sábado, 26 de octubre de 2013

CUANDO DESVIRGINÉ A MIS OIDOS


Ah hermosa adolescencia, época de descubrimientos, aunque estoy entrando en una etapa avanzada de la misma pero soy adolescente aún, pero esos primeros años son los más hermosos, leí por ahí que solo los jóvenes envejecen, tantas cosas se me vienen a la mente ahora, tantos recuerdos vinculados a unos sonidos, unos acordes de guitarra que me son familiares, que los reconocería en cualquier lugar y momento, si, esa hermosa Canción: Stairway to Heaven.

Escuchar Stairway To Heaven de Led Zeppelin por primera vez, fue para mí una experiencia única, una de las pocas que me dejaron impactado, anonadado,  flasheado, y a mi sentido auditivo alterado luego de su escucha; fue para mí magia auditiva… escuchar esa  canción por primera vez fue para mí una experiencia indescriptible, un momento al que solo puedo compararlo con el probar una especie de droga, o iniciarme en el sexo, como en los casos anteriores, me dejó el deseo de querer más, me dejó extasiado y al mismo tiempo insatisfecho y con ganas de repetir, y entonces exploré y busqué y descubrí que existía música más brillante, más hermosa, mas genial, más elegante, con más sentimiento y más legendaria que el que estamos acostumbrados a escuchar por la radio y a través de MTV.
Recuerdo muy bien cómo fue cuando tuve mi primer beso, también cómo fue la primera vez que gocé con un cuerpo femenino, y también recuerdo cómo fue la primera vez que dejé que una droga se apoderara de mis sentidos. Recuerdo también cómo fue la primera vez que mis oídos escucharon esos acordes de guitarra de Mr. Jimmy Page y compañía.



Fue una noche de Julio, eran fiestas en la ciudad, luego de pasear con mis amigos de infancia, decidimos por fin ir a un punto de la ciudad alejado, eran casi las 10:30 de la noche, la mayoría de la gente se encontraba concentrada en la plaza de la ciudad, dejando deshabitados mayoría de los lugares públicos.

Nos dirigimos los tres a uno de esos lugares abandonados, la ciudad se hallaba deshabitada, inóspita a nuestro paso, como un pueblo fantasma, toda la concentración se hallaba en el centro de la ciudad, nosotros tres teníamos por ese entonces una manera muy peculiar de divertirnos, y era escapando temporalmente de la realidad.

Al llegar a nuestro destino, tal cual nuestras expectativas, se hallaba tan vivo como un cementerio, ¡¡¡ era Perfecto!!!
Nos sentamos los tres y comenzamos a hablar de los típicos temas adolescentes, sexo, chicas, desamores, y uno que otro rumor sobre alguien, mientras que, uno de nosotros iba preparando todo para el gran viaje.
Luego, cuando ya solo quedaba disfrutar, uno de ellos, dijo: “Quiero que escuchen esta canción”  sacó su celular y de su precario parlante comenzaron a salir las melodías que cambiarían mi vida… Esos arpegios de guitarra iniciales se apoderaron mágicamente del ambiente nocturno de la naturaleza, y el ruido externo se detuvo, como si la naturaleza comprendiera hizo una pausa reverencial mientras era el turno de esa canción… y esa guitarra y luego la entrada de ese sonido de flauta nos comenzó a elevar al ritmo de la voz de Robert Plant cantando suavemente. Escuchar a la voz más legendaria del rock (no es exageración mia, sino busquen en google, codeándose con Mercury) cantando una balada por primera vez fue lírico, espectacular, apabullante, mastodóntica y ninguno de los tres decía una sola palabra, fuimos hipnotizados, atrapados, cautivados, la canción fluía, cada nota entraba por nuestros oídos y nos estremecía el resto cuerpo, ¿qué estamos escuchando, qué es esa mezcla de sonidos que estremecen el ambiente y nos obliga a concentrarnos en ella?, luego la balada dejó de ser acústica y comenzó la parte electrónica de la canción, Ascendíamos por peldaños inexplicables al cielo, como el nombre de la canción decía, aunque en ese entonces no entendía la letra… todo fluía mágicamente, esos raspados de guitarra, ese órgano de fondo, ese bajo melódico, la intensidad iba subiendo, luego la voz ascendente de Plant hacía presagiar que se venía algo más, y asi fue, nada más hicieron la entrada magistral los tambores del mejor baterista de  la Historia (No es locura de un fan, John Bonham es el mejor, sino investiguen en Wikipedia), y la sección rítmica con esas exquisitas líneas de bajo de Maestro John Paul Jones (Uno de los mejores bajistas, según los que saben de bajos), para finalmente explotar en el mejor solo de guitarra de la historia del Rock (tampoco es exageración de un fanático de Led Zeppelin, sino busquen en Wikipedia, otra vez), Oh Dios mio!!!, que energía, que poder, que potencia, que lírica, qué elegancia, que zeppeliano, por poco la respiración me falta, esa guitarra parecía hablarnos en un idioma que no entendíamos, pero que comprendíamos lo que nos quería decir: “Así es como debe sonar una maldita guitarra”, y los tambores demoniacos de Bonham que desesperadamente trataban de seguir a esa guitarra divina, y y todo terminó con el mejor orgasmo musical de todos los tiempos, con un Plant cantando esos versos a todo pulmón, con toda energía y entregando tanta pasión, enseñaba a la posteridad como debía ser interpretado un buen tema rockero, para explicarnos en su último verso: To be a rock and not to roll . Luego de eso, de haber alcanzado el cielo con una canción, volví a abrir los ojos (no me había percatado que los tenia cerrados), y regresamos a la tierra, al lugar donde estábamos, ese parque deshabitado y nosotros tres echados en el piso, Vaya, qué experiencia, los mejores 8 minutos de mi vida, solo atiné a preguntar una vez que mi cuerpo, se repuso del impacto emocional, una vez que el silencio de la noche volvía a apoderarse del ambiente, cuando cesó esa canción divina, la naturaleza nocturna nuevamente volvió a su sonido nocturno, un silencio para volver en si: “¿Cómo se llama la canción?”, atiné a preguntar, “Escalera al cielo-Me contestaron- de Led Zeppelin.


