Y me aventuré en ir tras la leyenda, tras
aquel coloso que intimidaba a hasta a aquellos que se afanaban de ser
experimentados, muchos lo intentaron, pocos lo lograron, pero aun así estoy
aquí, un sobreviviente, alguien que vivió para contarlo, que sobrevivió a Moby
Dick.
Y No, no me estoy refiriendo a la ballena
Blanca, sino a la obra literaria en si, aquella monstruosa obra de la
literatura, imponente tanto como el cachalote que le da su nombre, una obra
compleja, que puede resultar apabullante e incomprensible para quienes se
aventuren en leer aquella obra genial. Y si, aunque pocos sean los que hayan
leído semejante obra, nadie puede negar que se han topado alguna vez con sus vastas e
incontables referencias en la cultura POP,
a mi memoria, vienen capítulos hasta para niños, Los Padrinos Mágicos, Películas
como El lobo de Wall Street, Una canción de mi banda Favorita “Led Zeppelin”
que tiene por nombre Moby Dick, pero sobre todo, la primera vez que me interesó
este libro fue cuando la vi que en la Película MATILDA, el padre de la niña con
poderes mágicos, le recrimina por leer ese libro mientras el resto de la
familia veía televisión, entonces el Padre Furioso, le arrebata el libro y
comienza a arrancarle las páginas, ante la tristeza de Matilda que trataba en
vano de impedirlo argumentando ella que esa obra era hermosa además el libro no
le pertenecía, luego de eso Matilda descubre que tiene poderes mentales, y la
historia de esa película da un giro.
Aun así, en más de una oportunidad que revisé
Rankin de libros, Moby Dick, aparecía generalmente en dos categorías: Por ser
una obra Universal, y por ser una Obra de Difícil Lectura.
Eso hizo que en el año 2017, en una feria del
Libro, me hice con un ejemplar de dicha obra, pero no fue hasta el tiempo libre
que me otorgó la Pandemia del COVID 19, que al fin me adentré a esa aventura
literaria de leer aquel libro que por años estuvo en el anaquel adornando mi pequeña
biblioteca, sin que yo le diera la Oportunidad de leerlo, y es que puede que solo
ver el tamaño físico de la obra, puede desanimar a un lector aficionado.
Aun así, venciendo mi miedo, fui tras la
ballena blanca y le di lectura, y cuando al fin terminé, el único
arrepentimiento que me embargó, es el no haberlo leído mucho antes. Una genialidad
total de un autor, como muchos, solo valorado post mortem.
No se puede comprender esta obra sin entender
la vida de su autor.
Herman Melville, un aventurero, que de joven,
en lugar de ir a la Universidad, decidió emprender y recorrer el mundo enrolándose
en un barco ballenero. En aquella época, la industria de caza de ballenas era
un negocio altamente rentable, en que los balleneros embarcaban en largos
viajes en los que no tocaban tierra en periodos de hasta tres años. Fue así, en esta etapa de su vida, que conoció y se curtió en el oficio sobre el cual años más
tarde plasmaría en su monumental Obra, es de mencionar, que en sus tantos viajes
alrededor de mundo, Melville, llegó a conocer Perú, específicamente la ciudad
de Lima, al cual por cierto varias menciona en el libro.
Melville, ya luego de años de vivir las duras
condiciones de la vida ballenera, decidió al fin, pasar a tener una vida
tranquila y se dedicó a ser escritor, curtido por la vida, y por las largas
horas de introspección que significaba mirar la vastedad del océano hasta donde
la mirada se perdiera, escribió muchas historias algunas de considerable éxito.
Pero llegado a un punto, decidió escribir lo que para él sería su mejor obra,
Moby Dick, basándose en los sucesos que acontecieron en la vida real a una
embarcación ballenera que trágicamente había sido hundido por un cachalote, y
cuya historia conoció Melville, entrevistando a uno de los sobrevivientes. Por
cierto la historia de esa embarcación que sirvió de inspiración para la obra
que hago mención, fue llevada al cine bajo el título de “EN EL CORAZÓN DEL
MAR”, y tanto el poster como en el tráiler de la película se leía: “La historia
que inspiró al mito de Moby Dick”
Moby Dick es una de las pocas obras, que fue
concebido por su autor con la intención de ser una obra maestra y que logró ese
objetivo, aunque no fue valorado en su época, hoy tiene el privilegio de ser
considerado como un Clásico de la Literatura Universal.
