jueves, 25 de julio de 2019

UNA VOZ EN LA MADRUGADA


Dormía en aquella habitación que me facilitaron para pasar la noche en aquel inhóspito pueblo llamado Miravalle, cuando desperté. Era de madrugada y llovía con truenos y relámpagos, y mi corazón tenía una agitación algo peculiar, latía a gran velocidad, sin que yo me sintiera asustado, preocupado o emocionado, sin embargo parecía que algo en mi pecho se habría sobresaltado, mientras afuera llovía torrencialmente, y seguía sin entender el motivo por el que bruscamente mi sueño fue interrumpido, creo que fue por alguna fuerza paranormal o algún mal sueño que se me olvidó al despertar.
Miré la hora, era cerca de las dos de la madrugada, y a pesar de tener abierto los ojos solamente miraba una oscuridad que era interrumpida ocasionalmente por los intensos destellos de luz que entraban a la habitación por los relámpagos que todo lo iluminaban, que a veces silenciosos, y a veces estruendosos se unían a la sinfonía de la lluvia que aquella noche caía; yo  me hallaba echado, con el corazón latiéndome fuerte, pero no asustado.
Las gotas de lluvia golpeaban con estridencia la calamina del techo, un sonido reconfortante para mí.
Pero nada fuera de lo común a no ser por un pequeño suceso misterioso.
Escuché una voz extraña fuera de mi habitación, se oía como la voz de un hombre de gruesa voz, ese alguien hablaba en un idioma diferente, pues a pesar que le escuchaba hablar no entendía lo que decía.
Lo primero que pensé fue que alguien estaba hablando por celular a esas horas de la madrugada, tal vez un extranjero porque no lo entendía, ese idioma no era español, ni inglés, ni quechua, tampoco el alemán, que aunque no lo entiendo, reconozco ese idioma (escuchando Rammstein y tokio Hotel).
Como soy un fanático a ver películas con temática de la segunda guerra mundial, pude asumir que el idioma en que ese alguien hablaba era Ruso, o al menos alguna lengua eslava.
Pero era la voz de un hombre, y no era una voz para mi familiar, más bien me parecía extraña, desconocida, así que esperando volver a recuperar el sueño, me puse a contar ovejas, y creo que me dormí una media hora después, el sonido de la lluvia siempre me ha reconfortado, y me ayudó a dormir, y seguía escuchando esa voz afuera, sin darle mayor importancia.
Al despertar, comenté lo que oí fuera de mi habitación con la señora de casa, le pregunté si tenía hospedado algún extranjero en su casa. Ella no me dijo nada, su silencio fue extraño, no me respondió, no suelo ser insistente, aún menos con alguien que me brinda su hospitalidad.
Terminando de desayunar y pagar a la señora por la noche, continué mi camino, en el trayecto, me dieron alcance dos señores que muy carismáticos empezaron a hacerme conversación, y fue entretenido caminar con ellos, me preguntaron de dónde venía. Y me hicieron la pregunta que desencadenó el giro de esta historia: ¿cómo había pasado la noche?
Les dije que la lluvia y los truenos me despertaron de madrugada, y les comenté además de aquel extranjero que dormía en la habitación de a lado que se puso a conversar por la noche.
Al escucharme decir eso, se miraron entre ellos, una mirada de asombro que puede percibir a pesar que los miraba de reojo pues tenía puesto la vista hacia adelante, y ellos entonces me contaron la historia de un Ingeniero Ucraniano, que viniendo a realizar estudios en la zona, había muerto por la mordedura de una serpiente hace ya muchos años, y se había hospedado en la casa de la señora que me dio posada, aquella casa de viejos maderos, y techado solo con calaminas oxidadas, era el único lugar de aquel pequeño pueblo que daba posada a forasteros, solo tenía dos habitaciones, yo ocupaba uno de ellos, el otro, creía hasta que escuché aquella voz, estaba vacía, no había pasado la noche nadie ahí, al menos nadie de este mundo, era la habitación que había ocupado aquel ingeniero.
Pude notar al momento de salir de aquella posada, que tenía el candado puesto, a menos claro que si de haber habido alguien allí, haya despertado mucho antes que yo, que desperté tan pronto los animales, gallinas, gallos y avecillas, empezaban a cantar con el alba.
No es que asuma que pudo haber sido el espíritu en pena de aquel desafortunado Extranjero el que escuché hablando, pero mucho me hizo pensar ese hecho.
No creo que haya sido algo de mi subconsciente, no había forma de que yo conociera previamente la historia detrás de aquella muerte para que mi subconsciente pudiera crear la ilusión de aquella voz, y aunque mi espíritu escéptico aún seguía intacto entonces y aún hoy lo está, no puedo hallar explicación sobre el origen de aquella voz en la madrugada, y me habría gustado saber ucraniano para entender lo que decía, si es cierto que era el espíritu penando, tal vez trataba de decirme algo, no lo sé, pero solo tuve oportunidad de dormir en aquella habitación una noche, al día siguiente tuve que seguir mi camino, y en retrospectiva recuerdo aún aquel suceso, misterioso, que bordea los límites de mi escepticismo por lo sobrenatural.
Nunca he vuelto a aquel poblado, y si lo hiciere, no sé si aún quedarán en pie aquellas habitaciones, que en aquel tiempo eran ya precarias y de debilitada estructura, tal vez ahora, sino cayó víctima del clima extremo del lugar, la dueña ya los demolió. El progreso corre en la misma dirección del tiempo, y aquel espíritu, si es que estaba allí, o ha sido liberado, o vaga por el mundo, o quien sabe, aún sigue hablando en las madrugada esperando que alguien que sepa su idioma pueda entender el mensaje, que yo no pude comprender aquella noche de tormenta en Miravalle.

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