domingo, 13 de marzo de 2016

ABORTO


Mucho se ha hablado por estos días en que el aborto es un asesinato premeditado, sin embargo son puras falacias, los defensores no son más que vicarios enviados por los dogmáticos y los predicadores de la muerte de la iglesia católica, que en su afán de mantener su discurso obsoleto, quieren privar a la mujer del derecho de ejercer la libertad para con su cuerpo, libertad que por cierto es parte de su libre albedrío que la misma iglesia predica.
El origen del discurso de los opositores al aborto, se origina en el patriarcado que ha regido la humanidad prácticamente toda su historia, una corriente reaccionaria en general, según la cual la mujer es un ser subyugado al hombre y cuya tarea principal es la de dedicarse al hogar y a tener hij@s, ahí se tiene una de sus más evidentes expresiones en el tema del aborto.
Quitarle ese derecho a la mujer, es un comportamiento claramente dictatorial, se puede calificar el hecho de que terceras personas quieran negar a las mujeres el derecho a decidir sobre su propio cuerpo. Tener un@ hij@ es un acto que afecta a la mujer directamente. Para empezar, es la mujer quien tiene que llevarlo encima nueve meses. Sobre la mujer recae la mayor parte de los cuidados, la educación, la atención, la responsabilidad, el tiempo a dedicarles y en ocasiones hasta la obtención de los recursos económicos. Nadie mejor que la mujer sabe qué quiere hacer con su vida y con su cuerpo.

Últimamente la llamada Marcha por la Vida (con vinculaciones a la organización nacional-católica Opus Dei) u otras que están en contra del aborto disfrazan su ideología bajo el argumento de defender la vida del niño (siempre se olvidan de mencionar a la niña). Olvidan que hasta los tres meses sólo es un embrión en el cuerpo de la madre.
Ell@s dicen que ven el acto sexual como un fin para tener hijos (aunque los hechos se encarguen de demostrar que esta teoría va contra la biología humana: un 95% del clero se masturba, un 60% mantiene relaciones sexuales con otras personas -de ell@s el 53% con mujeres adultas, el 21% con varones adultos, el 12% con mujeres menores y el 14% con varones menores-, el 26% soba a menores, y el 7% abusa gravemente de menores). Los datos han sido extraídos del libro “La vida sexual del clero”.
No son más que personas cegadas e hipócritas, que no son capaces de ver a la sexualidad como en realidad es, es decir un medio para llegar a ser personas adultas, sanas y psicológicamente maduras; como un medio para comunicarse con la (s) otra (s) persona (s), lograr intimidad, obtener placer, relajarse, liberarse del estrés y por lo tanto ser mujeres y hombres felices. Esto implica que las relaciones sexuales sólo servirán también para tener un hijo o una hija cuando las personas interesadas lo decidan.
Estadísticamente, la población delincuencial de cualquier nación, viene del sector marginado y de bajos recursos económicos, donde las limitaciones económicas empujan a ciertas personas a buscar subsistir como sea, no importando si eso conlleva traspasar los límites de la legalidad. La mayoría son personas reincidentes, sin una figura paterna en su familia, cuyas madres les dieron a luz siendo adolescentes aún, la mayoría de sus madres no terminaron sus estudios y al no tener la madurez necesaria de ser madres, y siendo abandonadas por el padre, criaron a sus hijos al borde de lo marginal. Como se mencionó, un hijo absorbe recursos económicos a una mujer, aparte de eso, tiempo, salud, sueño, y la mayor parte de su vida. ¿Por qué privar a una mujer del crecimiento intelectual y emocional que viene dado con un embarazo no deseado?. Por qué permitir que un@ niñ@ crezca en un mundo donde no fue planificado, y donde a la postre corra riesgo de crear un resentimiento social que a fututo atente contra el bienestar del resto de la sociedad. Soy Anarquista, creo en Dios, pero no hay ningún acto de amor, al permitir que un@ niñ@ venga a un mundo donde no recibirá amor.
Resulta molesto que las organizaciones citadas anteriormente sean sinceras cuando dicen defender la vida. Su doble moral queda demostrada cuando se centran en el anti-abortismo (que resta libertad a la mujer) y se olvidan de que niñas y niños son maltratad@s en el hogar familiar, del exterminio de l@s niñ@s de la calle en los países subdesarrollados, del secuestro destinado al tráfico de órganos infantiles o de las condiciones de trabajo inhumanas a las que son sometid@s en los países mal llamados del tercer mundo, o cuando en los países subdesarrollados defienden políticas de descenso de la natalidad mientras que en los desarrollados propugnan justamente lo contrario.
Esto hace pensar que su postura responde a otro tipo de intereses que nada tienen que ver con lo humanitario.
Como en casi todo en este mundo, en el tema del aborto hay mucha hipocresía; así, quienes están en su contra suelen aceptar sin ningún tipo de duda la pena de muerte como castigo de ciertos delitos o han ido a abortar a países donde el aborto está legalizado, rompiendo esos criterios morales que parecían tener tan asumidos.

Toda mujer tiene el derecho a no tener a un@ hij@ a quien no amará, a quién no podrá darle la vida digna que todo ser humano merece recibir, negar el aborto a las mujeres, es en la mayoría de los casos, condenar a más de un ser humano a una vida indigna.

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