Lamentablemente para su autor, la obra
recibió duras críticas literarias que hicieron caer a su autor en una depresión
profunda, producto del desprestigio posterior que recibió, y no volvió a
escribir una obra de tal magnitud, y para sobrevivir tuvo que dedicarse el
resto de su vida, a labores diferentes a la literatura para poder sobrevivir y
poder pagar sus deudas. Melville, es los trágicos autores que no lograron en
vida de su grandeza, tal como también ocurrió con otros grandes como Cervantes
o Vallejo.
Pues la Obra en si, puede ser interpretada de
diferentes maneras, más que una novela de aventuras, es una metáfora a la
obsesiva, enfermiza y autodestructiva persecución de los ideales, de eterna
lucha del bien contra el mal, la búsqueda de Dios, o la eterna lucha del hombre
contra la naturaleza, visto todo desde la perspectiva de un barco ballenero que
va tras un raro espécimen y temido, cuya búsqueda, al igual que la persecución
de los seres humanos de ideales demasiado imposibles, terminan en total
tragedia.
Según el relato El capitán Ahab, comandaba un
barco ballenero, cuando se cruza con un extraño ejemplar de cachalote albino,
de una blancura como la nieve, cuyo cuerpo estaba repleto de arpones
incrustados en su piel de los multiples y fallidos intentos de darle caza, y al
que los balleneros llaman Moby Dick. El campitan Ahab trata de cazarlo, pero la
ballena, que era de unas dimensiones extraordinarias y que se decía poseía
además una audacia e inteligencia casi humana, poco común en su especie, en su intento
de defenderse, lucha contra los balleneros y destruye sus botes, y en ese
enfrentamiento amputa una pierna al capitán Ahab, quien sobrevive, pero que
desde ese momento siente un odio visceral y casi enfermizo a Moby Dick, por
haberle condenado de por vida, a tener que llevar una pata de marfil en su
cercenada pierna, el mismo que al caminar, hacía un ruido característico cuando
la pata de palo, golpeaba sobre la cubierta del barco, desde entonces Ahab
busca tomar venganza, en su retorcida mente, se concibe a si mismo como
instrumento del Bien, y como agente del bien, cree que es su deber moral,
acabar con ese mal encarnado en el leviatán Blanco que ronda los mares
hundiendo barcos y asesinando hombres.
La historia es narrada en primera persona por
el tripulante Ismael, pero ocurre algo a lo largo de la historia que es uno de
los defectos del libro, y es que si bien la obra está narrado en primera
persona, el narrador llega a convertirse en ciertos momentos en un narrador que
todo lo sabe y que todo lo ve, que puede hasta estar presente en diálogos en
donde el tripulante Ismael nunca está presente, o que narra sucesos que ocurren
en barcazas en donde el narrador es imposible que esté, además de mostrar los
soliloquios de los personajes sus acciones y pensamientos que estos tienen en
solitario mientras el resto de la tripulación duerme. Hay una alternancia entre
narrador en primera persona y un narrador omnisciente. Este es quizás uno de
los defectos por el que duramente los críticos le han atacado a Melvine. Tal
parece que la monumental de esta obra, apapulló a su mismo autor, que se perdió
en la grandeza de su propia obra al punto de no darse cuenta de este error, si
es que fue un error. O tal vez, trató de retratar esa alternancia que a menudo ocurre
en el mundo, cuando nosotros presenciamos los hechos, y en nuestra mente
solemos acomodar los sucesos para darle algún tipo de sentido, inventamos
diálogos que pudieron haber dicho tales o cuales personas a las que nunca les
escuchamos decir tal cosa, todo con tal de que concuerde con la narrativa que
nosotros queremos creer.
Además, otro punto en contra del que se valen
los que critican este libro justificando el que sea insufrible y muy difícil de
leer, es debido a lo que muchos consideran, un excesivo relleno. Si, el libro
es monumentalmente extenso, las ediciones promedio rondan por las 600 páginas,
y si bien sus principales detractores argumentan que el libro pudo contarse en
muchas menos páginas, obviando muchos capítulos que tratan sobre la cetología o
(clasificación científica de las ballenas), que si bien dichos capítulos no
aportan nada a la trama (y que bien el libro podría haber prescindido de
ellos), ayudan a entrar en el contexto sobre cómo era percibido la caza de
ballenas en la época, además, detalla en muchos capítulos, cuál era la rutina de
procesar una ballena capturada, desde la manera de cortarlo y procesarlo para
finalmente obtener el tan valioso aceite que era el principal producto de la
actividad ballenera. Como dije, si bien estos capítulos no suman en nada a la
trama de la historia, puede enriquecer para entender lo dura que era la vida en
un barco como el Poquod, aunque bien no puedo dejar de dar un poco de razón a
quienes pueden llegar a odiar el libro por estos innecesarios detalles sobre la
historia.
