miércoles, 28 de mayo de 2014

VOLVÍ A RECORDAR UN SUEÑO

Ayer Salí un rato a caminar, por un mirador de la ciudad, quería hacer un poco de ejercicio, llevo casi medio año que no me ejercito a sudar, y creía que era momento de hacerlo ahora que estoy de vuelta en casa. Decidí bajar unas escaleras, y me cansé al inicio, pero luego con los primeros minutos de subir las gradas, mi cuerpo hizo su respectivo calentamiento, ya casi no sentía el cansancio, más que por la agitación de mi respiración y mi sudoración, y estaba botando en mi transpiración algunas toxinas que me había metido en los días anteriores. Si, esas cuantas drogas con las que yo celebré el día de la Madre. ¡QUE MAL HIJO DEBO SER!
No viene al caso entrar en detalles, porque ya a nadie le interesa. Justo hoy al despertar, luego de mucho tiempo logré recordar un sueño. Desde hace tiempo, que al dormir, no recuerdo lo que soñaba, no podía evocar en mi recuerdo algún suceso de lo que se proyectaba en mi mente mientras dormía, quería escudriñar mi subconsciente buscando algún elemento que me permitiera conocerme un poco más a fondo en el estudio metafórico y simbólico de cada cosa que veía, cuando al acostarme, entraba en ese submundo donde todas las cosas se vuelven posibles: Volar, ver amigos, familiares fallecidos, amores pasados, amigos idos, fantasías imposibles, lugares exóticos, y hasta momentos horripilantes.
Vivencias que parecen tan reales hasta que despierto, y me dé cuenta de que se trataba de solo un sueño, y entonces me lamento al ver que vivo en esta realidad donde no me acontecen cosas tan fantásticas como cuando soñaba. Pero ya es un buen paso el haberme dado cuenta de que podía soñar no solo despierto, sino durmiendo.
Que bueno, quizá para la mayoría no sea la gran cosa, pero para mí, soñar es como un escape a de la vida real, mucho más sana e inofensiva que escapando de ella consumiendo alguna que otra sustancia alucinógena, yo me di cuenta de que mi imaginación, aún continúa llevándome por mundos fantasiosos igual que cuando era niño. Luego de mucho tiempo de haber estado soñando aparentemente una pantalla en blanco, hoy, luego de mucho tiempo de no recordar nada al despertar, más que lo que había hecho antes de acostarme, acabé disfrutando un poco de mis “películas de la cabeza”.
Si no recordaba mis sueños, quizá debió ser que estaba un poco estresado, creo que fue buena la idea de que haya salido a ejercitarme, ya que eso hizo circular muy rápidamente mi sangre a mi cerebro, y tal vez hizo algo como oxigenarme más y limpiarme un poco. Quizás el estrés me impedía recordar mis sueños, tal vez solo necesitaba romper con la monotonía para poder dormir tranquilamente.

Si, me siento un poco más lúcido, y más saludable, un poco más optimista; el ejercicio me mejoró el humor, y creo que a partir de ahora no serán pocas las ocasiones en que salga a trotar o subir corriendo esas mismas escalinatas, y a juzgar por la ingente cantidad de personas que salen a ejercitarse en el mismo lugar, tal vez ya no sea necesario que sueñe mientras duerma, sino que una de esas figuras femeninas que frecuentan ese mismo lugar y en el mismo plan deportivo que yo, me hará soñar despierto, o tal vez en el mejor de los casos una de ellas terminen conquistando mis sueños. Una motivación para hacer más deporte.