Led Zeppelin, ese nombre, casi místico, setentero, underground … Hasta entonces había escuchado que led zeppelín era una banda oscura, satánica, con un aura ocultista y misteriosa, drogadictos e irreverentes, plagiadores de los maestros del blus, pero la verdad nunca me había molestado siquiera en escuchar una canción suya, esa noche se rompió uno de mis muchos paradigmas.

Esa experiencia cambió mi vida, y desde entonces ese grupo me ha acompañado en mis largas noches solitarias, cuando compañía humana me falta, ese cuarteto setentero, esa vibra rockera, esa voz, esa guitarra, esa batería, esas líneas de bajo, esos riffs, esos solos, esa energía es lo que revitaliza mi vida… Led Zeppelin es al Rock, lo que Cervantes es a la Literatura, lo que Sócrates a la Filosofía, lo que Marx al Socialismo, Bakunin al Anarquismo,  lo que Bernoulli al cálculo Diferencial, lo que Newton y Einstein a la Física, lo que Adam Smith al Liberalismo, lo que Galileo a la Astronomía, lo que Freud al Psicoanálisis, y lo que esa chica muy especial a mi corazón, es decir, Led son los máximos exponentes del Rock… antes y después de Led Zeppelin hubieron muchas otras bandas, pero nunca un grupo de rock había sonado ni sonaría como Zeppelin, marcaron un hito de cómo debería sonar el rock, los padres del heavy metal, del hard Rock, la influencia que dejaron fue de trascendencia musical única, comparable a the Beatles o Elvis, además cinco de sus nueve álbumes están entre los 500 mejores álbumes de la historia del Rock. El Rock tuvo un antes y un después con Led Zeppelin, fueron un cambio de paradigma musical, Led Zeppelin fueron los padres de Gun’s Roses, de Nirvana, de Metallica, de Maná, de Queen, de muchas otras bandas que hoy son considerados buenos grupos musicales.
Fue tanta su influencia que el 02 de diciembre de 2012, el presidente de Estados Unidos Barack Obama, les dió un homenaje a los tres miembros vivos de esa gloriosa banda, por haber sido parte de la cultura de toda la generación de políticos y hombres que actualmente manejan nuestros destinos incluido el presidente. Ese mismo día fue homenajeada la banda por grupos que siguieron sus pasos como Foo Fighters (el cual fue fundado por el ex miembro de Nirvana Dave Grohl), y Lenny Kravitz. Para cerrar ese homenaje con broche de oro, fue interpretada la mítica cancion, a mi parecer una de las mejores interpretaciones hecha por otros que no sean Led Zeppelin.



En ese entonces, apenas descubría lo que sería mi gusto por el Rock, y qué bueno porque a partir de ese momento, mi interés por la música se amplió mucho, escuché a The Beatles, Pink Floyd, The Doors, Jimmy Hndrix y más aún. Más aún, antes de Led Zeppelin, ni siquiera me había interesado aprender a tocar una guitarra. Vale.

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