miércoles, 1 de julio de 2020

DECADENTE



Bestias negras de corazón incoloro, voy rondando sobre estás calles coloniales, que evocan la nostalgia y la decadencia de una época obscura, que ensalzó el clasicismo y el racismo como valores sociales.

Cuanto dolor siento ver la precariedad de edificaciones de un tiempo donde aplastar gargantas de negros e indios era normal e impune, si estos muros decadentes pudieran al fin dejar de callar y dar testimonio de las incontables injusticias fueron testigos en sus calles, se sentirían al fin libres de desmoronarse por el peso de su propia decadencia para dar paso a una nueva arquitectura más vanguardista y acorde con los ideales contemporáneos que van siguiendo en la actualidad.

No entiendo porque insistir en mantener en pie lo que claramente es decadente, como intentar mantener creencias obsoletas arraigadas en tradiciones y dogmas sin sentido y que obstaculizan el devenir hacia un mejor futuro, claramente el intento de mantener en pie viejos edificios de estructuras corridas por el tiempo, es la analogía de una sociedad que se resiste a dejar ir ideas caducas que el tiempo ha ido también corroyendo. Para lograr cambios, hay que demoler las creencias que ahora entorpecen el avance hacia una sociedad más igualitaria y tolerante.

Pero voy caminando, y el tiempo va presionando poco a poco, de cambio lento, pero tangible, como el cambio de posición de las estrellas del firmamento, inamovibles para una vida humana, pero cambiantes para la historia.

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