jueves, 16 de julio de 2020

LO POSITIVO DE LA PANDEMIA



La historia humana, es mucho más interesante que las historias de ficción, de hecho la historia de la humanidad es madre de la ficción, llámese Star War, Señor de los Anillos, Harry Potter o cualquier otra historia ficticia de la cultura Pop, todas ellas tienen como madre a la historia Universal.

Pero si algo ha demostrado la historia, es que tiende a ser cíclica, a repetir patrones y sucesos, es cuantificable, comparable, científica, documentable y por más avanzados que nos consideremos como civilización, sigue rigiéndose por unas leyes inmutables históricas, y como cualquier ciencia exacta, de su estudio se genera conocimiento que ayudan a forjar herramientas para conducir a la humanidad hacia el futuro.

Muchas personas a lo largo de la historia han creado diversas narrativas de hechos históricos, tergiversándolo a veces en favor o en contra de intereses nacionales, ideológicos, políticos o religiosos, algunos atribuyen los sucesos históricos a la voluntad de Dios, otros a las leyes de la entropía, a la selección natural, o leyes económicas. Marx, por ejemplo, interpretó la historia como una serie de luchas de clases, y que consecuencias de esas luchas, sucedieron la destrucción de sistemas sociales para instaurarse otro nuevo, en un ciclo que se fue repitiendo a lo largo de la historia, esas luchas de clases quedaron dentro del contexto de lo que el llamaba “Materialismo Histórico” es decir, que la historia solo puede ser explicada por los sucesos políticos, ideológicos y económicos que se dan producto de la lucha entre oprimidos y opresores, a lo largo de la historia, ese constante enfrentamiento fue el eterno motor de la historia.

Hoy la pandemia del coronavirus, nos está demostrando que esa lucha no es solo entre clases de propios hombres, sino también podría considerarse de la eterna lucha mucha más antigua que la existencia del ser humano: La selección Natural, del hombre contra la naturaleza, por quien domina al otro.

Yo diría que son tres los factores que son determinantes y constantes en todo el progreso humano (y también de la historia natural), que cambian las cosas de manera drástica y rápida, que catalizan los cambios que sin esos factores, tomarían años y hasta siglos acontecer: Las guerras, Las Epidemias y Las Extinciones Masivas, aunque esta última no se ha dado aún en el tiempo que tiene el ser humano existiendo sobre este planeta, pero que de darse, tendría también un efecto dramático.

Por tanto en lo que va de la civilización humana, sobre las extinciones masivas aún no se escribió un precedente.

Las guerras y las Epidemias, tienen efecto directo sobre la vida de las personas, que ven  enfrentadas su realidad con constantes pérdidas y caos que van diezmando sus sociedades, las dividen, las llenan de miedo, terror, destrucción, desolación, lágrimas, resumido en una sola palabra: MUERTE.

Y qué es la muerte sino el castigo más severo que conmueve los corazones de cada ser vivo sobre la tierra, y en esa conmoción, al ser puestos al borde de ese abismo entre la vida y la muerte, surge ese primitivo deseo de supervivencia, puesto que somos seres emocionales, nos motiva a tratar de evitar a cualquier medio ese destino fatal, entonces, el ingenio se agudiza, el miedo motiva a dejar la pasividad y pasar a la acción, nos hace cuestionar el status quo de la sociedad vigente, las mentes se vuelven más analíticas, el sistema viejo basado en la confianza de la seguridad que garantiza la sociedad se tambalea, la muerte provocada va dejando huella en los sobrevivientes, un fervor comienza a emerger, y cuando un sentimiento está inculcado en toda la población al mismo tiempo, esta tiene fuerza suficiente para hacer tambalear los cimientos mismos de la sociedad existente, el sistema económico reinante, y el político dominante.

