¿Podría
un ser incorpóreo ser parte de esta realidad Materialista e influir y tomar
parte en los sucesos que en ella acontecen?
¿Qué
necesidad hay de que ese ser o entidad esté presente en la existencia de seres
inferiores como nosotros?, y de ser así ¿tuviera alguna finalidad o simplemente
somos una mera diversión?, ¿seremos acaso simplemente una mascota de ellos,
como en un cósmico Hormiguero seremos acaso seres que llevamos nuestra vida sin
saber que solamente somos parte del experimento por algo más allá de nuestra
comprensión, del que no llegamos a percibir en su totalidad y del que no somos
conscientes de su existencia?
Y
nosotros aquí, arrogantes egocéntricos, indiferentes ante lo que ocurre a
nuestro alrededor no somos capaces de mostrar simple empatía hacia aquellos seres
que son como nosotros, a quienes podemos percibir palpar y sentir como
nosotros, nuestros camaradas de hormiguero, otros seres humanos, quienes son
para nosotros más real que cualquier cosa del que dudamos de su existencia o
del que no podamos saber si en realidad está ya existiendo mirándonos y
riéndose de nuestra patético actuar en este mundo.
Pero
si existe algún atisbo de realidad en este abstracto caos universal, si hay
algo que puede ser intenso y que a pesar de que no podemos comprender en su
totalidad, quizás sea aquel nexo que nos une a otra persona, aunque con esa
persona a las que nos une, ni siquiera tengamos algún tipo de vínculo, y
ese algo, ese nexo que nos concatena hacia otros es el amor, amor sí, el amor
si es cuantificable, es la única cosa que nos conecta con otros seres humanos
aunque quizás no sean compatibles del todo con nosotros.
No
importa las definiciones o como quieran teorizar sobre su naturaleza o sobre lo
que es en realidad, los eruditos siempre tratarán de explicar lo que no
comprenden. El ser humano aún con todo su conocimiento en la ciencia no llega
explicarse como la vida, hasta el más simple y básico organismo pudo surgir del
caos y de la nada, pero a pesar de eso solo hay una única verdad
Solo
el amor nos motiva a hacer sacrificios, a aferrarnos a la vida, a luchar por
ella, presionando por sobrevivir el mayor tiempo posible frente a la muerte,
incluso si ello significa dolor y sufrimiento, el amor da sentido a esa lucha,
a que sigamos aferrados hacia la vida, o hacia alguien, dejamos de ser
egoístas, y peleamos contra la muerte y las adversidades de la vida, por el
bienestar de alguien más, solo entonces ponemos al ser amado en un pedestal
encima del nuestro, atamos nuestra felicidad a la felicidad y bienestar de ese
alguien más, sea padre, madre, hijo, pareja, amigo, cuando el amor es real,
pensamos en un nosotros más que en un Yo.
Sólo
así las sociedades prosperaron, solo así la humanidad evolucionó, bajo la
fuerza que infunde el amor, la emoción más poderosa del mundo, que ha quedado
inmortalizado en la Pasión de Cristo, aquel que por amor a la Humanidad, aceptó
llevar el flagelo del sufrimiento y la muerte.
El
amor, es la base de la sociedad, la naturaleza quizás nos programó a que
actuemos así, o Dios o aquella entidad a la que no conocemos, ha condicionado
nuestro actuar según a un sentimiento poderoso que nos infunde a necesariamente
estar con alguien, dándose cuenta que solos, nunca prosperaremos, y que en
sociedad, seremos invencibles como especie, por tanto es menester algo que nos
empuje a huir de la soledad y querer estar con alguien más, y efectivamente, el
amor entre dos personas forma una familia, y el conjunto de familias forjó una
sociedad, y las sociedades en su conjunto levantaron la civilización en la que
vivimos, así, el átomo de las sociedades, el elemento indivisible, el ente
unificador del mundo, es el amor.
No
importa cuántas eras la humanidad evolucione, no importa cuántos desarrollos
tecnológicos como civilización alcancemos, siempre el amor será una presencia
omnipresente y cada decisión tomada por el ser humano, por más compleja que pueda
parecernos siempre estará influida por el amor, por el deseo de mantener a
salvo a nuestros seres queridos y a nuestra descendencia y por ende a la
preservación de nuestra especie.
Después
de todo ¿sería lógico pensar o imaginar que éste actuar, ésta manera en
que reaccionamos y estamos dispuestos a sacrificar todo por preservar la vida,
no sea algo determinado o condicionado en nuestra naturaleza por algo más allá de
nuestra comprensión?
No
importa, solo el amor, es aquello que nos permite apreciar la vida aun en sus
momentos más obscuros, más trágicos, cuando todo va mal, aferrarnos a algo es
lo que quizás nos da sentido a existir, y aquellos versos de Dylan Thomas, así
me lo recuerdan, cada vez que siento que todo se me viene abajo..
No entres dócilmente en esa buena nochela vejez debe arder y delirar al final del díarabia, rabia contra la luz en su agoníaEl sabio en su fin ve justas las nochespues su palabra no dejó la marca que debíano entra dócilmente en esa buena noche