Me
encandilas, estar bajo tus efectos, Honey, estas ahí, tan distante y tan
cercano, tan al alcance de mi mano y tan evasivo como el humo que puede
empañarme, rodearme, tocar cada parte de mi cuerpo y al que no puedo poseer, eres
tan libre y tan solitario; tan tangible cuando ansío palparte y tan ambiguo
cuando deseo entenderte, un misterio que no alcanzo a comprender, un enigma al
que puedo tocar por poco tiempo, y extrañar por mucho tiempo más. Dime si hay
algún instante en que puedo ser dueño de esos pensamientos tan misteriosos e
inaccesibles, que se proyectan encriptados en tu mirada cuando quiero descifrar
el misterio de tus ojos. Quisiera saber qué contemplas a lo lejano, ignorando
que estoy frente tuyo intentando capturar tu atención mientras toco mis labios
con los tuyos, e intento a la vez secuestrar tu pensamiento para ser dueño de
ellos, o al menos para estar dentro.
Pero
todo intento es vano, eres tangencial, el misterio inunda tu ser, con una valla
de fuego rodeándote, un aura cubriendo tu complejidad, tan inquebrantable,
indescifrable, incomprensible, tan atrayente, tan adictivo, tan evasivo y a
pesar que puedo estar cerca de ti, de tomar tus manos, y besar tus labios, aun
así eres difícil de poseer. Si tal vez hablar de poseer sea extremo, a lo mejor
debiera solo considerar estar a tu lado sin ningún ansia de estar más que para
contemplarte en tu libre albedrio, en ser feliz viéndote volar, ejerciendo
aquella libertad con que te sientes radiante de vida, con lo que eres quien
eres, lo que te da tu esencia, lo que hace a ti amarte, con tu tristeza con tus
temores e inseguridades, con tu eterna búsqueda de aquello que te haga sentir
feliz, o creas que feliz te hace. No seré egoísta, poco a poco voy entendiendo
la importancia de la humildad, y que se puede ser feliz con tan poco.
Sí,
yo sería feliz si sé que tú lo eres. Eres tan complejo e indescifrable, que mi
entendimiento no llega a comprender qué es lo que buscas o que es lo que
ansias, la respuesta a esas inquietudes mías están tras tu silencio y no puedo
ir más allá, tampoco sé si tú ya lo has descubierto, tal vez ni siquiera llega
a tu vida aquello o aquel quien te haga sentir lleno de vida, solo sé que no
soy aquel, así que me conformaré con lo poco que puedes darme a cambio de todo
lo que tengo para darte, y esperar, anhelar aquellos momentos breves conmigo,
que llenan mi espíritu con la ilusión de sentirme amado, si, hasta yo puedo
resultar tan incomprensible hasta para mí mismo.
No
lo sé, no lo entiendo, es todo tan pero tan tonto tratar de hallar respuestas
para todo, encontrar respuestas para algo que no entiendo. No pensé que en el
fondo podría llegar a amar a alguien y que a pesar de no sentirme correspondido
no dar marcha atrás y preferir vivir en un engaño, sabiendo que en cualquier momento
se me será arrebatado. Eres un sueño que no entiendo y del que no puedo
despertar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario