Los barcos y los aviones fueron
hechos en tierra, pero su destino no es permanecer allí, los barcos nacieron
para las aguas navegar, y los aviones para los cielos surcar, y así como ellos,
no nacimos para permanecer aquí, sino para trascender al tiempo. El gran logro
de nuestra existencia será la conquista de nosotros mismos.
Estamos aquí con un propósito,
pero se nos ha ocultado, la razón de estar aquí es encontrar ese propósito, y
una vez hallado, es nuestro destino el lograrlo, a veces para encontrarlo, no
se debe caminar solo, se debe unir fuerzas. Cuando dos almas son atraídas por la
gravitación del amor, se fusionan en una inmutable fuerza capaz de vencerlo
todo en el mundo.
En la búsqueda y logro de ese
propósito el gran villano será la vida misma, pero si la unión es sólida,
ningún golpe será tan certero como para destruir el espíritu de dos.
Y habiendo obtenido nuestra
victoria, habiendo descubierto y logrado nuestro propósito y de la mano de
nuestro compañero de vida, solo así podremos trascender al tiempo, solo así, habremos
cumplido aquel destino para el que hemos nacido.
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