Aun así, eso no le quita ningún mérito a la
obra, pues si bien este aspecto tiene muchos detractores, hay quienes aplauden
dicha precisión por su carácter científico e informador para quienes como yo,
no entendían previo a leer esta obra, la diferencia entre ballenas, cachalotes,
yurbatas, o la ballena jorobada.
Hay así mismo, capítulos que son muy
memorables en la Obra y los mismos que son suficientemente geniales para
apabullar a los defectos del mismo antes mencionados.
Hay capítulos del libro que ensalza amistad
sin prejuicios entre nuestro protagonista y un temible africano al que todos
temen por su fama de caníbal, y sobre el que Melville escribe una de las frases
más bellas que encontré en el libro:
Qué elásticos se vuelven
nuestros rígidos prejuicios una vez que el amor viene a doblegarlos.
Con esa frase Melville nos anuncia cómo
podríamos eliminar los odios que son vigentes en nuestra sociedad: Racismo,
Homofobia, Clasicismo y Xenofobia. Los seres humanos podemos odiar a quien no
conocemos cegados por prejuicios, pero una vez que empezamos a congeniar con
ese alguien, y conocemos sus miedos, sus temores, inseguridades y sus sueños,
vamos descubriendo que en el fondo no son diferentes a nosotros, y que adentrándonos en las profundidades de su alma,
la empatía emerge, y podemos entonces amar, y ese amor siendo una fuerza poderosa,
hace que la barrera del prejuicio se derrumbe, y se pueda apreciar al ser
humano que teníamos en frente, en todo el esplendor de su belleza interna.
El
mástil
También me gustó la parte en que describe cuando
al protagonista le enviaban al mástil más alto para servir de vigía ante la
presencia de las ballenas en la lejanía y dar aviso a la tripulación para su
persecución, el autor relata que esos momentos de total soledad, de silencio y
que teniendo a la vista hasta donde la mirada le permitía ver el azul del mal y
el celeste cielo, le permitían entrar en un estado de calma y paz, donde
simplemente dejaba volar sus pensamientos y comenzaba a entrar en sublimes
estados de introspección, tal que descuidaba su labor de vigilar o avistar en
la lejanía a las ballenas, para cuya tarea se le había enviado a ese puesto de
altura, y en cambio sentía a su mente volar por los confines del universo.
Alguna vez, en ciertos viajes que hizo, me sentí igual, cuando en momentos de
calma, al observar la lejanía de bellos paisajes, sentía una especie de
desconexión con la realidad, y a mi mente afloraban infinidad de pensamientos,
y me ponía casi en modo Socrático, analizando y filosofando sobre cuestiones de
la vida o hasta casi existencialistas, tal que perdía la noción del tiempo y el
espacio, mi mente parecía volar al contemplar los vastos parajes en total silencio
y tranquilidad, sentía que la naturaleza se sincronizaba conmigo, y volaba con
mi mente sobre ella.
Es la parte de la lectura, cuando sentí lo
que el autor de Moby Dick quería decir, sentí por esas descripciones lo mismo que
sentía el personaje, recordando en parte, mis propias experiencias en
situaciones similares, que me resultaron muy geniales y a la vez fascinantes.
Debió ser genial, ser un joven ballenero, sin ninguna preocupación por la vida,
en lo alto de un mástil, lejos del ajetreo de la vida en cubierta, en total
silencio y calma, con el balanceo del barco, y teniendo a la vista el infinito horizonte
hasta donde la mirada se puede abarcar, me pregunto, si hubiera estado en esa
situación, a que revelaciones podría haber llegado, es algo que me pareció súper
genial, y fue la parte del libro que más disfruté leer.
Lima
Otro de mis partes favoritas de la novela, es
los que son dedicados a la ciudad de Lima, que por cierto Melville llegó a
conocer en la vida real, hay unos cuantos capítulos en los que el autor
(saliéndose del Narrador Ismael), relata a un grupo de personas en un hotel en algún
lugar de Lima, historias sobre navíos, mientras iba tomándose nuestra rica Chicha.
