jueves, 25 de mayo de 2017

MOMENTO

Aun creo que algo puede trascender, no aquí, sino en otro lugar, en otro tiempo, en un mejor momento y bajo mejores circunstancias.
Tal vez mi momento no sea el presente para buscar algo más sentimental con alguien, tal vez aun no lo sea.
La vida, el destino me está diciendo insistentemente que este no es mi momento y que debo esperar a algo, en otro momento.
Quizás quiere que me encuentre libre, sanado y sin ataduras hacia ningún pasado, para que cuando extienda su mano y pueda ofrecerme lo que la vida me tiene preparado, yo pueda extender la mía y tomarlo lo que me ponga frente mío.
Eso es lo que me gustaría creer, lastimosamente ya no creo que exista un destino, o que ya estemos predestinados a estar con alguien, poco a poco me inclino a creer que todo en esta vida no consiste más que en interacciones al azar con otras personas, interacciones movidas por la causalidad, sin ningún tipo de divinidad de por medio, no hay ningún hilo invisible que nos ate a otra persona, y con la que deberíamos estar si o si para cumplir algún designio de alguien o algo.
Todo esto es un hermoso mundo pequeño, cada momento es infinitamente complejo, no tenemos el control de nada de lo que suceda a nuestro alrededor, solo tenemos la opción de aprender a nadar en una marea de sucesos lógicamente concatenados entre sí con eventos pasados, para que conlleven a un futuro igual de lógicamente consecuente con las decisiones y circunstancias conducentes a ello; o la otra opción es no luchar, y dejarnos arrastrar con su corriente hacia el fondo y nunca poner resistencia.
“Existen diferentes tipos de prisiones, cargamos la nuestra todo el tiempo”
Visto esto, mi alma es prisionera de este cuerpo débil, frágil y mortal, es este cuerpo de carne y la prisión con los barrotes que mantienen presa a mi alma, y mi alma debe quien lidiar atrapada en esta materia biológica, con la fragilidad y vulnerabilidad de este cuerpo, así como sus limitaciones, que son causa del suplicio que llevamos día a día en esta vida.
Esta alma debe soportar el dolor, el frio, el hambre, las enfermedades, el miedo y las inseguridades de este cuerpo.
La única manera que puede ser liberada mi alma, es destruyendo la prisión que la tiene confinada.
Muchos le temen a la muerte, yo a solo morir, porque sé que el morir puede ser doloroso, pero con la muerte viene mi verdadera liberación, mi ascensión… o quizás simplemente La Nada.
Sea cual sea el caso, la muerte tal vez sea como un agujero negro, todo lo que entra en él, no vuelve a salir, el momento exacto en que uno muere, es el momento en que se cruzaría el horizonte de sucesos en el caso de un agujero negro, aquella frontera de una vez cruzado, no existe retorno.

Quizás solamente Jesús pudo retornar, pero Jesucristo en este caso sería una singularidad por su naturaleza divina y atemporal.

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