La soltura con que se
determina el contexto histórico de la revolución social que acontece en este
momento respecto al tema de la legalización del la unión civil entre personas
del mismo sexo, me parece uno más de los más importantes en los que antiguos
paradigmas sociales, han sido eliminados. Llegará el día en que cada ser humano
sobre la tierra podrá ejercer su libertad absoluta, sin que una sociedad cegada
por dogmas religiosos, y ni un estado que se basa en una discutible moralidad
nos lo impidan, y podamos caminar en la calle, libres, con quien sea, como sea,
donde sea y cuando sea, sin que personas que se creen los más buenos
ciudadanos, nos apunten con sus irrisorios juicios y prejuicios.
Todos somos libres de
vivir, a ningún ser humano debe prohibírsele de su libertad, ni así como prohibírsele
de vivir, de existir, de amar, de fumar grifa, o de estar con la persona amada
sin importar sus creencias, religión, raza o sexo.
Aún no somos libres, aún
somos prisioneros de nuestra celda que es el mundo, apenas hemos podido ver
nuestras celdas, pero no ir más allá.
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