Pero quizás sin dudas, la parte que a mí más
me fascinó de este libro, fue la percepción que tiene Melville de la ciudad de
Lima, una percepción con la que yo me sentí identificado:
¿No es el recuerdo de sus
terremotos demoledores de catedrales, ni la estampida de sus frenéticos mares;
ausencia de lágrimas en áridos cielos, que jamás llueven; ni la visión del
ancho campo donde se alzan botareles inclinados, yacentes piedras sillares y
cruces terciadas (como un astillero de tumbadas flotas ancladas), ni sus
avenidas suburbanas con paredes que se apoyan las unas contra las otras como
revueltos mazos de naipes, lo que hace que Lima, la sin lágrimas, sea la más
extraña y triste ciudad que usted pueda ver? Ello se debe a que Lima ha tomado
el velo blanco, y existe el más alto honor en esa blancura que define su
tribulación. Vieja como Pizarro, esta blancura mantiene siempre nuevas sus
ruinas, no admite el jovial verdor de su decaimiento; extiende sobre sus rotos
terraplenes el rígido palor de una apoplejía que fija sus propias distorsiones.
![]() |
Lima la sin Lágrimas, envuelta en un halo de tristeza. |
Bien es cierto que cuando se refiere al velo
blanco, coloquialmente los limeños suelen referirse a eso como “PANZA DE BURRO”
o “LIMA GRIS” y hace referencia a las nubosidades que cubren el firmamento
durante la mayor parte del año, que priva a sus habitantes de la relajante
contemplación de un celeste cielo que puede sosegar a veces un corazón
angustiado, y que no es casualidad que en los meses de verano, que es cuando el
cielo luce más despejado de esas neblinas, los habitantes de esa ciudad lucen
más animosas que el resto del año, es cuando pueden apreciar el esplendor de un
cielo azul en toda su belleza. En los consiguientes meses, cuando por momentos
el cielo se despeja y se puede ver en pleno día aquel celeste hermoso, muchos
caminan, sin darse cuenta, con más alegría y ánimo que en uno donde el cielo se
encuentre nublado. Lima para casi todo el año envuelto en un halo de tristeza, que impregna de nostalgia a la vida de quienes caminan y habitan sobre sus calles.
Además, el habitante promedio de Lima, poco
conoce lo reconfortante y liberador que puede ser sentir a la lluvia caer fuera
de nuestras casas, el sentir la nostalgia que un paisaje de gotas de agua
limpiando el aire, y golpeando techos, calaminas, hojas de árboles puede a la
vez ser una armonía sinfónica de la naturaleza, que a uno le llega a limpiar
por dentro al ver al agua limpiarlo todo, y solo los que hemos observado a la
lluvia caer a través nuestra ventana, sabemos que puede ser casi un sentimiento
de catarsis, cuando luego de la lluvia, nuevamente vuelve a salir el sol, y con
ello nuestro ánimo renovado vuelve a reconfortarnos con una alegría indescriptible,
como si las gotas de agua caídas del cielo hubieran limpiado también nuestra
alma; al no llover en esta la ciudad de Lima, se les priva a sus habitantes el
poder mirar al campo y ver como éstos ríen mientras el cielo llora, el
placentero olor de la tierra mojada por una fresca lluvia que como una droga,
nos llena de una innata felicidad y sensación genuina de bienestar, que aplaca
o mitiga cualquier sentimiento negativo que nos pueda embargar en el momento
mismo.
En Lima, la sin lágrimas, por su propia
naturaleza que priva a sus habitantes de esa purificación que el cielo suele
mandar en otros lugares del mundo, hace que en esta ciudad, se respire una
cierta sensación de nostalgia perpetua, como si todos sus habitantes jamás
hubieran pasado por esa catarsis de liberar en unas pocas horas su nostalgia
con la música de una tarde o mañana lluviosa, aquella que relaja escuchar las
gotas golpear con un agradable eco cada superficie alrededor nuestro. Melville,
que provenía de una zona donde llovía, y que conocía muchas ciudades donde
tenían ese privilegio, lo sabía, es por ello, que aparentemente el tiempo en
que estuvo aquí, pudo ver al alzar la mirada, aquel color blanquecino que
caracterizaría al Moby Dick de su novela, asociando el color blanco inmaculado
con los temores más antiguos y místicos del ser humano, el blanco que solemos
atribuir a la vestimenta de los fantasmas que solemos asociar a la muerte, o al
blanco que ve una persona que perdido en un nevado, asocia a ese color a los
últimos momentos de la vida que le queda. Es además aquella característica de
esta ciudad, su falta de precipitación pluvial, el que hace que sus parajes
sean escasos del color verde que también reconforta la mirada de un observador
que dirige su mirada a la lejanía, y que en esta ciudad, anclada en un
desierto, está privada de extensos campos verdes del que gozan muchas otras
ciudades capitales del mundo.