viernes, 16 de mayo de 2014

AQUELLA ORILLA

La inactividad a veces resulta aburrida, a quien no le gustaría pasar sus días esperando nada, esperando que cada día que pasa será igual al anterior y es igual a como será mañana, desde los primeros rayos del sol, desde las primeras notas de los cantos matutinos de las avecillas, pasando por las primera sensación de calor que trae el día tras una fría noche, y nuevamente sentir la brisa del viento anunciando el mediodía.
A mí sí me gusta estos momentos, me resulta interesante mientras dure, porque sé que en algún instante esto acabará, en que en algún momento se terminará este momento solo para mí y mi meditación interior, y es entonces cuando nuevamente deberé regresar a la realidad, al mundo donde todos deben cumplir un rol en esta sociedad para ser aceptado dentro del enjambre humano que existe parásita en este planeta tierra.
Ayer salí a caminar, y me pareció mágico recorrer las mismas calles que con mis amigos de antaño recorrimos, quizá a pasar el rato, fumar unos cigarrillos, o escapar a un lugar en la naturaleza lejos del ruido de la ciudad. Ayer tuve ganas de ir a orillas de ese río donde tantos días la pasamos sentados ahí mis amigos y yo, donde solo permanecíamos observando como ese interminable flujo de agua que venía de algún lado, algún día llegarían al mar; solos  ahí, mientras nos volvíamos parte de la madre naturaleza, y nos dejábamos sumergir en su paz y armonía, nos sentíamos parte de ese entorno de equilibrio. Y estábamos ahí, conversando de cosas triviales que se volvían interesantes, ya nada importaban los formalismos, éramos dueños del momento, éramos parte de lo natural, y ya no importaban los protocolos inventados por otras personas que se niegan volver a los orígenes de donde cuyos ancestros había salido, hace ya tiempo, mucho tiempo. Muchos olvidan ya, en pos de la modernidad, que todos somos parte de la madre naturaleza, que aunque sea flagelada o violada, siempre estará dándonos aire que respirar, agua que beber, suelo que nos alimentará… Ayer me vinieron ganas, de aunque solo, volver a esa misma orilla que con mis amigos, que algún lado ahora están, ya no están conmigo.
Días como hoy debo aprovechar, por que en algún momento estos días terminarán, será cuando la monotonía de la paz interior, se rompa con la monotonía de trabajar para continuar viviendo, existiendo en este mundo al que no encuentro sentido el hacerlo.

