciéndome que el día había sido muy agotador, y quería abrazarme, quería que juguemos a los enamorados, y que juguemos al juego en que yo olvidaba lo que en verdad era evidente a lo que se había dedicado durante todo el día. Y durante el resto de la noche, ella hacia conmigo, lo que hacía con otros a cambio de dinero, y juntos jugábamos a los amantes y vaya experiencia que tenía. Y al amanecer yo regresaba a casa, y ella al trabajo, a un nuevo jornal.
Nunca me hablo de su vida privada, y yo comprendía el por qué, pero lo poco que me pudo contar, me permitió deducir en parte, los motivos por el que ella había terminado en la prostitución.

Me contó que tenía un padrastro, y que el abusaba de ella hasta haberla dejado embarazada, dejo el colegio, y dado el estigma de haber sido víctima de violación, y sin estudios concluidos, ella no podía ejercer algún tipo de oficio que le ayudara a salir adelante, sumado al hecho de tener que cuidar a un hijo, no vio como una opción el buscarse un marido para que se hiciera cargo de ella, se juró a si misma que nunca se permitiría vivir bajo la dependencia de un hombre, y quien sabe por qué motivos que nunca juzgué, vio en la prostitución, una forma rentable, aunque socialmente condenable de subsistir y brindarle lo mejor a su hijo.

Era muy inteligente para ser lo que hacía.
Su inteligencia y refinada comprensión de su entorno me sorprendió, y hasta era alguien emprendedora.

–¿No te molesta que te digan puta?      
–Claro que me molesta – me respondió – puta es aquella que regala su vagina a cualquier inútil, yo en cambio soy una empresaria.
 
Me contó que tenía planes para su futuro. Ella era consciente de que La juventud es la época dorada para su oficio. Y yo le daba la razón, pues muchas veces veía en los cabarets, meretrices que rondaban los 30 a 40 años, en los rincones de los locales, ignoradas por los parroquianos, quienes prefieren siempre a las más jóvenes y hermosas. Ella era consciente de ello, se daba cuenta de que el tiempo jugaba en su contra, su trabajo era irónicamente inverso a cualquier otro.

En cualquier otro trabajo, uno preferiría contratar los servicios de aquella persona que tenga una mayor edad dada la experiencia, sin embargo en el caso de las prostitución ocurre todo lo contrario, mientras más edad tengan, menos son requeridos sus servicios, mientras más jóvenes mejor, mientras mayores, poco.
Obviamente teniendo ella en cuenta eso, no pensaba dedicarse toda la vida a ese trabajo, me dijo que por ahora, por su poca edad, todo le iba bien, aunque sabía que no siempre le iría así, por lo que una vez reunido lo suficiente, regresaría a su ciudad y construiría su sueño, fundar su restaurant, para así darle un buen futuro a su hijo, y nunca más volver a hacer lo que ahora hace, ni depender de un marido.

Decía ella que en su trabajo jamás besaba a ninguno de sus clientes, sus labios era la única parte de su cuerpo que no estaba a la venta, los besos ella se los reservaba para las personas especiales, como yo, como a su pequeño hijo que la esperaba en algún lugar que nunca me dijo, y para aquel hombre a quien quizás llegue a amar.
Nunca supe su verdadero nombre pero fui, durante dos semanas el amante de una prostituta, ¿cómo pude sobrellevar eso?, muy fácil, simplemente aplicando la filosofía que he seguido cada vez que me embarco en cualquier aventura.

           Mis tres reglas:
        1)No enamorarme.
        2)No ser celoso
        3)Esperar mi turno

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jueves, 20 de noviembre de 2014

