Puedes tratar con amor a un alacrán y aun así, al acercarle la mano, te inyectará el veneno que lleva dentro, pensarás que el alacrán es ingrato, injusto, cruel, creerás que mereces de él un trato mejor por el cariño que le diste, el cuidado que le tuviste y por lo bueno que fuiste con él. Pero el alacrán tiene esa naturaleza, atacar sin importarle cuanto amor le muestres y des. Nunca cambiará aunque sea eso lo que más deseas en el mundo.
Hay personas que tienen la
naturaleza de un alacrán, personas que solo piensan en sí mismas, para quienes
no existe nadie más que ellas mismas, quienes sienten que es deber del resto
ser amables con ellas a cambio de nada, que sienten que no le deben nada a
nadie, aun si les das todo, aun si les abres tu corazón, el alma, la vida, tus
pensamientos, tus secretos, tus miedos, esperanzas, fantasías y sueños, no hará
la diferencia, no habrás influido ni un poco en su percepción de que nada
importa en el mundo más que ellas mismas, seguirán existiendo a su manera, y si
por alguna razón intentas reclamar lo que consideres mereces de su persona, si
por algún motivo intentas forzar un cambio en ellas, recibirás el pinchazo de
veneno en tu corazón, como mecanismo de defensa de aquel.
No le importará tu dolor, no le
importará tu sufrimiento, pues solo piensa en sí mismo, te convertirás en una
amenaza en su vida, te verá como un enemigo que intenta atacarlo y se defenderá
con lo único que sabe hacer, convertirá todo lo que le has dado en un arma letal
contra ti, concentrará el veneno que lleva en si, y no dudará en amenazarte si
vuelves a intentar acercar tu mano hacia sí.
No puedes cambiar la naturaleza
de un alacrán, no puedes hacer que una persona a quien quieras cambie por ti y
te retribuya en proporción lo que sientes y diste por ella.
Como los criadores de alacranes y
de animales salvajes lo entienden, amar a esas criaturas no siempre significa
estar cerca de ellas, por eso mantienen su distancia, y la cautela, les dejan
ser libres, no intentan que ellos los amen, solo a la distancia los cuidan y
observan, aceptan que jamás recibirán una muestra de agradecimiento por todo lo
que hacen, pero eso no los detiene, eso no hace que los dejen de querer,
solamente los quieren por como son, con su naturaleza sea cual sea, libres y
manteniendo su esencia.
Así hay personas a las que nunca
podremos cambiar, solo aceptarlas como son, sin juzgarlas, solo aceptarlas que
no todos piensan ni viven como nosotros creemos es lo correcto. Cada quien es
feliz a su manera, no existe una única fórmula para ser feliz, cada ser humano
descubre la suya propia, nos parecerá autodestructivo desde nuestro punto de
vista, y puede que estemos en lo correcto, pero aún así es decisión de cada
persona vivir su vida en su propia ley, y eso no da derecho a juzgarles, está bien amar a quien nunca será como
nosotros.
Después de todo, podemos amar a un león o a una estrella aunque
sepamos que estando cerca nos mataría.
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