viernes, 3 de abril de 2020

DIFERENTE


    
      ¿Por qué no puedo hacer que vuelvas a ser quien eras antes?, la persona cariñosa que me contestaba con una voz cálida al otro lado del teléfono, y que ahora me responde con un tono de altivez y con el sentimiento de triunfo al ver que sumiso le llama quien está a sus pies, quien desea al menos una dosis diaria del sonido de tu voz, para sobrellevar un día sin ti, sin caer en la desesperación de tu angustiante ausencia?. Mírame, al borde del suplicio, te has convertido en mi más terrible adicción.

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