lunes, 5 de mayo de 2014

MARY JANE

Ya pasaron dos meses desde que sentí su sabor en mis labios. Entonces decidí dejarla para siempre aunque mi corazón se desgarrara al enterarse que mi razón tal decisión había tomado.
Yo debía saberlo, yo lo sabía, sabia de mi vulnerabilidad de volverme adicto a ella, y como evitarlo si tan feliz me hacía, como no caer en adicción cuando luego de haber pasado desdichas, decepciones, luego  de que el mundo me hizo liberar torrentes interminables de lágrimas de sangre, cuando el mundo me ofrecía golpes por mi tan buena voluntad, y cuando sufría el rechazo de la gente corriente solo por desafiar lo que ellos tienen por verdad; como no volverme adicto a ella cuando en medio de la tormenta de piedras, alguien me ofrecía su mano y acariciaba mi rostro y me mostraba utopías y esperanzas al alcance de mi mano... Y la conocí y supe que en mi corta vida había llegado a un punto de viraje, a una especie de bisagra temporal, a un antes y un después de mi historia... Si a partir de entonces ella se convirtió en la puerta de escape de este mundo, ella se convirtió en aquella puerta que no existía en el muro que me tenía recluido en la realidad, y al cruzar por ella me liberaba de los pesares cuando al llegar a casa solo deseaba huir del mundo... Y ahí ella me esperaba, cuando al entrar a mi habitación me llamaba al éxtasis, solo sentir su olor alteraba mis sentidos, era un llamado a poseerla, y la poseía y comenzaba el ascenso al cielo, entonces experimentaba lo que es el amor, la ternura, el placer, la lujuria, la alegría, la pasión, el libido, lo sublime de la vida, la agudeza de mis sentidos, y toda aquella magia de tiernas emociones que todo hombre necesita experimentar para poder afirmar que alguna vez amó.
Nunca se negó a que yo probara de ella, jamás me negó su aroma, ni siquiera en el peor de las crisis que me no eran pocas.
Pero era una relación prohibida, rechazada por cualquier otra persona ajena a mi realidad. Buitres!!!-les gritaba- Como se atreven a juzgarme, ustedes que viven míseras vidas de conformismo, sin ideales que rijan su vida, atrofiados en el servilismo al dinero y a un sistema que somete su mente a la pasividad. No están en posición de juzgarme, porque no son capaces de ver más allá de lo que sus ojos miran, no son capaces de sentir más allá de lo que su corazón impone, no son capaces de ver más allá de lo evidente ni cuestionar lo establecido, y desafiar lo que por imposición les hicieron creer por verdad, no saben ni siquiera lo que es la felicidad, su felicidad solo está limitada a lo material. Si al menos fueran la mitad de felices de lo que soy cuando estamos juntos ella y yo, me molestaría al menos en considerar su opinión, pero viven vidas de mentira, de ilusiones, falsedades y espejismos que les pesa ver un individuo en cuyo rostro al igual que en cuya alma brilla la gloria, la paz y la alegría y la esperanza de un mundo mejor.
Y la ame y ella me amo, y viví y soñé y crecí y maduré gracias a ella, aquel niño que se negaba a crecer por fin agarro la vida por las astas y lo trajo frente a si, y mirándolo fijamente y con la furia de un renegado, le dijo: "es momento que viva en el presente y me haga la idea que en la vida la única constante es el cambio". Y así fue y así es, y me batí en revancha con la vida.
Mi vida tomo un giro diferente, empecé a descubrir las respuestas de lo que los demás atribuían a algo divino o solo misterios inexplicables, mi sed de conocimiento era potencializado al máximo, comencé no solo a buscar respuestas sino a poner a prueba la verdad que creía conocer y a cuestionar lo establecido. Vaya, nunca me había dado de  cuánto he madurado gracias a ella, cómo cambio mi manera de pensar tan radicalmente. Y la ame y la añore a cada momento y con ella el tiempo pasaba tan deprisa, como si el tiempo se detuviera y todo a mi alrededor quedara fuera de foco.
Mi amor se volvió una enfermedad tan grande como era mi felicidad cuando la tenia, igualmente grande era mi desesperación cuando se iba en sus inevitables partidas.
