sábado, 25 de abril de 2015

UN ESPIRITU LIBRE

Quizás suene raro, pero a veces lo único que yo quisiera es encerrarme en mi cuarto y escuchar música con alguien, simplemente escuchar la música, sin que ninguno de nosotros dos hablemos, unicamente quisiera sentirme acompañado mientras disfruto de mis momentos de paz y relajación escuchando las dulces melodías que apaciguan mi alma, no quiero sentirme solo mientras escucho música, quizá suene extraño, pero cuando pongo un disco sea de Led Zeppelin, Pink Floyd, The Beatles, The Doors, Anabantha, o cualquier otro de mis grupos favoritos, yo me concentro en su sonido, en cada detalle, cada arreglo musical, mi mente se centra es tratar de descubrir cada efecto sonoro de cada una de sus composiciones, me gusta concentrarme en escuchar cada instrumento, yo por ejemplo me concentro en un determinado instrumento de la canción y me gusta escucharlo, como si mentalmente eliminara los demás instrumentos de la canción, y me divierto mientras analizo cada pieza musical y su estructura. Mi hobbie es escuchar la música como si la estaría estudiando, y no me gusta ser interrumpido mientras lo hago, pero tampoco me gusta hacerlo estando solo.
A veces solamente me gustaría estar acompañado con alguien de igual gusto, y juntos conversar, hablar, únicamente sobre la canción que escuchamos, pero no encuentro nadie. Generalmente a todas las personas a las que invito a escuchar música, tienden a querer hablar sobre otros temas como sus sentimientos o cosas que les pasaron o les gustaría que sucediera, y cuando les comienzo a comentar sobre la música en sí, pareciera que no me entendieran, y me aburro de esas personas.
Por eso es que prefiero quedarme solo en mi habitación, únicamente viviendo en mi mundo, existiendo en mi burbuja que me da seguridad, donde me siento protegido de las personas y de todas las cosas externas que podrían dañarme. Es que a pesar que trato de mostrar a las personas que soy alguien duro y cruel, en realidad trato de ocultar a través de la coraza de alguien duro e insensible mi propia fragilidad emocional, por dentro me siento débil, vulnerable a resquebrajarse con facilidad, siento que si muestro mis sentimientos hacia alguien, ese alguien podría llegar a conocer mi punto débil y usarlo en mi contra para algún oscuro propósito que desconozco. Por eso huyo a la soledad, prefiero permanecer solo, ignorando a las personas que tal vez quieran ingresar a compartir mi mundo, yo suelo hacerlos de lado, y prefiero continuar aun en mi realidad solitaria, donde soy feliz a mi manera, donde puedo hacer las cosas que me gustan, sin tener que ser juzgado por ello.
Me gusta relacionarme con las personas, pero no que se involucren demasiado en mi vida. Siento respeto por las personas que respetan mi espacio sin juzgarme ni criticarme, tampoco sin intentar cambiarme, ni cambiar mis hábitos con los que me siento muy cómodo y con los que me siento muy natural.
Me gusta escuchar música, leer, escribir, meditar, quedarme por horas en mi habitación con la mirada fija en un solo punto de la pared mientras mis pensamientos vuelan libres por el universo, a veces únicamente quedarme con los ojos abiertos, mientras mi imaginación recorre por lo infinitamente imposible, a veces quedarme con los ojos cerrados mientras trato de conocerme por dentro, o escudriñar mis recuerdos en busca de algo útil para mi presente, o a veces tratar de conversar con esa voz interior que a veces se niega a hablarme.
Todas las cosas que solamente logro estando solo en una habitación, sin compañía que pueda distraerme.
Hace ya tiempo que consumí por última vez algún tipo de droga legal o ilegal, y a pesar de ello, de vez en cuando, me vienen las ganas de recaer, pero a la vez, sigo con el pensamiento de persistir hasta el final, un final que no sé cuál es en verdad.
También, a veces, lo único que quiero es escapar a un lugar donde jamás sea encontrado, y en ese lugar al fin encontrar algo de paz y tranquilidad sin el acoso de personas que quieren de alguna manera controlar mi vida.
Tal vez alguno pensará que aislarme no es bueno, no obstante, yo creo que si así yo me siento bien, está bien, y una frase de Friedrich Nietzsche, creo que aplicaría concretamente a mi realidad:

Nada como ser yo mismo, aunque la sociedad (tribu) crea que soy ajeno a sus dogmas y rituales que no cumplo para integrarme a ellos, la libertad de ser uno mismo es el privilegio de quienes tenemos el valor de vivir independientemente, en el fondo los más fuertes son los que aprenden a desligarse de la voluntad de las masas, pensar y vivir libremente, sin tomar en consideración la opinión de la mayoría.
Mi vida es demasiado complicada y sin rumbo como para desear la intervención de alguien, a pesar de que no tengo un rumbo definido, me niego a la vez de permitir que venga alguien a querer tomar el timón de mi velero, quizás por orgullo o por miedo de que me conduzcan a un puerto que al final pueda no gustarme en nada, y me haga arrepentir de haber dejado el rumbo de mi velero en manos de alguien que tenía en mente un destino diferente al que pudiera haberme gustado.
Me siento como si me encontrara en medio del océano, con el inmenso mar en todos lados, y a pesar de tener una brújula, o la orientación de las estrellas, no conozco a dónde ir, y navego a veces en círculos, a veces errante por el mar hostil, sin nunca llegar a ningún lado.
Por momentos como esos, es que quisiera, desearía nuevamente recaer en los vicios que me ayudaban a hacer llevadero esta vida y sus tormentas.
Creo que estoy llegando a entender a estas alturas de mi existir, que la vida aquí abajo tal vez sea solo una extraña ilusión.