martes, 10 de julio de 2018

Y MEJOR NO NACER

Desde la cuna a la tumba ningún hombre debiera depender exclusivamente de otro, porque todos los hombres son frágiles y vulnerables, y esto es así desde el primer aliento de vida. Si los desamparados niños que miran a sus padres con los ojos de la infancia y les confían la vida inocente como si se tratara de sabios infalibles, si los niños supieran los problemas de la madre y las complejidades del padre, la inseguridad de sus guardianes... Cada niño trataría de regresar al útero para siempre.