Es mucho más fácil perdonar a un enemigo que un amigo, esto se
debe a que posiblemente, el peor pecado que uno puede cometer en esta vida
frente a otra persona, es la traición.
Podemos perdonar a un enemigo, ya que siempre fue sincero en sus
intenciones, y sus actos fueron consecuentes con sus intenciones hacia
nosotros, nunca ocultaron su odio hacia nuestra persona.
Sin embargo, la ofensa de alguien que fue considerado amigo,
resulta imperdonable porque aprovechándose de nuestra confianza, atacó.
Mientras decía cosas positivas nuestras, en secreto confabula contra nosotros.
Nos hizo creer que se preocupaba por nuestro bienestar, mientras deseaba
nuestro mal. A diferencia de nuestro enemigo, nunca fue sincero, nunca le vimos
la cara verdadera y mentía.
Un enemigo puede llegar a admirarse y hasta respetarse, y sin
embargo un amigo traidor siempre causa repugnancia, repugnancia y desprecio. A
lo largo de la historia, siempre hubo enemigos, que a pasar de sus diferencias,
supieron sentir admiración mutua.
· Saladino y Ricardo Corazón de
León
· Montgomery y Rommel
· Hitler y Stalin
· Aníbal y Escipión
· Goku y Vegeta
De esto deduzco lo que siempre me dijeron, que la verdadera ofensa
reside en mentir.
Tal vez debo ser sincero desde siempre, no tratar de parecer
alguien bueno solo por querer agradar a alguien, desde el mismo inicio, tal vez
honesto con mis intenciones por más malo que estas pueden hacer pasar.
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