No es nuevo que una guerra determina el destino de una sociedad, la Primera guerra mundial por ejemplo terminó con un Imperio Milenario como lo fue el Otomano, La segunda Guerra mundial, Acabó con la supremacía de las potencias Europeas, y emergieron dos Colosas superpotencias antes relegadas a países secundarios: Estados Unidos Y Unión Soviética. Una guerra aceleró la caída de potencias que antes de la misma, tenían un poder incuestionable.

La guerra, pese a todo la tragedia que involucra su significado, también es catalizadora del cambio y el progreso humano, es creadora de tecnología y ciencia, que si bien en un principio tiene fines bélicos, el ingenio humano sabe aprovechar esos avances militares, para el beneficio de la Humanidad con fines pacíficos. Quién diría que tecnologías que usamos en la cotidianeidad, fueron desarrollados y perfeccionados por la urgencia de ganar una guerra haciendo más eficiente el exterminio del adversario, y que ahora, esa tecnología, la usamos día a día para salvar vidas y/o llevar a la humanidad a la senda de un futuro mejor, gracias a la computación, la medicina, la industria, las telecomunicaciones, el internet, la energía nuclear, la tecnología espacial todas ellas que tuvieron un avance significativo y exponencial en medio de las épocas más oscuras de la historia humana.

Todo por lo que se dijo una vez: “De las crisis nace la inventiva”, y ¿Qué genera en el mundo más crisis que el entorno de muerte de las guerras y claro, las Epidemias?.

Existen dos Epidemias que tuvieron un mayor impacto en la humanidad, y que lo cambiaron todo.

La peste Negra, o Bubónica, que se dice que llegó a matar al 25% de la población europea (es decir que murió 1 de cada 4 personas), tiempos en que seguramente cada persona perdía al menos a un familiar por dicha enfermedad, tanto que la muerte se normalizaba, parecía ya un azote de Dios. Pero esa peste, pese al dolor y sufrimiento que debió haber causado en cada estrato de la sociedad de aquellos tiempos, trajo sin quererlo algo positivo: La destrucción del Feudalismo.

Y qué era el feudalismo, sino un estado de avasallamiento, una esclavitud disfrazada de libertad, donde el individuo estaba condenado a morir allí en la clase social en que había nacido el y sus padres, en un ciclo del que solo intentar salirse era imposible, si nacías criador de cerdos, morías criador de cerdos, cualquier aspiración que tuvieras, no importando tu capacidad o tus sueños, estabas condenado a hacer eso hasta que la muerte te libere de ese suplicio, lo único a lo que podías aspirar era a ser el mejor en tu oficio, si eras un cuidador de cerdos, debías ser bueno en ello, nada más, las comodidades y oportunidades de una vida mejor, solo era privilegio de la clase Noble, así no importando que tanto potencial pudieras llegar a tener, si eras campesino, no podías llegar a salir de esa vida en que naciste, la educación solo estaba reservada para la clase privilegiada. La iglesia no hacía más que reforzar la idea de renunciar a las comodidades y mayores aspiraciones en esta vida, ya que Dios nos recompensaría una vez muertos, pero que por ahora solo debíamos aceptar el sufrimiento con total estoicismo.

La clase campesina no era dueña de nada, los señores feudales eran dueños de la tierra, el señor feudal arrendaba a los campesinos parcelas de sus extensas tierras para que lo trabajasen, a cambio de entregar sus cosechas al señor feudal, quedándose ellos con lo necesario para sobrevivir. Un campesino no tenía derechos, no podía reclamar una parcela para sí, si en una parcela había trabajado toda su vida, no podía heredar a sus hijos porque por más que lo trabajasen, nunca le llegó a pertenecer, ni siquiera los animales de los bosques les estaba permitido cazar si no lo consentía el señor feudal dueño de ese bosque. Era obviamente un sistema que beneficiaba a una clase, esa época suele decirse oscura por el poco avance científico que se desarrolló en Europa, pero aunque no es así del todo cierto, si hubo avances aunque no con tanta velocidad como en el renacimiento, si tuvo esa época cierto progreso en algunos aspectos, pero limitados únicamente a las personas que tenían acceso a esos conocimientos, en cambio se limitaba las oportunidades a muchos soñadores que tuvieron que ahogar sus grandes aspiraciones.

