martes, 22 de octubre de 2019

UNA REALIDAD INCONTROLABLE


 
    
      Vi hace poco, en Netflix una serie que me llamó la atención, buscaba si en su catálogo, había una película o serie que tratara de Stalin, no había, pero si una relacionada a él, TROSTKY, y pues la vi. No me pareció tan genial, no me gustaba como cambiaron el guión respecto a la vida real, la forma como murió en verdad realmente, era a mi parecer más dramática que la que se vio en la película, y lamentablemente el bajo presupuesto no hizo que se viera más épica, pero hubo una parte, en esa serie que me llamó mucho la atención. La interpretación del villano de la serie, aunque podríamos catalogar a Trotsky también como un villano para los rusos y para la humanidad, pero para el caso de la serie, era el antagonista de Trotsky, es decir, un joven y Apuesto georgiano que no tenía su nivel de intelectualidad pero si estaba dotado de habilidades más maliciosas y astutas, y con tan falta inhumana de empatía por el prójimo para manipularlos a su antojo sin ningún tipo de remordimiento posterior. Stalin es a mi parecer el más grande villano del que la historia de la Humanidad tiene registro, incluso más que Hitler, porque Stalin es un villano que si ejerció una parte de la dominación mundial, mientras que su rival Hitler, no logró conseguirlo y fue derrotado, incluso haciendo estimaciones optimistas, las muertes de su régimen se cuentan en millones, pero aún así Stalin se consagró como baluarte del socialismo vencedor en una conflagración universal como lo fue la segunda guerra mundial, inspiró a muchos hombres de países sumidos en el colonialismo y empobrecidos, a intentar replicar ese modelo en sus respectivos países, con desastrosos resultados, como remanentes quedan ahora países como Venezuela, Cuba y Corea del Norte, se excluye a China, porque es un sistema hibrido entre comunismo político y liberalismo económico, pero que significo la muerte de muchos más millones de personas por ese fallido experimento social a gran escala que fue el comunismo, y que hasta nosotros, los de mi generación, tenemos relatos de primera mano a nuestro alcance de lo que era vivir en la época donde reinaba el terror que generaron el violento intento de imponer a la fuerza un modelo de comunismo maoísta en el Perú, más generalmente hablando como la época del terrorismo de 1980-1992.



Bueno, dada la importancia de un hombre cuya influencia y legado se dejó sentir en mi vida personal a través de esos relatos macabros del terrorismo, y dado que nuestro país vive acogiendo a los refugiados de un país víctima de su propio modelo, es que no tuve oportunidad de pensarlo dos veces para ver aquella serie.
Me fascinó una escena. En ella, Trotsky está combatiendo con el ejército rojo frente al ejercito blanco en la guerra civil rusa, y Stalin tenía el cargo oficial de intendente de alimentos, en el frente, Trotsky era el que organizaba la estrategia, estaba al mando, sus tácticas eran brillantes, casi siempre ganaba, pero de un momento empiezan a salirle mal las cosas, y descubre que Stalin, estaba saboteandolo todo, dando órdenes adversas a sus planes, al descubrir del boicot de Stalin, le hace llamar. Y llega ante Trotsky, y este luego de reprimirle, le ordena que regrese a Moscú a ocuparse de temas políticos, y le dejé los asuntos militares a él, ya que era evidente que el, no entendía de eso. Stalin, que entonces estaba subordinado a Trotsky en el frente, tuvo que obedecer, luego de aquella vergonzosa reprimenda de parte de su enemigo y rival Trotsky, dadas sus carencias de estrategia de guerra, él se retira, y tienen este diálogo que me pareció genial y exquisito. 

  Trotsky: No se interpongan en mi camino (Stalin se retira, da unos pasos y cae una bomba cerca, hace que Stalin deje de caminar de miedo, Trotsky ni se inmutó. Stalin se da vuelta y con mirada acechante se dirige a Trotsky).
Stalin: Sabes que camarada Trotsky, tienes razón, en Moscú puedo hacer muchas más cosas que aquí, solo quiero hablarte de una pequeña parábola:

     Hace tiempo, un águila orgullosa volaba por las montañas del Cáucaso, vio unos patos salvajes en un lago. El águila quería atrapar a uno y se apresuró, fue en picada, el  pato se metió al agua y el águila se quedó sin nada. El águila estaba muy enojada, voló de nuevo muy, muy alto, casi hasta el sol, dobló sus alas, y se dejó caer como piedra y dijo: “No te escaparás de mí”, y también se metió en el agua, pero en el agua se empezó a ahogar, y casi se ahoga, y el pato solo sacudió sus alas y se fue volando y a lo lejos se pudo escuchar: "¿Lo ves águila?, Me siento genial volando en todo tu cielo, y tú, estás ahogándote en mi lago."

¿Lo ves águila?, Me siento genial volando en todo tu cielo, y tú, estás ahogándote en mi lago.

        Fue genial esa inteligente amenaza que Stalin le hace a Trotsky, recitándole una parábola al estilo de Jesús, para ilustrarle lo que en el futuro le pasaría a Trotsky comparándolo con un águila como de él se imaginaba, imponente, poderoso, superior, mientras que a Stalin como a un pato, astuto y cauto, cualidades suyas que vencen a las virtudes que se creen dan superioridad.

      Al final, en la vida real, quien gana es Stalin, el antagonista de la serie termina ganando, y nuestro protagonista, siendo asesinado por su enemigo. La moraleja puede ser tal vez, que en la vida real, no siempre los buenos ganan, aunque Trotsky cometió crímenes y también murió. Un villano muere y otro se queda a seguir siendo el villano, que cometerá sus mayores villanías, aun después que Trosky esté muerto. La vida es así, cruel. Quizás en la biblia esta la respuesta, y no se si la pude haber hallado o me parece la mejor enseñanza de la biblia, y es del libro de Eclesiastés, que nos enseña algo genial: Que el mundo es viejo, ve y sube a la cima de esa montaña a ver si le importa. Ella ha estado ahí antes que nosotros y aquí seguirá mucho después de que nos hayamos ido. Lo único certero en esta vida breve determinada por el caos es la muerte, y el único modo de lidiar con la fugacidad e intrascendencia de nuestra existencia es aceptarla, dejar de controlarlo, porque no podemos y simplemente disfrutar de los regalos que nos ofrece el presente.

Ve y sube a la cima de esa montaña a ver si le importa. Ella ha estado ahí antes que nosotros y aquí seguirá mucho después de que nos hayamos ido.
      Una bella manera de ver la vida y la existencia, quizás eso complemente mi creencia del principio cosmológico, aquella que dice que no somos el centro de nada, ni somos especiales ni privilegiados en algo a escala cósmica. Que el universo es indiferente, y no se sabe aún la naturaleza de Dios, si es un ente interdimensional incomprensible a la mente humana, o es el universo en sí, una unidad cósmica que podría ser la mente de una mente unificada con conciencia, y ese sería lo que conocemos como Dios, y a la vez, nos hace ser parte de él.

      Pero a pesar de todo, de su existencia, podemos estar seguro de nuestro ahora, y que estamos solos, no tenemos a nadie más que a nosotros mismos para salvarnos, tal vez no se nos conceda el milagro que nosotros queremos si no luchamos para conseguirlo, en lugar de esperar que de la nada se solucione.

     Cuando Jesse Pickman, importante personaje de la serie Breaking Bad, y que estrenó hace poco su película el Camino en Netflix, En la escena final de ésta, el recuerda una conversación con su novia muerta, que me pareció muy profunda.

- Estaba pensando en eso que dijiste sobre el universo. Lo de ir adonde te lleve. Me gusta, creo que es una gran filosofía
- Era una metáfora, es una pésima filosofía. Fui adonde me llevaba el universo toda la vida, es mejor tomar esas decisiones por ti mismo.


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