viernes, 27 de diciembre de 2013

MI PLAN DEL DIA

Hoy me drogaré, sí señor, lo estoy esperando ansioso, quiero sentirme drogado, volado, alucinado, dopado, troncheado, estoneado, liberado, anarquizado, destrozado, tronado, quemado, marihuanado, inspirado, reputeado, humeado, aniquilado, hipnotizado, fumado, alocado, rokanrroleado, atmosferizado, anonadado, astronautizado, pero sobre todo feliz y contento de vivir temporalmente en una realidad hermosa y pacífica donde los prejuicios no tengan lugar, y que se evaporen esos elementos que nos impiden disfrutar lo sublime de la vida (prejuicios, preocupaciones, creencias, temores, inseguridades, paradigmas, dudas, dogmas) y ser felices. Quiero que este planeta se convierta en mi nave sideral y viaje a través del sistema solar, paseándome por el universo, mostrándome al caer la noche, esa ventana al cielo donde pueda ver el espectáculo termonuclear galáctico de las las estrellas, a miles y millones de años luz de mis ojos, conglomerados en espectaculares galaxias.
Quiero que ese sol encima mío me llene de su energía, quiero que cada estrella en el firmamento me hable de los sucesos de los que fueron testigos durante millones de años, quiero que el viento se convierta en susurros de sabiduría milenaria, quiero que cada palabra que salga de la boca de alguien sean proverbiales, que la música se convierta en la manifestación más lírica del universo, que las personas alrededor mío se conviertan en ángeles de la guarda, que las guerras se limiten a ser solo juego de niños, que la violencia sean solo recuerdos de épocas pasadas regidas por dogmatismos, que se vuelvan historias de arcaicas épocas alimentadas por paradigmas ciegos, ideologías egoístas, fanatismos irreconciliables y oscurantismo vergonzoso.

Quiero que mi locura se llame verdad, que se materialicen mis fantasías más ambiciosas, y que las fantasías de los otros locos como yo contribuyan a construir mi mundo perfecto, mi utopía soñada… que cada uno de los que vivimos la vida intensamente nos convirtamos en los arquitectos de ese nuevo mundo, esa realidad negada, que solo vemos cuando al cerrar los ojos nos sumergirnos en el mundo de los sueños. Deseo que al despertar no deje de soñar, deseo correr por el arcoíris en busca de aquel duende que vivió mil años, y preguntarle cuál es el secreto de su longevidad, y cómo hace para que por más años que lleva encima, no se sienta viejo.

Quiero escuchar los colores, oler los sonidos, tocar los sabores, saborear las texturas, escuchar los olores, probar el sabor de la música, tocar los colores, quiero ver árboles gritar, a los cerdos volar, al arcoíris llegar, a las ironías volverse sarcasmo, y a ese amor mío verla nuevamente frente a mi.… Quiero escapar un momento de aquí, quiero huir de la monotonía asesina de pasiones, quiero huir volando de las hostilidades de la vida.

Quiero fumarme ese porro y que mis problemas se hagan humo.
Deseo encontrar respuestas a mis incógnitas matutinas, correr saltando por un campo de flores, junto con las personas importantes en mi vida que estuvieron y ya no están, y a quienes me gustaría ver nuevamente.
Hoy tengo planeado hacer realidad por breves momentos, que cada una de mis locuras se vuelvan realidad, estoy con mis auriculares en mano, mi música sonando, mi polo oscuro favorito y mis zapatillas todoterreno puestos, y sé que mi lugar favorito en aquel mágico bosque me espera, para atravesar aquel portal que divide mis fantasías de la realidad.

Voy recordando unos versos de William Blake:
“Si las puertas de la percepción fueran depuradas, las cosas se verían para el hombre como son: Infinitas.”

Y también: 
El camino del exceso conduce a la sabiduría


Saldré con la música en mis audífonos, y la hierba en el bolsillo camino a depurar a mis sentidos, y a volverme más sabio.

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