Mucho se ha hablado por estos
días en que el aborto es un asesinato premeditado, sin embargo son puras
falacias, los defensores no son más que vicarios enviados por los dogmáticos y
los predicadores de la muerte de la iglesia católica, que en su afán de mantener
su discurso obsoleto, quieren privar a la mujer del derecho de ejercer la
libertad para con su cuerpo, libertad que por cierto es parte de su libre
albedrío que la misma iglesia predica.
El origen del discurso de los
opositores al aborto, se origina en el patriarcado que ha regido la humanidad prácticamente
toda su historia, una corriente reaccionaria en general, según la cual la mujer
es un ser subyugado al hombre y cuya tarea principal es la de dedicarse al
hogar y a tener hij@s, ahí se tiene una de sus más evidentes expresiones en el
tema del aborto.
Quitarle ese derecho a la mujer,
es un comportamiento claramente dictatorial, se puede calificar el hecho de que
terceras personas quieran negar a las mujeres el derecho a decidir sobre su
propio cuerpo. Tener un@ hij@ es un acto que afecta a la mujer directamente.
Para empezar, es la mujer quien tiene que llevarlo encima nueve meses. Sobre la
mujer recae la mayor parte de los cuidados, la educación, la atención, la
responsabilidad, el tiempo a dedicarles y en ocasiones hasta la obtención de
los recursos económicos. Nadie mejor que la mujer sabe qué quiere hacer con su
vida y con su cuerpo.
Últimamente la llamada Marcha por
la Vida (con vinculaciones a la organización nacional-católica Opus Dei) u
otras que están en contra del aborto disfrazan su ideología bajo el argumento
de defender la vida del niño (siempre se olvidan de mencionar a la niña). Olvidan
que hasta los tres meses sólo es un embrión en el cuerpo de la madre.
Ell@s dicen que ven el acto
sexual como un fin para tener hijos (aunque los hechos se encarguen de
demostrar que esta teoría va contra la biología humana: un 95% del clero se masturba,
un 60% mantiene relaciones sexuales con otras personas -de ell@s el 53% con
mujeres adultas, el 21% con varones adultos, el 12% con mujeres menores y el
14% con varones menores-, el 26% soba a menores, y el 7% abusa gravemente de
menores). Los datos han sido extraídos del libro “La vida sexual del clero”.
No son más que personas cegadas e
hipócritas, que no son capaces de ver a la sexualidad como en realidad es, es
decir un medio para llegar a ser personas adultas, sanas y psicológicamente
maduras; como un medio para comunicarse con la (s) otra (s) persona (s), lograr
intimidad, obtener placer, relajarse, liberarse del estrés y por lo tanto ser
mujeres y hombres felices. Esto implica que las relaciones sexuales sólo
servirán también para tener un hijo o una hija cuando las personas interesadas
lo decidan.
Estadísticamente, la población
delincuencial de cualquier nación, viene del sector marginado y de bajos
recursos económicos, donde las limitaciones económicas empujan a ciertas
personas a buscar subsistir como sea, no importando si eso conlleva traspasar
los límites de la legalidad. La mayoría son personas reincidentes, sin una
figura paterna en su familia, cuyas madres les dieron a luz siendo adolescentes
aún, la mayoría de sus madres no terminaron sus estudios y al no tener la
madurez necesaria de ser madres, y siendo abandonadas por el padre, criaron a
sus hijos al borde de lo marginal. Como se mencionó, un hijo absorbe recursos
económicos a una mujer, aparte de eso, tiempo, salud, sueño, y la mayor parte
de su vida. ¿Por qué privar a una mujer del crecimiento intelectual y emocional
que viene dado con un embarazo no deseado?. Por qué permitir que un@ niñ@
crezca en un mundo donde no fue planificado, y donde a la postre corra riesgo
de crear un resentimiento social que a fututo atente contra el bienestar del
resto de la sociedad. Soy Anarquista, creo en Dios, pero no hay ningún acto de
amor, al permitir que un@ niñ@ venga a un mundo donde no recibirá amor.
Resulta molesto que las organizaciones
citadas anteriormente sean sinceras cuando dicen defender la vida. Su doble
moral queda demostrada cuando se centran en el anti-abortismo (que resta
libertad a la mujer) y se olvidan de que niñas y niños son maltratad@s en el hogar
familiar, del exterminio de l@s niñ@s de la calle en los países subdesarrollados,
del secuestro destinado al tráfico de órganos infantiles o de las condiciones
de trabajo inhumanas a las que son sometid@s en los países mal llamados del
tercer mundo, o cuando en los países subdesarrollados defienden políticas de
descenso de la natalidad mientras que en los desarrollados propugnan justamente
lo contrario.
Esto hace pensar que su postura
responde a otro tipo de intereses que nada tienen que ver con lo humanitario.
Como en casi todo en este mundo,
en el tema del aborto hay mucha hipocresía; así, quienes están en su contra
suelen aceptar sin ningún tipo de duda la pena de muerte como castigo de
ciertos delitos o han ido a abortar a países donde el aborto está legalizado,
rompiendo esos criterios morales que parecían tener tan asumidos.
Toda mujer tiene el derecho a no
tener a un@ hij@ a quien no amará, a quién no podrá darle la vida digna que
todo ser humano merece recibir, negar el aborto a las mujeres, es en la mayoría
de los casos, condenar a más de un ser humano a una vida indigna.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario