sábado, 28 de marzo de 2020

¿PERDÓN? ¿PARA QUÉ?



Ciertamente, y sin escatimar las consecuencias de sus actos, se dijeron lo que pensaban tal cual se sentían. Una relación, arduamente conquistada, y duramente defendida, tras insomnio y noches de ansiedad precedidas a varios rompimientos que luego fueron cancelados, se terminó de fisurar para siempre y de manera irremediable lo que habíase construido entre ellos.

Un momento de cólera y rabia, destrozó todo lo difícilmente logrado por aquellos ingenuos que torpemente trataban de recorrer el intrincado camino del amor, sin saber ninguno el norte, y no teniendo más que el cariño mutuo para sostener el pilar sobre el que se sostenía su relación.

Las fuerzas expansivas, de la energía obscura afectaba también aparentemente a la unión que sobre ellos había, ya no bastaba el amor que sentían por el otro, cuando las palabras iban poniéndose en medio de ellos e iban empujando a uno contra el otro en opuesto alejamiento, nada o poco había que hacer para contrarrestar esas fuerzas invisibles, de palabras amargas que nunca debieron ser dichas.

¿Perdón? ¿Para qué? Si ese recurso ya había sido usado tantas veces que su efectividad fue gastada, la confianza se había extinto hasta el punto de dudar de la sinceridad de sus besos o la honestidad de sus caricias.

¿Qué podría entonces unir a aquellas almas melancólicas que poco a poco iban alejándose de entre si, adentrándose en la obscuridad de la soledad, esperando tal vez, encontrar a otro astro gemelo sobre el cual volver a orbitar?

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