Hay personas y personas, que
llegan a nuestra vida sin pedir permiso, que tiran por los suelos nuestros
planes de no enamorarnos, que con violencia extrema destruyen nuestra tristeza,
abarcando cada sentir de nuestra existencia, invadiendo cada rincón de nuestro
pensamiento, ocupando lugares privilegiados en nuestras prioridades, llenando
vacíos infinitos en nuestro corazón, apoderándose de nuestros sentimientos,
acaparando nuestros días y diciéndonos que ya nada será igual que antes.
Hay personas que al cruzarse en
nuestras vidas, lo hacen para nunca más irse, para permanecer de por vida cerca
nuestro, que cambian un yo por un nosotros, que reconceptualizan el término
libertad, que fusionan nuestro ser con el suyo al tiempo que somos dos seres
independientes... Qué paradoja, que deliciosa contradicción, así hay personas y
personas, y aun así de tantas que hay, solo destaca una, esa que se vuelve
irremplazable, indispensable, única e inamovible, que acapara nuestra atención
haciendo que el resto de personas queden fuera de foco, no hay más placer que
entregarse solo al ser amado, descartando al montón que no ofrece nada
permanente ni sublime.
Así eres tú, quien como una suave
brisa tibia recorre en mis pensamientos de extremo a extremo, centras mi vida
en torno a tu existir, cada aspecto de mi acontecer me lleva a ti, has
concatenado cada parte mía a ti, has creado un nexo que no es visible pero si
irrompible, porque a través de tu mirada he descubierto mi propia alma, el
sentido de mi existencia, y la esencia oculta de mi propio ser, que hasta ahora
gracias a ti yo descubrí. B.G.L.