Es también otra parte del libro donde hace
referencia a esta ciudad llamándola:
Lima la corrompida que, por cierto, viene a
confirmar su aseveración: Más iglesias abiertas día y noche que salas de juego,
y sin embargo… Lima la Corrompida
No es necesario viajar… Todo el mundo es Lima…
Yo había pensado hasta el momento, que sus templadas comarcas del norte las
gentes deberían ser serenas y santas como las colinas.
Otro de mis capítulos favoritos es cuando el
capitán Ahab, trata de arrastrar a la tripulación a su venganza personal.
Siendo la principal actividad del barco ballenero la caza de ballenas para la
extracción de su grasa, el capitán Ahab, quiere reclutar y usar a los miembros
de la tripulación para conseguir su venganza personal. Uno de sus oficiales le
increpa, diciéndole que si bien la misión de todos es la caza de ballenas, no
pueden permitirse ir tras una ballena específica solo para cumplir la venganza
de un solo hombre. El capitán entonces, saca entonces provecho de la codicia de
los marineros, Toma un Doblón (moneda) de oro, y promete que aquel marinero que
avistase a la ballena blanca, sería el dueño de ese doblón.
Pues eh aquí el mensaje oculto de la obra
Moby Dick, muy a parte de las múltiples interpretaciones existencialistas que
se le ha dado, bien el libro representa metafóricamente a la humanidad.
El Barco sobre el que navegan los balleneros
es el mundo sobre el que los seres humanos existimos, El capitán Ahab,
representa a los idealistas fanáticos, políticos y aventureros que viven
obsesionados por alcanzar un ideal o glorias personales, el ideal vendría está
representado por Moby Dick, algo intimidante, poderoso, escurridizo; representa
Moby dick aquello que algunos van persiguiendo a lo largo de sus vidas, la
gloria, el poder, el reconocimiento, riquezas, pero así mismo, Ahab, y los
líderes políticos, saben que ellos solos son incapaces de ir tras ese ideal que
obsesivamente ansían alcanzar, es cuando reclutan a sus seguidores, que en el
libro están representados por el resto de la Tripulación, son el pueblo en
general, los seguidores que Ahab logra convencer para su arriesgada misión,
pero dado que Ahab no puede hacer que su Odio personal también motive al resto
de su tripulación, y como no puede hacer que cada miembro de la tripulación
odie como él visceralmente al Leviatán Albino, los motiva ofreciéndoles
riquezas representados por el Doblón, con la promesa de una gratificación
material en caso ayuden a lograr su ansiada meta, de manera que sus seguidores,
motivados ahora por su avaricia, y las debilidad humana por la consecución de
riquezas, entonces el capitán logra reclutar a su tripulación, para que se le
sumen en la consecución de su venganza personal, que nada tiene que ver con la
actividad principal para lo que en primer lugar se embarcaron en el barco
ballenero.
En el transcurso del relato, el capitán Ahab
va encontrándose con múltiples capitanes de navíos, a quienes la primera
pregunta que les hace es si vieron a la Ballena Blanca, algunos le contestan no
haber escuchado de ella, otros le cuentan sus leyendas de inmortal, y hasta que
se cruza con un capitán a quien Moby Dick, le mutiló al Igual que Ahab, una
parte de su cuerpo, en su caso, su brazo, pero a diferencia de Ahab, este, más
sensato, aceptó su mutilación como un tributo al destino por una segunda
oportunidad que le dio el seguir vivo, habiendo sobrevivido al encuentro con
Moby Dick, y por ello, no buscaba ninguna venganza personal contra el
cachalote, sino que en lo posible solo se dedicaría modestamente a la caza de
ballenas sin ninguna obsesión en particular. Ahab trató, de unir fuerzas con
ese capitán, para juntos tomar venganza contra el cachalote, pero la obsesión
de venganza, solo estaba en el demente Ahab, nadie más que él se había
propuesto a darle caza a Moby Dick como logro personal. Este contraste de
capitanes que estuvieron expuestos a las mismas circunstancias trágicas, ambos
se enfrentaron a Moby Dick, a ambos Moby Dick les cercenó una extremidad pero
les perdonó la vida, uno aceptó su destino y pudo continuar con ella, el otro
se obsesionó en su venganza; uno vivió tranquilamente valorando y apreciando la
segunda oportunidad que le dio la vida, el otro vivía atormentado por su odio y
sed de venganza, que posteriormente acabaría consumiéndolo y a toda su
tripulación.
