domingo, 1 de marzo de 2015

UN EXTRAÑO SUEÑO

Hoy mientras dormía escuché una voz en mi sueño:
"Ya no soy parte de lo que eres tu, ya no, no lo soy".
Al despertar vi que estaba en un lugar desconocido, bajo un rojo fuego que me quemaba el corazón, y entonces deduje que estaba en un sueño dentro de otro, y mi corazon se sobresaltó, y yo solo atiné a querer despertar, y de la nada, como trueno estrepitoso, una voz tenebrosa retumbó todo alrededor diciendo:
"Ya no soy parte de lo que eres tú, ya no, no lo soy".
Me pregunté de quién era esa voz, y quería saber si era yo a quien iba aquel enigmático mensaje, me fije mejor, yo me encontraba a orillas de una playa, con un espeso bosque tras mío, la luna estaba rojo como carbón, y el cielo rojizo como la sangre, quise gritar y pedir auxilio, grité, pero pronto me di cuenta que estaba solo, ¿había naufragado?, no hay duda de que estaba en un sueño, lo mejor era despertar, quise hacerlo, y no pude, seguía aun, y de pronto otra vez esa voz, estruendosa como de un relámpago, como si el trueno hablara:
"Ya no soy parte de lo que eres tú, ya no, no lo soy".
¿Quién era quien jugaba conmigo?, ¿acaso estaba enloqueciendo y escuchaba algo que solo estaba en mi cabeza?, tal vez si corría a la playa y si me ahogaba, despertaría, corrí al mar quise sumergirme, pero tan pronto toque al mar, una potente ola me arrojó de regreso hacia la orilla, y nuevamente esa voz:
"Ya no soy parte de lo que eres tú, ya no, no lo soy".
Mi intrepidez no me haría rendir, decidí volver hacia el mar, y ahogarme para despertar, y vino la fuerte ola queriendo devolverme, la primera ola la atravesé sumergiéndome y a la vez quise respirar del mar para llenar mis pulmones de agua, y una segunda ola, más fuerte que la anterior me arrojó nuevamente hacia la orilla.
Y esa voz de nuevo.
"Ya no soy parte de lo que eres tú, ya no, no lo soy".
Cuantas veces intenté ahogarme en el mar, era devuelto a la tierra. Grité y maldije, y la voz seguía repitiendo.
"Ya no soy parte de lo que eres tú, ya no, no lo soy".
Ya eran más seguidos las repeticiones, el sonido del mar no se escuchaba, solo esa maldita voz, era ya una tortura, quería despertar, era consciente de que era solo un mal sueño, fui al bosque y mi intención era golpearme la cabeza con un árbol, tan fuerte que me devuelva a la realidad, pero cada árbol que tocaba se volvía humo.
Y esa voz de nuevo retumbaba.
"Ya no soy parte de lo que eres tú, ya no, no lo soy".
Maldición, ya no toleraba aquello, pero lo que más me atormentaba era que seguía repitiéndose esa misma oscura voz, que una y otra vez repetía sin parar.
"Ya no soy parte de lo que eres tu, ya no, no lo soy".
La desesperación comenzaba a invadirme, no soportaba esa maldita voz, quise coger arena de la playa e introducírmela en los oídos, pero la arena se desvanecía de mis manos tan pronto las tocaba.
Y esa voz, como si se burlara de mí, me repetía sin parar.
"Ya no soy parte de lo que eres tú, ya no, no lo soy".
Vi la astilla de una rama ahí, y decidí perforarme con ello los oídos, para destruir mis tímpanos, lo cogí, y me lo incrusté en el oído izquierdo, luego, ignorando el dolor, volví a cogerlo y me lo incrusté en oído derecho, sin embargo, aun con los tímpanos destruidos, me parecía escuchar esa misma voz, más fuerte y más clara que antes repetir.
"Ya no soy parte de lo que eres tú, ya no, no lo soy".
No lo soporté, entonces ya al borde de la locura, y casi por instinto me puse a gritar, me cogí con ambas manos los oídos destrozados y sangrando, y comencé a gritar.
Grité fuerte, hasta irritarme la garganta, diciéndole que ya parara, y que me dijera quién era, y dónde se ocultaba la fuente de aquella terrible voz, y le gritaba, hasta el cansancio suplicándole primero, luego ordenándole, luego demandándole, que ya se callara, que el tormento por fin cesara, que dejara de repetirlo una y otra vez, pero la voz seguía diciendo:
"Ya no soy parte de lo que eres tu, ya no, no lo soy".
Grité lo más fuerte que pude, para con mis gritos opacar esa voz cuya repetición constante me torturaba, me desesperaba la razón, grité lo más que pude, como nunca antes lo había hecho, y la voz seguía repitiendo vez tras vez la misma maldita oración, sentía mis cuerdas vocales irritarse, pero no me importaba, continuaba gritando para no escuchar esa horrible voz que de la nada continuaba diciendo lo mismo. Me tapaba con las manos los oídos, la sangre recorría por mis brazos y tomaba la mayor cantidad de aire, y gritaba lo más fuerte que podía hasta que el aire se me acababa, volvía a tomar aire, y mientras lo hacía escuchaba esa misma voz.
"Ya no soy parte de lo que eres tú, ya no, no lo soy".
Volvía a gritar a expulsar el aire con tal fuerza que no me importaba sentir dolor en la garganta, ni en mi estómago, grité con todas mis fuerzas, y cerraba los ojos, sentía que desfallecería en cualquier momento, y continuaba, no me importaba romperme las cuerdas vocales con tal de no escuchar esa horrible oración.
Entonces de tanto gritar, perdí la voz, quería gritar pero no podía hacerlo, y entonces la voz calló, y en ese momento, vi que algo comenzaba a materializarse a unos metro de mí, seguramente era el que iba repitiéndome esa oración, y le vi tomar forma humana, y le vi que se comenzaba a acercar hacia mí, la oscuridad reinante solo me revelaba su silueta de sombra, y cuando estuvo frente a mi, pude ver su con claridad su rostro.
-Con que eras tú- me dije a mi mismo, ya que no podía hablar.
Me pareció tan obvio, y entonces desperté, me hallaba echado en mi cama, mirando al techo, cuando quise recordar de quién era aquel rostro que vi, no pude hacerlo, me di cuenta que lo había olvidado, intentarlo era inútil, no lo recordaba, pero sin embargo aún retumban aquellas palabras que aun resuenan como un eco en mi cabeza una y otra vez sin parar...
"Ya no soy parte de lo que eres tu, ya no, no lo soy".

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