AGUA DE MUERTO



Los días van perdiendo su colorido característico, y todo se va tornando cada vez más gris.
Sí, es tal vez un momento en que me cansé de la normalidad de la vida, conozco suficientemente del mundo, sin caer en la erudición, y soy consciente de sus predecibles leyes físicas y legislativas, y hace tiempo que me cansé de solo vivir para trabajar, trabajar para tener dinero, y gastar el dinero en banalidades, hace tiempo que me cansé de ver lo material en todas partes, a la verdad en ninguna parte, al amor en ninguna parte.
Sospecho que puedo llevar un mal por dentro y presiento que ya estoy llegando a perderme entre los límites de mi razón, de mi conformismo a la vida y que en cualquier momento podría ser víctima de los demonios míos que no me dejan ser feliz.
¿Qué consejo seguir?, el más sensato y objetivo consejo que he escuchado, es también el menos ortodoxo y al que la mayoría lo tomarían como un camino equivocado. Pero felizmente no soy parte de esa mayoría, me considero de aquellos con una mente abierta que no admite en su corazón prejuicios de ningún tipo, quien nunca se sentirá lo suficientemente satisfecho, hasta no haber percibido más allá de lo que mis cinco sentidos le permiten percibir.
En mi búsqueda de respuestas me di cuenta que la meditación sería lo que me abriría las puertas a esas revelaciones, pero lastimosamente, en un mundo cuyo tiempo corre a toda velocidad, la meditación no es factible, demanda de mucho tiempo, sacrificio, preparación, perseverancia, disciplina, motivación, pero sobre todo bastante tiempo libre, y ya que la globalización a penas nos da tiempo para disfrutar de escasos ratos libres de esparcimiento, he determinado tomar un camino corto, un catalizador, y ese catalizador tenía un nombre muy sensual: DIETILAMINA DE ÁCIDO LISÉRGICO (LSD en sus siglas en inglés)
Quería probar el LSD, pero consultando a personas expertas en el llamado bajo mundo de las drogas y venta de marihuana, éxtasis, cocaína, PBC, pay y otras delicias, descubrí que el LSD o el ácido, no se vende en mi país, solo se encuentra de Centroamérica para el norte, y los que lo consumen dentro de mi país, son los que lo traen de fuera, y obviamente que siendo una droga importada, su precio no podría ser algo barato. Razón por la que solamente es asequible a las personas liberales de los más altos estratos económico-sociales, quienes pueden permitirse el lujo y hasta el riesgo de importarlo de los países potencia en producción de narcóticos sintéticos.
Me quedé un poco triste y desilusionado, debido a esa limitante que no podría experimentar con la droga que marcó la década de los 60’s, que dio inicio a la música psicodélica, que inspiró a la música de mis ídolos musicales como Janis Joplin, Jim Morrison, Jimmy Hendrix, y no solo eso, el LSD, fue la droga que inspiró a mis idolatrados BEATLES, a crear su más grande álbum musical, y al mismo tiempo el mejor álbum de música toda la Historia de la Humanidad, me refiero al Sgt Pepper's Lonely Hearts Club Band....
Bueno, decepcionado, pero no rendido, me puse a pensar con qué podría experimentar para alcanzar un estado de conciencia similar al que produce el LSD, y entonces, divagando, se me ocurrió probar algo más místico y ancestral, una bebida hecha a base de plantas, que al ser ingerida, causaban efectos alucinógenos cuyas descripciones me habían sido relatadas de manera oral desde que tengo memoria, y cuyos efectos parecen no solo ser similares, sino hasta superiores al mismísimo LSD, le dicen Ayahuasca.
La ayahuasca, esa sustancia mágica que en idioma nativo significa "AGUA DE MUERTO", en relación al efecto que dice generar en nuestro cerebro.
Según los chamanes, hace emerger nuestros demonios, y son puestos frente a nosotros. Dicen que las imágenes muchas veces son aterradoras, hasta el límite de causar demencia por las visiones que se perciben, que dicen, son el reflejo de nuestra alma; la ayahuasca pone sobre nuestros ojos a un espejo que permite ver lo que cada uno es por dentro, y dependiendo de quién seamos por dentro, pueden verse cosas horribles, espantables y hasta horripilantes. Dicen que hacen emerger a nuestros peores demonios, coloca frente a nuestros ojos a nuestros temores, a nuestros miedos, a nuestras pesadillas, y es cuando tenemos la oportunidad de confrontarlos, de destruirlos, vencerlos y acabar con ellos, hace que podamos hacer visibles a los fantasmas que llevamos dentro, y mediante la confrontación con los mismos, podremos llegar a ser sanados de cualquier mal espiritual o psicológico que podamos tener… dicen que hace que alucinemos con fantasmas, ver personas ya muertas. Es el alucinógeno por excelencia de la cultura amazónica, y es el brebaje más natural que existe, y lo mejor de todo es que su consumo no está prohibida por legislación alguna, es más es considerada como parte de la cultura amazónica, legislativamente protegida por el derecho consuetudinario.
Es el brebaje que me he decidido a probar, y haciendo mis averiguaciones, me he enterado que hay ciertas comunidades  alejadas de las costumbres urbanas, que aún mantienen intacto el misticismo amazónico, y donde aún habitan los auténticos chamanes que junto a un singular ritual ceremonial, hacen beber de ese elixir místico que hace posible romper los límites de nuestra percepción.
Me estoy animando a hacerla, ya tengo dos personas que quieren acompañarme en ese viaje mágico que estoy seguro cambiará mi vida para bien, que me ayudará a conocerme a mí mismo, y me hará, espero una mejor persona. Tengo tantas preguntas que contestar, pero por ahora es vano buscarle respuestas porque me encuentro condicionado por lo que pueden percibir mis cinco sentidos, y no ver más allá. No soy capaz de ver, más allá de lo que mis ojos son capaces de mirar, ni escuchar más allá de lo que mis oídos pueden oír.
Yo que puedo jactarme de haber experimentado con marihuana, cocaína, pasta básica, hongos, éxtasis alcohol y tabaco, y habiéndose imposibilitado aumentar mi experiencia con el LSD, he determinado que la ayahuasca es mi próximo objetivo. No soy de los que se conforman con solo quedarse con las opiniones de las personas y la sociedad.
Hay personas que me dirán que es malo, que no lo haga, pero yo no pienso tomar en cuenta la opinión de personas que opinan sobre algo que ni siquiera conocen y no se han atrevido a experimentar. De niño me bombardeaban con ideas de que el sexo y las drogas eran malas, obviamente se referían a los casos extremos. Yo soy un explorador de esta vida, no me gusta que me lo cuenten, porque no creo todo lo que me dicen. Muy pronto….

