Hacerte parte de algo esencial,
sustancial, compañero de vida eterno, jubiloso deber el juntos buscar la
felicidad en fiel compañía del otro, ser eternos caminantes de este sendero espinoso
llamado vida.
Y mientras caminemos, nos
toparemos con personas que, sentados al lado del gran camino injuriosamente nos
señalaran, y tal vez nos criticarán y de lejos nos dirán que vamos mal, nos
apedrearán, y querrán indicarnos el camino correcto sin ellos nunca atreverse a
recorrer el camino que andamos. No deberán importar sus palabras, deseos o
consejos, si ni siquiera se toman la molestia de dejar sus inmóviles asientos,
y aventurarse a caminar.
Y mientras los dejemos atrás a
aquellas voces pesimistas, llegaremos a tramos obscuros y tormentosos que nos
obligará a, mientras pase todo, ocultarnos por un momento, pero solo temporal,
porque una vez puesta la tormenta, debemos retomar el camino que nunca debemos
abandonar, ninguna tormenta con su furia es duradera, ninguna noche
venció a un amanecer.
Y aunque juntos estemos atravesando
el infierno, y la esperanza se pareciera desvanecer, así juntos y de la mano,
no debemos dejar de seguir caminando.
Elijamos permanecer juntos pase
lo que pase, caminar sin detenernos y sin separarnos, hasta llegar al final de
este camino, de esta vida, que no importa a donde la vida nos lleve, si la
vivimos juntos y la camino contigo.
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