Una mesa se metió por la alcantarilla
en la plaza de Madrid
arrastrada por el cauce que la lluvia
bañaba los atardeceres de abril
fue a parar allí por la trifulca
de un eterno amor que llegó a su fin
que en el fragor de un desalojo
y en la confusión de una tormenta
fue cogida por las bravas aguas
del destino y su complejo ardid
Vi perderse la mesa arrastrada a su fin
¡que pena por algo inerte!
que compartieron dos amantes
victimas de esa mala suerte
Cierro los ojos, el cosmos se manifiesta
puedo tocar la malla del espacio tiempo
aquella que intenta desnudar la ciencia
para copular con los secretos del universo
El tiempo se detiene, extraña cosa aquello es
deja de ser abstracto y puedo tocarlo por primera vez
dos sucesos en cada mano, no hay un antes y después
me siento poderoso, tanto como Yavhé
¿Cómo llegaste aquí mortal insensato?
Me grita una voz vibrante como el rayo
volteo y solo reluce un manto blanco
imposible es ver el rostro de quien me está hablando
¿Eres el creador de todo?, pregunto
Soy yo la creación, me responde
¿Cuál es mi propósito de existir? pregunto
Solo soy la creación, me responde
Abre los ojos, y mira lo que no ves
ama con el corazón,
siente con los pensamientos
entrégate al amor
y solo así tendrás conciencia
del propósito de tu existencia
Abrí los ojos, desperté en cama
sentí templado mi alma
y el tiempo volvió a ser aquel abstracto
intocable, imparable y mi mortal enemigo
Emerge un leve de sabiduría de mi
solo un poco, al tiempo que descubrí
la forma de hallar el gran sentido
de mi paso por esta vida y su camino
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