Dónde te
escondes ejecutor, escucho tu voz, conozco tus órdenes, presiento tus
designios, eres una fuerza invisible que dirige mi proceder, que encausa mi
poder hacia la lucha por una causa superior que persigue tu voluntad. Eres una
voz en mi interior que me susurra una misión, incuestionable, inescrutable.
Ciegamente
camino por sendas espinosas, por cuerdas suspendidas en el vacío, yo los atravieso
con la seguridad de un sonámbulo, por que confío en lo infalible de tus
objetivos, y en la precisión de tu estrategia.
Y aunque mis
enemigos sean fuertes, y numerosas sus unidades combativas, no me sentiré amedrentado,
daré todo de mí, lucharé dando lo mejor, porque sé que debo cumplir mi misión,
mi vida no es tan importante como la causa por la que lucho, porque sé que tú
me diriges, y que tú decides persiguiendo un bien mucho mayor y más perdurable
en el tiempo.
No importa las
vidas que hay que arrancar de tu camino, o
lo que debamos incinerar, Tú, ejecutor, eres el faro que ilumina el
futuro, aunque solo perciba tu voz en mi interior, sé que me observas desde
algún lugar, y que soy el brazo de tu proceder.
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