A veces en nuestra vida nos encontramos con
personas que guiados por la razón, nos advierten del despropósito de nuestra
obsesión, pero que cegados, les hacemos de lado, argumentando tercamente que no
nos entienden. Cuántas personas van tras un mal amor que los va destruyendo y
consumiendo por dentro, y cuántas personas le aconsejan que renuncie a ello,
pero cegados por su obsesión, hacen oídos sordos, y se enfrascan en esa trágica
aventura que no le aporta la serenidad que se merecen.
Obviamente, la aventura termina mal, desde el
primer enfrentamiento queda claro que Moby Dick supera en todo aspecto a los
tripulantes del Barco Ballenero, claramente caen en cuenta que posee una
inteligencia y una malicia casi al nivel humano, su comportamiento y las
acciones de Moby Dick, hacen suponer a los balleneros que lidian contra un ser
de la naturaleza con una conciencia propia, y con alguna similitud al pensamiento
humano, dan una terrible batalla contra el monstruo, pero Moby Dick escapa,
matando a algunos en el intento. Podrían haberse dado por vencidos, pero la
negativa de Ahan, hace que en tres días de intensa lucha, Moby Dick, el
leviatán Blanco, termina acabando con la vida de todos, hundiendo el barco, y
dejando como único sobreviviente a Ismael que vive para contarlo. La trágica historia
llega así a su fin, acabando con la ruina de todos y llevándolos a perecer por
la locura y la obsesión de un solo hombre.
Partiendo de ellos, la novela tiene una
interpretación mucho más profunda.
Se me viene a la mente, todos los gobiernos
Totalitarios del siglo siguiente al que fue escrito la novela, es decir el
Siglo XX, el paralelismo que más fascinante hallo, es en el Tercer Reich
Alemán, más comúnmente conocido como la Alemania Nazi.
Hitler, al igual que Ahab, tenía en sí mismo
una ansia de poder y gloria personal, pero viendo que necesita a muchos para
llevar a cabo su fanático idealismo, promete a su pueblo la gloria y una
supremacía mundial de una nación que les brindará riqueza y prosperidad, como
Ahab con el Doblón. De ese modo su pueblo, decide ciegamente seguir a su líder
en su locura, pero al hacerlo, Hitler arrastró a su pueblo a la ruina, pues al
perseguir a su “Moby Dick” o la dominación mundial, el mundo se le vino en
contra y lo terminó destruyendo, acabó no solo con Hitler, sino con todos
aquellos que le siguieron en la búsqueda de su obsesivo ideal.
A fin de cuentas, además, se puede hallar en
la historia muchos casos similares, donde líderes trataron de seguir un ideal,
(Comunismo), y que al hacerlo, acabó llevando a la desgracia y a muchos
crímenes a todos aquellos que apoyaron a su líder en un primer momento.
El hombre contra la naturaleza, es una
metáfora poética, de cómo los seres humanos por más obsesivos que podamos llegar
a desear algo, al final, no estamos a la altura de poder vencer a la
naturaleza, muchas veces somos vencidos por aquello que tanto perseguimos.
A veces, nosotros mismos queremos conseguir
algo, pero no somos conscientes que hay ideales u objetivos que para seguir
tras ellos, estamos potencialmente lastimando a muchas personas, hay cosas a
las que tenemos que considerar simplemente inalcanzables, ya que si nos
obsesionamos en seguirlas tercamente, podemos terminar autodestruyéndonos a
nosotros mismos, y tal vez a las personas que amamos, y a las que juramos nunca
lastimar.