miércoles, 5 de noviembre de 2014

RECUERDOS DEL BOSQUE DE BLANCA ARENA

Salí a caminar por un sendero hace ya mucho tiempo olvidado por mis pies. Un camino plagado de recuerdos, alegrías y sueños jamás realizados.
Ayer me fui a caminar con alguien a un área muy frecuentado durante nuestros días de juventud. Eran nuestros días de descubrimientos, en que salíamos a buscar algún que otro tipo de emoción intensa que saciara nuestro espíritu rebelde. Y más de una vez lo encontramos, y otras más nunca lo hallamos.
Fue en varias oportunidades en que llevábamos algún estupefaciente, una botella de ron, pisco, o vino, y nos sentábamos sobre la arena, en un lugar del campo poco transitado, y con el rico sol del atardecer sobre nosotros.
Era muy común ir allá, cualquier día, pero preferíamos ir los días de la semana luego de salir del colegio, y nos dábamos alguna que otra perdida, entre amigos, y entre alguna droga legal o ilegal, nos poníamos a soñar sobre el mundo, el futuro y el pasado, y hasta que finalmente la noche vencía al día, y tocábamos retirada.
Me miro al espejo, y ya no veo al niño que solía correr por esos campos, pero miro al mismo campo, al mismo arenal, a algunos árboles que aún quedan en pie, y  la silueta característica del entorno, y me doy cuenta que el niño que una vez fui, aún vive dentro mío, en algún lugar, tal vez adormecido por el tiempo, tal vez recluido por la monotonía, tal vez hecho de lado por trivialidades que lo han confinado en un lugar de mi ser del que nunca morirá. No lo sé, pero aún siento al niño que hay en mí. Hay un remanente de mi niñez que nunca se fue.
Pero el lugar está aún ahí, muy cambiado eso sí, pero reconocible aún por mis ojos, reconocible aún por mis recuerdos.
El sol, la arena, el aire fresco del bosque, la humedad del aire, la libertad del campo, y los sueños de adolescentes confrontándose a la madurez, son cosas que pasé en ese mismo lugar.
Y parado sobre una de las colinas más altas, puedo ver todo el campo en cuestión, y mi mente proyectó sobre ese mismo campo, la imagen de unos chicos de 15 años corriendo, bebiendo, fumando, hablando, peleando, gritando, revolcándose y alucinando en ese mismo campo.
Solo eran recuerdos de una mente enferma de nostalgia.
Pero seguía hipnotizado por el paisaje hasta que una suave voz me regresó al presente.

– ¿Qué te pasa? – Escuché preguntar a alguien.
– Nada mi amor, mi mente por un momento se desconectó.
– Dime ¿Qué mirabas en ese campo vacío?
– Solo espectros de un pasado feliz.
– ¿Eran recuerdos lo que te ha puesto así?
– Solamente eran visiones de algo que fue, en este lugar fue forjado mi visión del mundo, en este lugar yace una parte de mí.
– ¿Quieres que nos vayamos?
– No – le respondí – quiero llevarte allá a donde comienzan las sombras del bosque, quiero que conozcas un lugar secreto que solo conocíamos los que usamos este lugar como sitio de diversión, juego y esparcimiento, nuestro lugar de escape, nuestro refugio de la sociedad.
– Allí, la vegetación parece tan densa – me contestó – y este sol quema tanto que iría donde sea que encuentre una sombra fresca.
– Quiero tener un recuerdo más de este lugar, quiero recordar que en este lugar le hice el amor a la persona a quien amo.

