Mira el humo hermano mío, tus pulmones emanan el elixir de
la sabiduría, fumando de la pipa de la paz y la alegría, eres pulmón de vaca,
pulmón sin soat, el numero dos, el menos austero y el más temerario, tu
abstracto pensamiento, es tan enigmático como el bosteso de la luna llena, como
el parpadeo de Dios, el grito en la soledad y el brillo de tu mirada.
Tus palabras sombrías, tus versos idos, de negras utopías
distópicas, tus oscuros días de anarquista devoto, comunista renegado, fascista
arrepentido, apátrida honorable, cristiano confieso, soñador sin sueños, poeta
frustrado, darketo posero, idealista altruista, rockero metalero, curioso
intenso, de buen corazón, buen amigo, discutible amante de fluzadas
intenciones; de muchas cualidades, fascinas y causas repulsión en justa medida,
tan confuso tu ser, pero sobre todo nadie escapa de tu magnetismo, y a la vez
todos quieren huir de ti.
Quién eres tú, al que nadie domar tu espíritu puede, cada
quien que lo ha intentado, deseó nunca haberte conocido.
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