Extraño aquellas tardes frías y
nubladas a orillas de aquel místico lago, las calles angostas rodeadas de antigüedad,
las miradas cabizbajas y alegres, los cielos azules de día, estrellados de
noche, la voz amiga que viene con el soplo del viento, danzando al son del
folklor, extendiendo su mano y llevándome a lugares desconocidos, proyectar mis
pensamientos a un plano espiritual donde el tiempo se detiene, el espacio se
contrae hasta el infinito y cabe en el brillo de una mirada, anhelo los días en
que la ansiedad es aplacada con sentarse frente a un atardecer, caminar por las
orillas del lago, sentarse a leer por horas mientras todo transcurre caóticamente
a mis espaldas, sentir ese egoísmo mezquino de no importarme más nada que volar
en mis pensamientos, ignorando que un mundo se va erigiendo con cimientos de
dolor y sufrimiento; anhelo y extraño el éxtasis de no pertenecer a un lugar y
momento presente, imaginar sumergirme en una estela de sueños imposibles de
alcanzar, pero posibles de fantasear.
Mirar todo eso en retrospectiva,
aquello que ya perdí y que no podré recuperar, solo hace que anhele más y más
hacer algo por lograr volver sobre mis pasos, hacia aquel lejano lugar, donde
sin saberlo, fui muy feliz, con tan poco, donde aprendí a amar mi soledad,
donde fue la última vez que disfruté tanto de estar solo; y ahora que la
soledad se ha convertido en mi peor fantasma, que día a día me atormenta, como una
sombra espectral que al apagar la luz, se apodera de mis pensamientos y nubla
hasta mis sueños, y opaca cualquier remanente de felicidad que ha quedado de
mis últimas batallas, deseo volver a abrazar a mi soledad como una amiga, y no a
temerle como mi peor demonio.
Las fuerzas que me quedan han
sido mermadas, y tal como se avizora el futuro, quedarán mermadas mucho más, al
final espero sobrevivir a esto que se nos avecina, la sociedad ha entrado en
una crisis a escala planetaria, solo espero estar al final de todo, entre los
sobrevivientes, y en cuanto todo nuevamente se encamine positivamente, volver a
aquel lugar donde fui tan feliz sin saberlo, y volver a disfrutar aquellas
tardes frías y nubladas a orillas de aquel místico lago.
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