La amé tanto durante mucho tiempo y a un extremo tan obsesivo que cuando no estaba conmigo, ocurría como si de un sueño despertara, y me daba cuenta y miraba a mi alrededor volvía a la realidad ¿por qué todo está tan cambiado, porqué todo se ve tan diferente? No era así como recordaba el mundo, no era el mismo mundo que recordaba cuando la tenía a ella.
Tal vez y digo solo tal vez en un momento de fugaz reflexión propio de cuando uno trata de explicar el porqué de las cosas, es que me cuestioné si lo vivido con ella fue en verdad algo real o una mera ilusión. Solo cuando no estaba conmigo estas deliberaciones ocupaban mis confundidos pensamientos, y buscaba respuestas no con tanta obsesión como cuando la buscaba a ella.
Y mis días pasaban y cuando ella regresaba, repetíamos nuestro ritual tan desesperadamente como si mi vida de ello dependiera, ella y yo a nuestra manera, y así, cuando ella estaba conmigo, venía que el entorno grotesco y hostil, nuevamente se convertía en el paraíso, ¡pero qué me importa lo demás!, si junto a mí, la tenía a ella, por qué preocuparme, si junto a ella, todo alrededor mío cambiaba mientras junto a ella exploraba los límites del hedonismo.
Cuanto hubiera deseado que aquellos tan dulces instantes duraran todo el tiempo, el 100% de mi vida ¿Era mucho pedir?, creo que al parecer sí.
Creo haber llegado a la conclusión de que esta vida fue diseñada para proporcionarnos en media medida nuestra respectiva dosis de dicha y dolor, y yo estaba, gracias a ella, transgrediendo esa regla, por lo tanto estaba desequilibrando la ecuación, y la providencia para compensar ese desequilibrio, de una forma inesperada pero contundente, lanzó sobre mi toda la carga de desdichas que junto a mi amor estaba evadiendo. Y ella se fue, y perdí mis amigos, perdí mi vida, y perdí mi familia. Ellos me abandonaron por que no aceptaban que fuéramos felices ella y yo.
Me empecé a dar cuenta que existía un patrón, y es que mientras con ella todo era felicidad, sin ella, toda mi vida se convertía en un caos, llegué a odiar la vida tanto que deseaba incendiarlo todo, pero maduraba, el dolor se me pasaba al poco tiempo, me acostumbraba a su ausencia, y aunque ella se ausentara mucho tiempo, yo era capaz de equilibrar mi vida por mi cuenta.
Pero cuando sucedía, en las largas noches solitarias de su ausencia, salía bajo el cobijo de la noche a buscarla.
-¿La has visto?, por aquí la encontraba antes.
No la hallaba y como la luna que es mi testigo, noches enteras pase llorándola, días enteros de depresión y decaimiento, ese amor se había vuelto muy enfermizo, por aquellos días hubiera preferido dar lo que sea por sentir su sabor en mis labios. Pero no, momentos así no se olvidan fácilmente...
Y pasaron días y semanas hasta que nuevamente la ecuación de mi vida volvía a equilibrarse, ya que no se encontraba esa variable que creaba el desequilibrio y esa inestabilidad, ella era la constante que desequilibraba mi estabilidad emocional, racional, ella volteaba la balanza hacia el extremo negativo para mi equilibrio mental. Pero la amaba en recuerdos, y sin embargo mi ser se fue olvidando de esa necesidad absurda de querer poseerla a cada momento.
En la paz de mi serenidad, se presentó un amigo ante mí con ella. Verla, olerla hacia revivir en mi tantos recuerdos, aquellos momentos idos, pero que aún deseo. Fue entonces que la probé por última vez, y ya van casi tres meses, un record considerando que nunca deje de probarla en tan distante lapso de tiempo desde que la conocí. Espero que ya pueda decir que la he olvidado, y espero que cuando nuevamente tenga frente a mi esa deliciosa droga, tenga las fuerzas necesarias para decir lo que debí haber dicho cuando me la ofrecieron la primera vez, y que desde entonces no puede detenerme. Hace mucho tiempo, esa tarde en aquel bosque, cuando esos chicos lo iban pasando de uno en uno, y cuando llegó a mí, debí decirles: NO GRACIAS, NO LA ENTRO.