Quién en su vida no tuvo un Moby Dick, algún
tipo de ideal, un amor al que quisimos llegar, y que obsesionados por
alcanzarlo, dejamos de lado el sentido común de las cosas, dejamos de tomar en
cuenta hasta nuestra propio bienestar con tal de alcanzar lo que parecía a toda
costa alejarse de nosotros, y cuando lo alcanzamos, fuimos destruidos por ese
mal amor, que nos hizo sucumbir y que era sin darnos cuenta era autodestructivo,
que bien no solo nos termina destruyendo, sino a los que nos rodean, amigos y
personas que en verdad nunca debimos dejar atrás, esta novela es una bella
metáfora sobre como el seguir con ciega obsesión lo que a toda costa debe
seguir su curso, puede terminar acabando con nosotros mismos, y a la vez
destruyendo la vida de otras personas.
A veces también estamos del lado de los
seguidores que apoyamos a un fanático, que nos utiliza para conseguir sus
propios fines, para quien no les importamos en lo absoluto, y más bien nos ve
como una pieza más en su rompecabezas para alcanzar su ideal y sus ambiciones,
muchas veces al no lograr alcanzar ese ideal que perseguía, se termina
hundiendo y con él, arrastrando a quienes creían en él.
Tal como muchas empresas Multinivel que
vendieron el sueño de una riqueza a jóvenes ingenuos, haciendo que estos
ofrecieran productos alimenticios de baja calidad (ejem FUXION), y pedían a
cambio una inyección de capital a sus empresas, y cuando seguir al modelo de
negocio fallido fracasó, todos aquellos que ilusionados iban tras ese sueño,
quedaron decepcionados, pues estuvieron siguiendo a un ideal, que no era suyo,
era el ideal de otra persona, que los usaba para enriquecerse a sí mismo.
Bien podría aplicar lo mismo a los partidos
políticos que reclutan a los ciudadanos ofreciéndoles un gobierno ideal a
cambio de su adhesión y lealtad, pero que muchas veces, al no pueden alcanzar
el ansiado poder, su propio leviatán blanco, terminan sucumbiendo por él. La
trágica historia del hombre contra el mundo.
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Herman Melville |
No hay duda que este libro, tiene mucho
material para un extenso análisis y debate académico y múltiples
interpretaciones, no es esperar menos de obra tan monumental. A mi en
particular, me dejó muy marcado en lo personal y cualquiera que lo haya leído y
entendido puede concordar conmigo, la historia de Moby Dick, fue también una
metáfora a la vida de su propio autor, él quería alcanzar la grandeza
escribiéndola, siguiendo a su propio Moby Dick, pero aunque lo terminó
alcanzando, fue víctima de su monumental obra, al final en vida, no pudo
alcanzar la grandeza que tanto perseguía, pues la grandeza que buscaba no estaba
reservada para su época. El libro fue un gran fracaso comercial, dejó a su
autor endeudado por las pésimas ventas, obligó a Melville a dejar de vivir en
la literatura, trabajando en puestos burocráticos para tener que sobrevivir y
solventar sus deudas, sin imaginarse lo grande que sería su obra en los años
venideros a su muerte, tuvo que morir en el olvido, para que esta obra
emergiera y se convierta en una de las más grandes obras de literatura, Melville
cumplió al fin de cuentas con su objetivo, se propuso escribir una obra maestra
y lo consiguió.
Según Mario Vargas Llosa, la enseñanza más importante
que Moby Dick es que aceptar nuestra
suerte con estoicismo y sin grandilocuencia es la única manera de sobrellevar
con dignidad las adversidades inevitables a que está expuesta la existencia
humana.
Dedicado a mi Amigo Elmer
Miguel, me duele mucho saber que ya no estás más vivo, disculpame si al publicar esto estoy yendo en contra de tu voluntad. Agradezco haberme encontrado contigo en llamadas mágicas en mis momentos de desesperación, no olvidaré las enseñanzas que en algún momento me compartias y que yo talvez por mi inmadurez y deseo infantil de llevarte la contra, con el propósito también de alargar la llamada, te decía.
ResponderBorrarHoy me doy cuenta que la vida me quita importantes personas, tu eres una de ellas.
Estoy más que seguro que con todas las personas que has conversado has dejado un buen consejo que se llevarán consigo.
Descansa en paz mi querido amigo, Moby Dick. No te olvidaré y compartiré tus enseñanzas así como tú lo hiciste conmigo.
Pd: Disculpame si nunca me atrevi a verte y hablarte en persona.
Pd: Sé que hoy estas volando y riendo por el vasto universo, Moby Dick.