Fue entonces cuando llegó la peste negra, y empezó a golpear a la sociedad, la peste pronto se iba extendiendo por todos lados, matando como un azote a todos por igual, pronto los campesinos iban dejando de producir, el campo vio reducida su mano de obra, los señores feudales empezaron a tener problemas financieros porque cada vez había menos gente a quien poner a trabajar sus tierras, y eso hizo que ellos comenzaran a motivar a las personas a trabajar en sus propiedades, esta vez con una paga por su trabajo, la mano de obra escaseó y por lo tanto se encareció, pronto cualquiera que trabajaba podía llegar a disponer de algo de riqueza que le ayudaba a cambiar de vida, cualquier campesino ya podía ser dueño de algún capital, empezaron a aparecer los comerciantes, artesanos, el sistema feudal iba poco a poco muriendo, nadie trabajaba ya a cambio de poco, y se iba sembrando la semilla de lo que sería el capitalismo. Además, coincidió eso con la caída de Constantinopla por los Otomanos (una guerra), haciendo que los eruditos del hermético imperio Bizantino huyeran y migraran a Europa, llevando sus conocimientos e ideas que a la población europea que iba superando la peste negra, tuvieran su momento de revolución existencial hacia el Renacimiento, donde el hombre era la obra maestra de la creación y el universo, el nuevo paradigma renacentista, hizo emerger al hijo de un panadero como en el genio artista Miguel Ángel. Nombres como Da Vinci quedaron asociados a esa época donde la inventiva de unos nuevos tiempos destruyó el modelo social del Feudalismo, ahora ya no era necesario ser noble para tener riqueza, cualquiera con ingenio y capacidad podía, ya se había roto el ciclo cerrado que condenaba a un individuo a morir en la servidumbre en la que había nacido, al fin se le despertó la conciencia que por siglos había sido sometida por un sistema inhumano, y aunque los nobles tenían por el momento el poder político, poco a poco la clase no noble pero adinerada, hizo emerger una nueva clase llamada Burguesía, que sería clave en los acontecimientos de siglos posteriores. Pero por mientras, en pleno recentismo, inicia una nueva época de progreso vertiginoso, se descubre que la tierra no es el centro del universo, que el movimiento de los astros obedecen a leyes matemáticas y Gutenberg legó a la humanidad la imprenta, la cual abarató el acceso al conocimiento escrito, llegando el saber a las masas, abriendo la mente de más personas, naciendo más intelectuales cuyo legado a la humanidad sería invaluable. Gutenberg de haber tenido su idea en tiempos del feudalismo, jamás podría haberlo llevado a cabo, y el conocimiento no habría llegado a los futuros genios que transformaron la humanidad.

Así siguió avanzando la historia, las guerras se iban dando, iban generando crisis que era solucionado con la inventiva de los soñadores que emergieron de esos momentos obscuros.

Quien puede negar ello, la muerte provocada por guerra o pandemias, diezma la sociedad, pero cataliza la ciencia y agudiza las mentes.
En estos tiempos que una pandemia ha cambiado radicalmente nuestra sociedad, al margen del dolor y el sufrimiento que conlleva escuchar de personas que vidas van siendo ahogadas por una enfermedad, se están produciendo cambios en todos los aspectos de la sociedad: Sociales, políticos, psicológicos, económicos, y no menos importante, el científico. Quizás por ahora son silenciosos, pero van sucediendo, no somos capaces de ver lo que acontece en toda la magnitud, aun no somos capaces de ver el panorama completo, pero se están produciendo cambios, nunca antes la humanidad ha estado padeciendo al mismo tiempo un nuevo mal, nunca antes los seres humanos en distintos campos, han estado enfocados contra un mismo enemigo, uno invisible que salió de la misma madre naturaleza para castigar a quienes por siglos hemos estado flagelándolo inmisericordemente.