Y la besé y me besó, y cogidos de la mano, caminamos en dirección al bosque.

martes, 21 de octubre de 2014

SOLEDAD EN ALGUIEN COMO YO

La tristeza de un niño, le preocupa a una madre, la tristeza de un enamorado, le preocupa a una chica, la tristeza de un padre, le preocupa a su familia, la tristeza de una chica, le preocupa a una chico, la tristeza de un individuo le preocupa a sus amigos, pero mi tristeza no le preocupa a nadie, creo que hay un vínculo más allá de lo necesario que a nadie le importa, hay cientos de miles de estrellas en el cielo, y aun así ninguna está a mi alcance, hay miles de corazones en el mundo y a ninguno puedo llegar, y yo me pregunto, ¿por qué a mí?, por qué precisamente yo, que puedo presumir de un buen gusto, de un aceptable grado de conocimiento emocional de las personas, y un agradable grado de comprensión del mundo, y a pesar que me considero alguien romántico, gracioso y hasta moderadamente culto, no puedo creer por que tocar el corazón de una persona me resulta tan difícil como querer tocar una de esas infinitas estrellas del firmamento. Camino por las calles de una urbe, y veo lo mismo, veo a las mismas personas con diferentes rostros, personas hundidas en un mundo de conformismo e insatisfacción por la vida, personas que ya han perdido la imaginación, que ya no creen en la magia de las hermosas cosas del mundo. Veo rostros que ya no sonríen, ojos apagados, miradas perdidas. Subo a un bus, y los veo a todos, con las miradas perdidas, miradas al piso, se les nota solos a pesar que el bus va lleno de personas.
Tantos delincuentes en el país que van tras cosas materiales de otros; pero a mí que siendo rico en sentimientos no hay quien me robe ni siquiera un beso.
Hasta le escribí este poema y de nada sirvió.

La veo, y es ninfa hecha una mujer
Deslumbra radiante luz alrededor
Y a su entorno ella hace resplandecer
irradiando de ella una mágica iluminación
que a paganos haría enceguecer

Elegante figura como de una dulce fiera
mirarla logra sobresaltar mi corazón
reluce su rostro como el marfil tallado
seda cada hebra de su larga cabellera
y cuando la miro no puedo dejar de hacerlo
cuando me mira vence mi mirada,
solo le basta mirarme fijamente
para vencer mi parte más fuerte.

A través de sus ojos de cuarzo oscuro
Disparada sale una ráfaga de luz radiante
logra penetrar en mi oscura alma,
y me hace estremecer el cuerpo entero,
depurando mi ser tan lleno de oscuridad.

Vaya que ante su presencia
tan vulnerable me siento
tal vez tenga frente a mi a un ser sobrenatural,
una valquiria vestida de mujer,
un angel con las alas ocultas,
una ninfa camuflada en los hombres,
una mágica doncella celestial
La miro y no puedo dejar de hacerlo,
cierro los ojos y la sigo mirando aún
y más claro que nunca en mi imaginación

Y al dormir es parte de mis sueños,
despierto y la veo en todos lados,
la miro y la observo radiante
agradable a mi mirada incauta
misteriosa como luna menguante
complemento perfecto a mi entorno,
personificación perfecta del arte.

Es ella la perfección femenina
reluciente de divina hermosura,
belleza que al entorno domina
como ella una en una centuria

Asi como oir la voz de Dios
Como llegar a una estrella,
O como conquistar el cielo,
Tan fácil conquistar su amor

Llegar a su corazón es tan fácil como llegar a una estrella,
Tan fácil como conquistar el cielo es conquistar su amor,
Robarle un beso como robarle el verdor a la primavera
Su belleza tan grande como grande el trecho a su corazón.
Cuánto daría por un minuto al día tener su atención

Robarle un beso tan simple
Como simple robarle a las aves
su canto matutino de alegría
a la llegada de mi primavera.

Desde que la vi es ella para mi
la razón de mi diario amanecer

Y Aunque ella aún no lo sabe
Ahora ocupa un lugar en mis sueños,
Continúa su vivir existencial,
Sin saber de su importancia en alguien más
sin saber que día a día es la protagonista
en la vida de otra persona,
que es el centro de atención de alguien más,
que todo alrededor de ella
pierde foco en el pensamiento de alguien más,
que con solo una sonrisa suya,
puede alegrar el día a ese alguien
que día a día le piensa,
y que solo un beso de ella,
bastará para curar un corazón maltrecho.
No sabe que es más grande mi amor
cuanto más tiempo paso sin ella.
Es irónico, creo que esto
es lo que otros llamarían amor.

Razgos tan finos que deslumbran ternura
que intimada a un incauto corazón
Caminando por un sendero
a travez de un túnel oscuro,
veo sus ojos mirarme mientras lo atravieso

Pero ella me rechazó, No entiendo por que siendo tan romántico, hasta las putas me rechazan.
Pero una voz en mi me dijo:

Le dices hija de puta, pero bien que querías a esa “puta”, decías “te amo” a la puta, pero lo que te molesta no es que sea una “puta”, sino que no sea tu “puta”.

