Hoy estoy deseando mucho mientras en una noche lóbrega me encuentro en este inhóspito paraje, abrazado por montañas bordeado por
un rio dador y arrebatador de vida cuando es subestimado por sus ingenuos
habitantes. Aquí es a donde la providencia me ha enviado a pasar una etapa de
mi vida, una vida es similar a la de un animal salvaje en cautiverio, cuyas
celdas confinan su espíritu libre.
El sol es el
mismo, el firmamento, las nubes, la luna y las estrellas, son lo único familiar
a cualquier parte que vaya, los que siempre me acompañan cuando voy alternando
entre diferentes lugares, al llegar a cada tierra nueva, veo caras
desconocidas, lugares desconocidos, idiomas extraños, costumbres diferentes, pero
son las estrellas las que me son familiar a cualquier lugar a donde vaya, ellos
están cerca de mi todo el tiempo, son esos astros a tan infinita distancia los
que me acompañan mucho más incluso que las personas.
En casa
siempre encuentro la seguridad emocional y la paz, pues es donde formé mis
ideales y dónde fueron impresos la mayor cantidad de mis recuerdos, donde
obtuve la experiencia previa al resto de mi vida, donde me siento como pez en
el agua, pero por designios superiores a mi voluntad debo abandonar mi terruño,
y viajo, y viajo lejos y voy a lugares lejanos, inhóspitos a veces, y la
nostalgia como siempre es mi única inseparable compañía, a veces acompañado de
la soledad.
No importa a
donde vaya, lejos de mi casa, muy lejos de mi añorada ciudad veo caras
desconocidas, lugares desconocidos, idiomas extraños, costumbres diferentes,
todo es desconocido para mí, todo diferente para mí, pero lo único que me hace
sentir al menos en la calidez de casa, es ese pedazo de hogar que tiene siempre el firmamento sobre mi.
A pesar de
todo, me he ido dando cuenta de que poco a poco he ido perdiendo la costumbre
de echarme boca arriba y observar el firmamento, ver aquellos puntos brillar,
ver los misterios que aún no conozco, mirar con mis propios ojos, miles de ojos
que parecen observarnos, a nosotros, es una lástima que haya dejado de hacerlo,
porque cuando me sentía tan mal, y cuando el mundo parecía empecinarse en
querer aplastarme, solía correr a lo más alto posible, tirarme en el suelo boca
arriba, y observar, simplemente observar las estrellas.
¿Por qué deje
de mirar al cielo?, creo que por dejarme llevar por cosas más superficiales que
consumen mi tiempo como por ejemplo el trabajo, principalmente el trabajo que
me ha hecho más frio y preocupado solo por cumplir un rol específico. Ya casi
no tengo tiempo para pensar cosas más profundas como antes que estaba más
desocupado. Mis ratos libres son pocos, pero los empleo en otras actividades de
ocio, y ahora que me acuerdo, ya van años desde la última vez que me tiré al
piso boca arriba a simplemente observar y observar, en una de esas
observaciones, recuerdo que si tenía suerte podía ver una estrella fugaz y me
apresuraba a pedir un deseo.
Mi abuelo
solía decirme, que cuando miraba al cielo, se acordaba de mí, y cuando miraba
mi cara, se acordaba del cielo, que las pecas de mi rostro le recordaba el
cielo estrellado. Ahora mi abuelo quizá forma parte de ese firmamento. No es
poco lo que el observar el firmamento ha hecho para estimularme a preguntarme
que hay más allá.
Lo bueno de
todo está en que tomo conciencia de mi desconsideración a ese cielo, y esos
astros que fueron testigos de cada importante acontecimiento de la historia de
nuestra humanidad, y aún les queda centurias para ser testigos de épocas
venideras. Solo somos un parpadeo en el espacio y aun así nuestra arrogancia es
tan grande como insignificante nuestro lugar en el universo. Esos cuerpos
celestes me han visto crecer, con ellos crecí, y con ellos moriré, y ellos seguirán
existiendo luego de muerto, y mi alma ascenderá a Dios donde sea que él se
encuentre. La vida es tan peculiar y es tan deductivo que nuestro rol en el
mundo después de todo es y siempre será no más que uno de trascendencia local,
por más grande que podamos creerlo. "luna tu que conoces el secreto detrás
de la verdad", tu que has escuchado los secretos de los enamorados, ¿Has
escuchado los de ella, la has escuchado repetir al aire un nombre, has escuchado
quien es dueña de su corazón, me ha nombrado en una de sus charlas contigo, te
ha comentado sus sueños, acaso podrías servir, tu gran luna de intermediario
entre nosotros?. Luna si tan solo pudieras responderme, cuantas preguntas más
te haría, tantas que te seguiría alrededor del mundo para que nunca el día me
aleje de ti.
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