Hey tú, la de ojos de diamante,
de sonrisa alegre pero ojos llorosos, quiero alegrar esa mirada, dar sentido a
los latidos de tu corazón, quiero que tus sueños sean felices, no ilusiones ni
fantasías vanas, quiero que corras tras algo real, no tras un arcoíris que
aunque colorido solo un espejismo es. Hey tu, la que está al otro lado de esta
pantalla, mirando caracteres inertes de un frío monitor, quiero que mires
dentro de mí a través de estas palabras, que sientas lo que por ti siento, que
descifres los misterios de mi alma enamorada, que visualices lo mucho que estoy
dispuesto a amar, quiero que nunca más, tu llanto sea de dolor. Hey, la de un
corazón solitario, quiero contarte una historia de amor.
"Un día de Julio, arribó a una tierra
extraña, un alma solitaria que huía de la soledad, huyendo de ese negro
fantasma desolador de almas puras. El arribo fue lamentable, presencias nuevas,
hostilidades nuevas, frios corazones, pero entre todo el tumulto de presencias
extrañas, un resplandor brillaba entre la oscuridad de la soledad que
nuevamente comenzaba a cercar su existencia: Dos bellos ojos, ojos de
diamantes, ojos relucientes, hermosa mirada, que aunque fría al contacto, era
cálida al corazón. Esa alma que buscaba una pizca de felicidad, sintió temor
ante una mirada cegadora, imponente, misteriosa, magnética, temió ceder ante el
encanto de deslumbradora portadora de invaluables gemas. Pero todo intento de
lucha, de evadir el destino fue vano, Cuando pensaba que no podía ceder más, un
día al despertar se dio cuenta que había ocurrido algo inesperado, esa mirada,
se apoderó de sus sueños. Y cada día, aunque no viéndola físicamente, en los
sueños hacía presencia. “Maldición-Se decía al despertar-Hoy volví a soñar
con ella, y ya quiero dejar de hacerlo”, huir de los sentimientos, es como
huir del día, estar enamorado y no ser correspondido, es como un mar de abejas
atormentándonos las 24 horas, mientras más se huye de ellos, más grande se
vuelve el tormento.”
Corazón enamorado, quiero de una
vez por todas zanjar cuentas…
Hola, desde hace mucho tiempo que
nos vemos, y me di cuenta que no se ni tu nombre, y a pesar de nunca
intercambiar palabras pareciera que ya te conozco.
Cada día te veo en mis sueños y
al despertar tu imagen se desvanece, ya no quiero perderte al dejar de soñar,
quiero palparte en la realidad, sentir tus labios sin que te esfumes como el
aire, sentir con la yemas de mis dedos la textura de tu piel, escuchar tu voz,
y ver esos ojos mientras te digo que TE AMO. Ya no quiero jugar a la moneda con
el destino, ya no creo en el azar, ya no creo en las planificaciones, ni en las
previsiones. En términos de sentimientos, las cosas tienen más éxito mientras
dejamos más campo a la espontaneidad, más a los instintos, a lo que nos diga el
corazón, que lo que podamos razonar y calcular. Las razones no toman en cuenta
la variable del corazón, es una de las ocasiones en que tanto pensarlo no tiene
efecto. Hey tú, cuya mirada me fulmina en sueños, deja que mi corazón te llene
de fuerzas, deja que mi amor te fortalezca, permite que tus labios endulcen los
míos, quiero que tus ojos de diamantes de felicidad resplandezcan…
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