Vaya conciencia la mía matadora del romanticismo.

jueves, 16 de octubre de 2014

SOBRE UN CIELO NUBLADO

Aquí un poco aletargado, fue un día muy duracell para Jhony Pacheco, y aunque hoy el cielo está gris, y el cielo deja caer gotas de sus lágrimas que reverdecen los campos, yo tuve una revelación un poco mágica y que creo tendrá alguna trascendencia en mi futuro. Las cosas buenas son inesperadas e inexplicables. Ahora comprendo perfectamente que si Dios nos quita algo en esta vida, es por que espera darnos algo mucho mejor.

lunes, 6 de octubre de 2014

FUMANDOME LOS PROBLEMAS


A veces me siento esclavo de esa droga, me siento atado al mar de sensaciones que despierta en mí, poseído por un ente extraña que emerge dentro mío, cuando el dulce humo lleva el tetrahidrocannabinol a mi cerebro, pareciera que un desconocido, que otra persona oculta dentro mío despierta y toma el control de mi ser, toma el mando de este cuerpo, y de mi interior emerge mi lado oscuro y me hace hacer cosas, decir cosas y pensar cosas que en mi sano raciocinio ni siquiera imagino. Hay un algo dentro mío que constantemente quiere salir, y la marihuana es la llave que utiliza para escapar temporalmente de esa prisión donde le tengo confinada.
Soy un prisionero del mar de emociones que desata esa dulce planta vaporizada con fuego. Su efecto es  como una fuerte tormenta que asedia el horizonte, con truenos y relámpagos, con visiones y revelaciones, con éxtasis y libido, pasión y lujuria, odio y amor, paz y conflagración, el pasado se cristaliza ante mis ojos, y el futuro es más prometedor con cada respiración, la alegría se materializa y el mundo se colorea… y luego de pasada aquella tormenta de percepciones maximizadas, regresa la calma, y el efecto alucinante se esfuma, regresa nuevamente el remordimiento, la tristeza convertida en humo y expulsada de mis pulmones, otra vez regresa a ocupar el lugar que había abandonado cuando consumí la ganlla; el dolor nuevamente hace presencia, y lo que hace un momento fue un mágico mundo colorido nuevamente vuelve a perder sus colores y a tornarse gris, y es entonces cuando me doy cuenta que deberé nuevamente dar una jalada más de marihuana, para continuar experimentando la belleza en que se transforma cada átomo del universo, cada escapada de esta realidad.
En momentos como estos,  es cuando me doy cuenta que soy prisionero de un círculo vicioso del que no logro salir, del que no puedo salir y del que no tengo intención de hacerlo.
Este círculo vicioso no tiene un comienzo, tampoco un final, todo es un suceso cíclico, todo está encadenado a un fin no hay manera de escapar, y aunque pudiera no estaría en mis planes el hacerlo.
Mis miedos, mis inseguridades, y la incertidumbre de lo desconocido hacen que quiera fumar la maría para convertir la noche en luz, y al hacerlo, los miedos se esfuman en segundos, la felicidad devora la tristeza, y la paz reconforta mi alma, pero no obstante y para mi desgracia, el efecto de esa droga no es eterno (aunque así lo quisiera), y nuevamente los miedos e inseguridades reaparecidas hacen que nuevamente desee consumirla. Atrapado, pero al mismo tiempo no deseando salir. Estoy condenado a repetir este ciclo durante toda mi vida, he aprendido a vivir así, no puedo ser feliz de otra manera, es mi manera de vivir, mi manera de ser, he aprendido a fingir que soy normal, como todos, y todo aquel que haya intentado cambiar este patrón de vida que llevo, no le permití durar mucho tiempo a mi lado.
Aquellas personas creyeron que entre una elección entre mi dulce marihuana y ellos, yo iba a elegir dejar la marihuana (aunque con los dedos cruzados prometí hacerlo solo para tranquilizarlos)... Pobres ilusos, se creyeron capaces de poder domar a un espíritu libertario y anarquista. Creyeron que un alma libre como el mío podría ser domado con amor. Mi alma solo puede ser domado con la flama revolucionaria de un mundo nuevo, de un nuevo orden mundial donde la marihuana sea por fin legalizada.

