Yo, aquí, tomando notas de mis enredos |
Misterioso
ser, en los confines de mis pensamientos, donde los remordimientos no tienen
lugar, ni las pasiones cabida alguna, tú, quien rozabas el cielo con tu manto
azul, quien me despertabas en cada amanecer con tus pétalos de flor, déjame que
te alcance para dejar de llorar, deja que el firmamento, comparta su serenidad
conmigo, ya no quiero sentir la desesperación, nunca más el rencor, jamás el
odio, deja que el orgullo latente en mí, sea tragado por algún agujero negro en
mi interior, ya no quiero reciclar amigos que se van.
Dime, cuándo
podré drenar todas las lágrimas de mi interior, secar por siempre el dolor,
reír a carcajadas otra vez por las cosas más simples, ambiguas y abstractas,
cuando dejarás de atormentarme con recuerdos de momentos felices, no sabes tú
lo que es amar, tú nunca amaste a quien no te amo.
No quiero tu
mirar desolador, no tengo el valor de volver a verlo, quisiera escapar a un
lugar donde jamás sea encontrado, y en ese lugar hallar lo que no encontré a su
lado, nunca más quiero caer en suplicio por alguien, no quiero que usen al amor
en contra mía, quiero soñar locuras y nunca despertar, quiero enloquecer y
nunca más cuerdo volver a ser.
Gustas de ver
sacrificios en tu nombre, no te compadeces por los que sufrimos por ti, eres
causante de llantos y desvelos, de ríos de tinta y pasiones vanas, ¿a quién
rindes cuentas del dolor que causas?, ¿eres capaz de sentir la calidez del sol
y la tibia brisa del amanecer?, ¿te identificas acaso con la frialdad de la
noche?, ¿cuándo empezaste a cambiar tanto?, daría mi vida porque fueras quien
antes eras.
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