jueves, 1 de mayo de 2014

MI CONSTANTE RECURRENCIA A MENTIR

No se cómo lo hacía, simplemente llegar a convencerme de seguir a su lado, es que se sujetó de mi lado más débil, de aquel punto donde negarme es imposible, es que jamás pude decir no a una de sus tristes miradas necesitadas de calor, ante eso, yo siempre me sentí culpable de ver sufrir a un ser vivo si era yo la causa de su sufrimiento. Ella al llegar a ser en mi vida algo más que un ser vivo cualquiera, al haberse convertido en alguien muy especial para mí, ni siquiera era capaz de negarle una sonrisa y un beso cuando estaba a su lado.
Con ella aprendí muchas cosas, no solo a querer, sino que también a mentir. Aprendí a comprender mejor a los demás varones. A su lado aprendí a ser un mentiroso más, con ella, me convertí en eso que más odian las mujeres. A su lado, me convertí en lo que juré nunca convertirme, me volví a los ojos de ellas en un canalla, en un rompecorazones, en un aventurero. Cualquiera puede mentir, pero solo los astutos logran que crean sus mentiras. Ea pues que mi gran aprendizaje no consistió en el saber mentir, sino en hacer creíbles mis mentiras.
Y si decía falsedades con ella, nunca fue porque yo deseaba hacerlo, sino porque ella no quería aceptar la verdad. Pero también tuvo algo de culpa, porque desde un inicio ella me idealizaba como el típico patán del que sus amigas siempre le contaron.
Me veía como el típico mentiroso aun cuando yo ni tenía intenciones de serlo, ni aun cuando no tenía idea de cómo serlo.
Comenzó a creyendo que yo era como todos, un mentiroso, cuando en realidad simplemente era yo mismo, alguien sincero que solo se dejaba llevar por su corazón, sus sentimientos y su amor idealizado.
Y siempre me trató con una consigna en mente, la consigna de que yo era como todos, que yo era igual a los tipos como los que lastimaron a sus amigas. Jamás se detuvo a razonar y pensar hasta qué punto puede ser cierto una cosa, o hasta qué punto puede ser verdad la fachada que solo pueden ver nuestros ojos.
Pero sus celos injustificados hicieron que yo tratara de disimular cada aspecto de mí y de mi círculo que potencialmente podría provocarle un ataque de celos, porque sino luego me la terminaría pasando mal. Así que gracias a ella, comencé a disimular, y de mis errores iba aprendiendo, y muy pronto las disimulaciones se volvieron tan sofisticadas, que llegué a un punto en donde me di cuenta de que ya había llegado más allá del mero disimulo, ahora ya inventaba cosas, tantas que sin querer me había comenzado a crear realidades para pintárselas a ella, porque ella solo me dejaba tranquilo, siempre y cuando le hacía escuchar lo que ella quería escuchar.
Y por cada mentira que ella no me creía, iba aprendiendo a mentir más y más.
Yo siempre me esmere en ser lo más sincero posible, pero era en vano, porque me di cuenta que la sinceridad no ayuda cuando uno necesita calmar sus deseos sexuales que llegan cada día a atormentarnos cuando queremos seguir el camino de la abstinencia. Y la abstinencia puede llegar a ser tan tormentosa como un panal de abejas atormentándonos las 24 horas. El sexo es una necesidad innata en la biología del ser humano, y que se pudra CARLOS CUAUHTÉMOC en su "JUVENTUD EN ÉXTASIS", ciertamente no comparto la realidad excesiva, ridícula y estúpidamente idealizada que tiene ese autor respecto al sexo. Los placeres si son saciados con responsabilidad no tienen nada de malo.
Es mi naturaleza como el ser sexual que soy, (y que todos somos), el buscar el desfogue hormonal mediante el ritual sexual.
Pero lastimosamente al tener que lidiar con el inconveniente de que las mujeres a parte de solo sexo busquen adicionalmente (huácala!!!) el amor, es que aprendí que debo hacer uso de los artificios enemigos de la verdad para conseguirlos.
En realidad que soy sincero al afirmar  que si ellas también la buscaran tan desesperadamente el placer como nosotros y sin tantas cohibiciones ni ataduras morales anticuadas, nosotros los varones no tendríamos necesidad de recargar nuestras funciones cerebrales inventando tantas mentiras para que ellas accedan a disfrutar de nuestra naturaleza sexual. Si no fuera porque ellas son de venus y nosotros de marte, no habría necesidad de tantas mentiras.
Ellas nos obligan a ser mentirosos, ellas con su cínico puritanismo y su más aún cínico  pudor hace que hombres como nosotros nos veamos obligados a inventarnos mentiras cursis pero eficaces que a ellas les encanta oír, tales como:
·         Yo por ti bajaría las estrellas.
·         En ti encontré el (huácala!!!) verdadero amor.
·         Eres la única.
·         Contigo quiero casarme pero más adelante aún, cuando nuestra solvencia económica nos lo permita.
·         Sea cual sea la posición de mi cuerpo, mi alma ante ti está de rodillas.
·         Si hay otra mujer en mi vida a la que amaré, quiero que esa mujer sea nuestra hija.

Me vienen a la mente dos frases del pionero de las mentiras sistemáticas: El Dr. Joseph Goebbels, ministro de propaganda del Führer Adolfo Hitler, quien a pesar de la aparente crudeza de sus palabras, nadie con sensato juicio crítico, podrá negar la veracidad de esas palabras, ya que usando sistemáticamente los axiomas propagandísticos que este brillante hombre propuso (si también era un criminal). La verdad que su influencia es tan grade que gracias a el somos víctimas de la mercadotecnia comercial, ya que la forma de hacer publicidad que a diario quiere vaciarnos los bolsillos en cosas que no necesitamos, fue creada por este señor, solo que para fines políticos y doctrinales. Bien aquí las citas: de Goebbels:

“Miente miente que algo queda”
Y también
“Mientras más grande sea la mentira, más gente la creerá”
Uhmmm… me parece interesante.
Y bueno, cuando la mentira es atractiva, y al estar ellas en su mundo de romanticismo, se tragan las palabras que adornadas como les gustan, les decimos al oído. Si, luego ellas nos dicen que todos nosotros somos iguales, nosotros también deberíamos decirles: “¡¡¡es que todas ustedes son tan diferentes a nosotros!!!”.
Ni hablar, si yo fuera un ser asexual o tal vez gay, creo que sería honesto con todas ellas, las sabría apreciar como personas, y por la belleza que seguramente todas llevan muy dentro de sí (sus hermosas entrañas, hígados, intestinos, riñones), pero son por mis hormonas por las que me dejo llevar, y en verdad que todo hombre sabe que es una tarea harto difícil hacer frente a nuestros instintos más primitivos, y debo confesarlo, soy alguien muy débil para controlar mi parte más animal, apenas puedo controlarme al no violarme a cada mujer despampanante que miran mis ojos, apenas puedo evitar que mi mirada siga a cada mujer hermosa que veo caminar, como si su figura llevara un poderoso imán cuyo magnetismo obligara a mis ojos a mirarla... Soy vulnerable de la evolución, no puedo evitar apreciar la belleza femenina. No puedo no mirar alguien físicamente hermosa.
Por cierto ¿Se dieron que solo las chicas feas critican a las chicas hermosas?. ¿Será por envidia?. No sé la mayoría de hombres, pero yo solo busco una mujer que tenga un gran corazón.
Por eso siempre he dicho que lo importante en una mujer, es que tenga un gran corazón
En la mujer la belleza es como una rosa, no importa que tan hermosa sea, con el tiempo se marchitará. Eso no hará que deje de mirarlas, y de ser posible de ir tras ellas, antes que se marchiten.
Ella siempre supo esa debilidad mía, mi parte animal no podía competir con su parte más humana, y lo nuestro estaba predestinado desde el inicio al fracaso, ella se merece algo mejor que yo, yo soy tal cual ella me lo dice, para mí todo entra por mis ojos, pero qué puedo hacer yo, si esa es mi naturaleza como varón, y al menos si en algo puedo serle sincero, es en eso.
No puedo luchar contra mi parte más oscura, busco sexo donde ellas buscan amor, el amor para mi es algo por ahora un concepto abstracto, a pesar que de vez en cuando me pongo a escribir sobre el amor de una mera fantasía mía (que son muchas).
Puede que haya una herida en mi corazón que me haya vuelto insensible a enamorarme, puede tal vez que me haya vuelto un niñato, tal vez sea alguien inmaduro aún, si el hedonismo es síntoma de inmadurez, que pena por las que buscan algo más que sexo en mí, porque yo no busco otra cosa, no puedo dar otra cosa, y lo único que puedo dar adicionalmente es mi amistad. Perdónenme por no ser como quisieran que las mujeres sean, pero no pueden juzgarme sin comprender nuestra naturaleza de varones.
Es fácil para las mujeres decir cómo deberíamos ser los varones, de criticarnos por nuestra naturaleza tan superficial, así como a mí me es fácil criticarlas por cómo son, tan cohibidas, tan románticas, tan idealistas con el amor, pensando constantemente en el amor puro, sincero y fiel hasta la muerte, al estilo Shakesperiano.
Al fin de cuentas, concluyo que en mi caso, llegaría a enamorarme de una mujer que comprendiera que no puedo ser como ellas quisieran que sea. En resumidas cuentas solo hay dos posibilidades, para enamorarme: 1) Debo conocer a una chica liberal como yo, o 2) Debo madurar más aún… Aunque creo que siendo tal impredecible como soy, me atrevería a apostar que lo único que necesito es conocer a la persona ideal, la persona adecuada, mi media naranja perdida, para que tire por los suelos todo lo que en esta entrada acabo de escribir. Pero por el momento soy una víctima de mis deseos. Y mis deseos son fuertes.

“Quienes reprimen su deseo son aquellos cuyo deseo es bastante débil para poder ser reprimido”  William Blake