martes, 23 de septiembre de 2014

UN CRUEL AMOR QUE NO CONOCE EL PERDÓN


Me encuentro nuevamente muy lejos de mi casa, lejos de mi familia y lejos de mis amigos, lejos de ese espacio mío, ese mundo donde me sentía muy seguro. Pero creo que debo acostumbrarme, ya que al parecer toda mi vida me la pasaré huyendo de ese lugar, lugar que amo, pero que no me quiere. Nadie es profeta en su tierra dijo Cristo, para ser una frase del hijo de Dios, no carece de verdad.
Cuando estaba ahí, sentía que las personas lo único que esperaban ver de mí, era que me hunda que toque fondo, que vaya donde ellos a tocarles la puerta, y aunque muchas veces quise correr hacia ellos a pedirles ayuda, mi orgullo, me lo ha impedido. No logro entender hasta qué grado mi orgullo me ha salvado de humillantes situaciones, o ha contribuido a hundirme más. ¿En qué medida fue responsable de que haya perdido a la única mujer que he podido amar?, creo que ya ha pasado mucho tiempo como para sumergirme en tratar de responder esa pregunta.
Es cierto que en su momento quizá me sentí fuerte por no ceder, ahora me siento el mayor tonto del mundo por simplemente haberme dejado llevar por mi orgullo.
Recuerdo que en una ocasión ella cometió un error, no tan grave, pero que me hizo derramar aunque a escondidas de ella, torrentes interminables de lágrimas, aunque a todo el mundo le hacía notar que en nada me afectaba, solo mi almohada era testigo de lo mucho que sufrí por ella.
Pero así como yo la amaba, ella también me amaba, y yo, cegado por el orgullo, nunca quise aceptarlo.
Me amaba, y tal vez eso le hizo darse cuenta que su tropiezo había hecho caer lo nuestro, pero al parecer ella me amaba incluso más que yo a ella, y como una reivindicación de su parte deseaba corregir las cosas, volver a levantar lo que había entre nosotros. Ella buscó, de la manera más amorosa mi perdón, me llamaba, me buscaba, me escribía, cuando me veía se acercaba, pero yo, tonto de mí, queriendo mostrar una fuerza hueca, le hacía saber que en mí, el amor ya había muerto, y yo disfrutaba en una muestra de cruel venganza, ver como en su rostro se dibujaba la tristeza y su dolor cuando le decía que no quería nada con ella, y me halagaba con mis amigos de que yo era capaz de defender mi dignidad.
Pero al llegar a mi casa me decía que no podía durar mucho tiempo negándole mi perdón por que a pesar de todo, esa linda chica aun ocupaba un lugar en mis pensamientos, un lugar en mis sueños, era un motivo por el que a pesar de todo aun quisiera verla.
Creo que el orgullo me ha hecho más daño al aislarme, al hacerme parecer fuerte que el bien que he logrado sentir, me ha hecho ver como alguien fuerte, duro, un coloso con pies de barro; solo le hubiera bastado robarme un beso para derribar toda esa farsa sobre mí y decirle TE PERDONO

”Patead la puerta y toda la estructura podrida se vendrá abajo”
                                                                       Adolf Hitler

Hasta que finalmente un día, ella, de tanto insistirme y de yo de tanto negarme, hizo lo más sabio y digno, y para mí un justo castigo por mi necedad; el destino quiso darme la primera lección de mi vida que me hizo recapacitar sobre mi orgullo, una lección que llevo hasta ahora.
Un día noté que ella no estaba, ya no la veía en los lugares habituales, y entonces un nudo en la garganta sentí, una mano invisible me estrangulaba… ¿Dónde está, por que no viene ya?, por fin cansado de tanto esperar me decidí a preguntar por ella, ¿pero a quién?, pues a quien entonces era (y aún lo sigue siendo) su mejor amiga.

–Hola – le dije – La has visto, ella solía por venir aquí.
– No viene ya.
      ¿Está enferma, le pasa algo?
– Ya dejó de llorar, Sus ojos por fin dejaron de hacerlo. Pero ella está bien, al menos físicamente.
– ¿Pero vendrá por aquí pronto?,
– No vendrá ya, no hoy, ni mañana, ni la otra semana.
– ¿Acaso tiene otro amor, y no vendrá más por aquí?- Comencé a balbucear.
 Otro amor no, pero ella se fue, y no regresará, su familia se mudó, le preguntaron a ella si quería mudarse, ella dijo que ya no valía la pena quedarse en esta ciudad, donde cada calle le recordaba el dolor que le causaba un cruel amor que no conoce el perdón.

Cómo describir esa sensación, ¿Alguna vez mientras caminaban, al dar un paso adelante, esperando tocar el piso solo encontraron un vacío bajo los pies que les hizo estremecer el cuerpo previo a sentir que caen estrepitosamente a través del vacío hacia el suelo?. Es algo parecido a lo que sentí al escuchar esas palabras suyas. Quería sentarme, el dolor en mi pecho se agudizó, mi corazón comenzó a latir fuerte, en mi pecho se sentía un gran vacío, un gran dolor, mis sentidos se agudizaron, comencé a escuchar que cada sonido era un ruido ensordecedor, mis pupilas se dilataron hasta hacer del más leve destello una intensa luz cegadora, sentía que todo alrededor mío giraba a toda velocidad mientras tenía frente a mí a esa chica amiga suya que me había dado la estremecedora noticia.

      Eres un tonto – me dijo – Tenías que esperar a que la perdieras para que te des cuenta que ella te quería mucho, la decisión de mudarse o no, la debía tomar ella, y por querer dejar de sufrir por ti, decidió marcharse, olvidarlo todo, y comenzar de nuevo, buscar tal vez alguien que la merezca.