Pero de no haber sido así, habríamos seguido en ese camino erróneo, esta crisis tal vez concientice a las personas, y se propongan a hacer las cosas diferentes en el futuro, una diferencia que sea más armoniosa con esta nave cósmica que es nuestro mundo y único refugio ante un universo que es indiferente y hostil.

En estos momentos, las ciencias biológicas están teniendo un avance vertiginoso motivados por el miedo, buscando y descubriendo procesos que abaraten los medicamentos y tratamientos, quizás en la búsqueda de una cura para el COVID-19, de manera colateral se descubran curas para nuevas enfermedades, o se desarrollen nuevos procesos que puedan tener aplicaciones en diversos ámbitos de la ciencia, es muy pronto aún para verlo, pues la prioridad es la pandemia, y esta crisis pasará, pero quedarán los avances que se habrán logrado en el camino de superarlo.

Es innegable que el beneficio más inmediato que trajo esta crisis, fue que al poner en evidencia las deficiencias de los sistemas de salud de muchos países en el todo el mundo incluidos el nuestro, se ha aumentado considerablemente los presupuestos para ese sector, algo impensable para los gobiernos en tiempos sin crisis, mejorado el sistema de salud y robustecerlo, pero aun habiendo tomado esas medidas la crisis es tan grande que muchos hospitales han quedado colapsados, pero mucho peor habría sido no hacerlo.

Como un catalizador, en pocos meses se han hecho lo que no se hicieron en muchos años, y se está haciendo evidente que deberá haber una restructuración de la sociedad, el distanciamiento social ha hecho mella en la cotidianidad, el miedo, la economía ha sido golpeada, ha sufrido un revés, pero no ha sido letal, las mentes humanas, agudizadas han sabido contrapesarlo, y ese contrapeso hará la diferencia para el futuro. La humanidad logrará superar esta pandemia, lo hará, y cuando lo haga y salgamos de ella, al mirar atrás, no veremos solo a las personas que no llegaron a ese punto con nosotros, sino también veremos el gran salto que hicimos como sociedad en poco tiempo, veremos al futuro con nuevos cambios de paradigmas, nuevas ideas, nuevas perspectivas, habremos logrado tal vez ser más conscientes de nuestro lugar en el mundo, y saber respetar y tenerle respeto a toda vida con la que compartimos este hermoso mundo. Saldremos fortalecidos y quizá cambien muchas cosas en el camino, pero es seguro, que el futuro que nos espera será mejor en el mañana. Nos volveremos personas sabias al final de todo, porque dolor el sufrimiento es el mejor maestro de los sabios. El progreso siempre demanda vidas, como siempre, al mirar la historia atrás, recordaremos también a quienes no pudieron ver el futuro.

La humanidad tal vez tiene una pausa en sus problemas sociales más extremos, por ahora quizás las guerras y los conflictos en el mundo están tomándose un pequeño respiro para combatir un mal que no distingue naciones , ideologías ni respeta territorios, pero al final de esta crisis sanitaria, que por ahora no puede verse su final en el horizonte cercano, los seres humanos habremos dado un gran salto, terminaremos henchidos con el progreso que esta crisis está generando en las sociedades humanas, al final de esto, nuestra sociedad quedará transformada, tal vez en una de mayor justicia y desarrollo, pues teniendo la historia como predictor del futuro, siempre se progresa hacia adelante.

Eso sí, todo este progreso será temporal, porque si la historia nos ayuda a ser optimistas, también, dado su carácter cíclico, nos hace ser pesimistas de igual forma en el largo plazo, pues como dice el axioma:

Tiempos difíciles crean hombres fuertes, los hombres fuertes crean buenos tiempos, los buenos tiempos crean hombres débiles y los hombres débiles crean tiempos difíciles.

Esta no será la última crisis, pero esperemos que si lo sea para la generación que experimenta la crisis actual. Vale.

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