Sus palabras eran algo así, mientras me hablaba solo internalizaba lo que me quería decir, no así sus palabras textuales.
Luego, le agradecí por todo, me deseó suerte y no me quiso dar datos acerca de su amiga, creo que a petición de ella.

Yo me alejé de ahí, caminé como un zombi, hacia uno de los muchos miradores de la ciudad, y me puse a mirar el paisaje natural que a ambos nos gustaba mirar en los atardeceres. Y lo miré hasta que la noche la cubrió de negro, y el lugar quedó desolado. Entonces por primera vez, lloré fuera de mi habitación por ella, pero estando solo, nadie me vio hacerlo. Por primera vez, mi almohada ya no era el único testigo de lo que por ella lloré.

lunes, 8 de septiembre de 2014

ESCRIBIENDO...

Aletargado en la sumisión de mis pasiones y consumido por la voracidad de mis deseos, y justo ahora es cuando el cielo confabula a favor de un desesperado a incitarlo y probarlo a la voluntad de la suprema deidad al son del destino, su burdo brazo ejecutor y cruel ante los impacientes hombres desesperados, se aprovecha de los desvalidos hombres enamorados para clavarle crueles estacas en la espalda.
Y yo como una gacela herida en singular combate con la providencia, es que ahora desangrándome, regreso a mi habitación, a secar mis heridas con música, a templar mi alma con literatura, a saciar mi sed con bebidas alcoholizadas, y a calmar mi ansiedad con marihuana… si, pero no importando lo mucho que hoy yo pueda hacer, el vacío inllenable ocupará cada lugar de mi corazón, esperando algún día poder ser llenado. Amar, he aquí lo único que puede llenar el universo, lo infinito requiere lo inagotable.
¿Dónde hallo esa fuente de inagotabilidad? ¿Dónde encontrar una digna compañera que encaje en ese espacio tan espinado?
¿Dónde encuentro una chica como yo la busco?
Busco una chica con mente abierta, que odie como yo al reggaetón, la cumbia y a las músicas tristonas que hablan de las experiencias decepcionantes y esos grupos que son seguidos por toda la masa de bajos niveles sociales que se sienten identificados con sus deprimentes letras.
En cambio quiero una chica inteligente, que le encante el rock, a Led Zeppelin, Beatles, Doors, Iron maiden… No solo eso, que tenga una mente proyectada hacia el futuro, que sea profesional, que se sienta tan segura del amor que siento por ella, de tal manera que no tenga necesidad de desconfiar de mi cuando salga con mis amigas, que caminemos por el parque fumando cada uno un cigarrillo, y si fuma marihuana, nos la pasaremos de la patada… Una chica como esta en verdad no es de ninguna manera una del montón como podría pensar cualquiera, porque ahora en día no es fácil encontrar a una mujer que sea fan a morir de Led Zeppelin… En verdad muy pocas, pero de encontrarla la cuidaría como oro. Ya si es bonita o una buena persona lo descubriré en el transcurso, pero habría un 90% de posibilidades de que se gane mi amor, por que tendrá el 90% de mi atención solo por ese detalle de ser rocanrrolera.
Pero la vida que en ocasiones puede ser más justa de lo que pareciere, y yo sé que concederá esto a quien tanto suplica.
El amor es un trago que debe ser bebido antes que otro más lo beba por nosotros.


Es un golpe muy duro a mi corazón el ya no poder a ella hacerle el amor

sábado, 30 de agosto de 2014

LA BÚSQUEDA DE UN RUMBO


He decidido buscar mi quintaescencia en la vida, ese elemento determinante que da un viraje radical al curso de nuestro devenir en la vida, aquella llave que abre la puerta de lo desconocido hacia un camino alternativo al curso de nuestro actual camino. La determinante, esa es la clave, y creo que a la vida de cada persona le es necesario en algún momento corregir el rumbo de su barco, tratar de luchar contra los vientos de la tormenta que nos quieren conducir a donde ni siquiera nosotros tenemos conocimiento.
Hace un tiempo había dicho que yo soy como un barco en medio del infinito océano que únicamente se deja llevar por donde el viento le mueve, mas es pertinente ser consecuente con nuestro futuro, y el futuro muchas veces significa luchar contra las fuerzas que nos quieren llevar hacia donde hasta nosotros desconocemos.
Es decir, cada día yo, al igual que la mayoría, en algún momento de su vida, debería decir: "Dios Mío, pero vaya que he estado andando sin rumbo, y dañando gente en el trascurrir de mi caminar, tal vez sea momento de corregir el curso, tal vez sea momento de trazarme una rumbo, una meta, y utilizar mi intuición como brújula en medio de este océano al que todos conocemos como LA VIDA".
Desearía a veces girar mi barco hacia atrás, recoger a alguna persona de mi pasado que merecería navegar junto a mí, coger un remo e ir más rápido y navegar en el insondable océano infinito sin jamás sentirme solo. Cuánto dolor hay en cada puerto, dejamos huellas buenas o malas en cada lugar donde anclamos el barco, y generalmente por mi necedad fueron malas, malos recuerdos tal vez para una u otra persona,
La insondable vida puede resultar tan enigmática, tal devastadora y cruel pero nunca injusta aunque la mayoría de personas creen lo contrario.
Y es que la vida no es justa ni injusta, los términos de justicia fue inventado por el ser humano, y dogmatizada por la religión.
No existe justicia, el universo no funciona por leyes abstractas como las que rigen nuestra sociedad, el universo simplemente se rige por leyes de causa efecto, y en nuestra vida, no es diferente, hacemos algo y vienen las consecuencias lógicas.
Cuando una persona percibe una injusticia, es cuando por sus actos esperaba algo que predecía sin tomar en cuenta la totalidad de las variables que intervienen en el resultado final de sus actos.
Y el ser humano, no tiene la sapiencia omnisciente para visualizar cada una de esas variables, y esa atribución únicamente le compete a Dios.
Pero sigo caminando en este mundo, sin un rumbo marcado, sin un camino definido, bajo un cielo nublado, bajo la tenue luz que oscuras nubes dejan pasar de la luna. A lo lejos, en el infinito silencio de lo desconocido, creo escuchar una voz que me grita algo, algo importante que no logro entender lo que me dice, pareciera que esa voz trata de advertirme algo, algún peligro hacia la dirección que voy. Esa es la voz de Dios, que me habla a través de la naturaleza sin que yo logre descifrar su mensaje, no soy digno de comprender lo que quiere decirme, solo soy afortunado de saber de su existencia.
Y mi barco navega aún, sin un rumbo, pero con mi lápiz y papel es momento de trazar un rumbo.
Es momento de echar de mi barco a personas y cosas que no hacen más que entorpecer mi navegación, contribuyendo a volver más pesado mi barco, y haciendo demasiado ruido como para poderme concentrar.

Llevo a bordo a personas que solo me acompañan mientras mi barco se encuentre a flote, y cuando comience a naufragar, ellos me abandonarán. No hay manera de saber por el momento quienes son aquellos oportunistas, y lastimosamente, no hay manera de ponerlos a prueba, y lastimosamente, el único escenario en que puedo hacerlo, es en el momento de la verdad.

domingo, 17 de agosto de 2014

BREVE REFLEXIONACIÒN

La soltura con que se determina el contexto histórico de la revolución social que acontece en este momento respecto al tema de la legalización del la unión civil entre personas del mismo sexo, me parece uno más de los más importantes en los que antiguos paradigmas sociales, han sido eliminados. Llegará el día en que cada ser humano sobre la tierra podrá ejercer su libertad absoluta, sin que una sociedad cegada por dogmas religiosos, y ni un estado que se basa en una discutible moralidad nos lo impidan, y podamos caminar en la calle, libres, con quien sea, como sea, donde sea y cuando sea, sin que personas que se creen los más buenos ciudadanos, nos apunten con sus irrisorios juicios y prejuicios.
Todos somos libres de vivir, a ningún ser humano debe prohibírsele de su libertad, ni así como prohibírsele de vivir, de existir, de amar, de fumar grifa, o de estar con la persona amada sin importar sus creencias, religión, raza o sexo.
Aún no somos libres, aún somos prisioneros de nuestra celda que es el mundo, apenas hemos podido ver nuestras celdas, pero no ir más allá.

lunes, 11 de agosto de 2014

UN EXTRAÑO EN EL ESPEJO


Puta madre, me siento hasta el culo
Me dan ganas de puterar al mundo
Escupir con todo al cielo
Patearlos como a perros
Estoy hecho una mierda este día
Pero voy a pintarlo con poesía.

El cielo me pide que la busque,
Decirle a ella que es mi vida,
decirle que nada más me importa
salvo mi corazón que le pertenece
nada más a ella y para siempre.

Cuanto desearía en este momento,
ver feliz a ese jovenzuelo
de negra cabellera larga,
de marrones ojos apagados,
de gruesos labios rosados,
fatigado cuerpo delgado,
y piel blanca y estrellada,
que yo miro en el espejo…
y aunque por fuera le veo reír,
su triste mirada le delata

Lloran sus ojos mientras sus labios ríen,
por el amor que le fue arrebatado
y por el amor que nunca pudo entregar
Es que hay un extraño en el espejo.

El recuerdo que proyecta mi mente,
No lo recuerda luciendo así.
Ha ido cambiando de aspecto,
Mientras cruelmente el vil tiempo
Ha ido machacando su cuerpo,
y la tristeza flagelando su rostro,
y la soledad carcomiendo su alma
y el tormento consumiendo su calma
Mientras se le acababa su marihuana